Image: La Academia de la Música homenajea a Peret

Image: La Academia de la Música homenajea a Peret

Escenarios

La Academia de la Música homenajea a Peret

El padre de la rumba catalana recibirá el galardón a Toda una Vida en la XIV edición de los Premios de la Música

8 febrero, 2010 01:00

Peret, durante la reciente presentación de su último disco. Foto: EFE

ELCULTURAL.es
Ha influido en varias generaciones de artistas: de Los Amaya a Estopa y de Las Grecas a Macaco La Junta Directiva de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música ha decidido, por unanimidad, conceder a Pere Pubill Calaf, Peret, el Premio a Toda Una Vida de la XIV edición de los Premios de la Música. El cantante catalán recibirá el galardón durante la gala, que este año se celebrarán el 4 de marzo en el Teatro Häagen Dazs Calderón de Madrid.

El intérprete es el gran pionero de la rumba catalana. Nació en Mataró en 1935, pero se crió en el barcelonés barrio de El Raval. Allí los clanes gitanos iban a gestar una revolución musical de la que Peret sería padre y protagonista. La rumba gitana se maridó con la guaracha y el mambo de Pérez Prado para alumbrar un nuevo género: la rumba catalana.

Desde que en 1947 debutara con su hermana Pepita sobre las tablas del Tívoli barcelonés han pasado más de seis décadas. Peret tuvo una infancia feliz, con escasa escolarización. Su aprendizaje se desarrolló en la calle y los mercados, donde acompañaba a su padre, tratante de textiles al que todo el mundo conocía como el Mig Amic. Así titularía Peret uno de sus temas, un tributo a su padre que, en palabras de Manuel Vázquez Montalbán, es la mejor canción de la nova cançó catalana.

El niño tenía una vocación musical desconocida hasta entonces en su familia. Pronto la guitarra se convirtió en su sombra y comenzó a aparecer más en las juergas rumberas que del mercadeo de paños. Un accidente de moto que tuvo a los 16 años le cambió la vida. Desde entonces comenzó una carrera artística plena. Llegarían las actuaciones en el Teatro Victoria del Paralelo con sus fieles palmeros, los primeros singles, el traslado a Madrid y la inmensa popularidad de los años 60 y 70. Era una época en que los pinchadiscos de las discotecas apartaban un espacio para sus rumbas. De 1968 data el álbum Peret, que incluía éxitos como Una lágrima, El gitano Antón, Amor a todo gas, etc., y que fue incluido por Rockdelux en la lista de los 100 mejores discos españoles del siglo XX. En 1974 alcanzó la cima de su popularidad representando a España en el Festival de Eurovisión con Canta y sé feliz; poco tiempo antes, su tema Borriquito había sido n.° 1 en España, Holanda y Alemania.

En los 80 vivió entregado al evangelismo y más tarde a la superación de una grave enfermedad. Baste recordar la versión de La noche del Hawaiano que hicieron Los Peatones, unión entre El Último de la Fila y Radio Futura en una fiesta de Radio 3 para demostrar la presencia que aún tenía entre las nuevas generaciones.

Peret regresó en los 90 y hasta hoy sigue grabando y cuidando un legado que tiene continuidad. Como muestra el disco de homenaje editado por Chewaka en 2000, donde escuchamos remozadísimas versiones de sus éxitos en compañía de admiradores de las nuevas generaciones (Ojos de Brujo, Los Enemigos, Fermín Muguruza, Amparanoia o el mismísimo David Byrne).