Image: Elvira Lindo: No quiero ser fiel a mis lectores

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Escenarios

Elvira Lindo: "No quiero ser fiel a mis lectores"

Estrena dos obras de teatro: La ley de la selva y Algo más inesperado que la muerte

19 marzo, 2010 01:00

Elvira Lindo, por Gusi Bejer.

Novelista, articulista de prensa y guionista de cine y TV, lo único que le faltaba a Elvira Lindo para estar en todos los guisos era el teatro. Ahora lo hace por partida doble con La ley de la selva, en el Teatro Arenal, y Algo más inesperado que la muerte, novela adaptada junto a Ortiz de Gondra en el Lara. Son dos obras con las que viaja de Nueva York a Madrid.

Pregunta: La ley de la selva regresa casi quince años después. ¿Cómo la ha encontrado?
respuesta: No he visto el montaje y la obra no la he revisado pero sí puedo recordar lo que pretendía entonces: escribir humor. Ser humorista en estado puro. A eso aspiraba. Ahora tiendo más a balancearme entre lo trágico y lo cómico y a cambiar de tono cuando me dé la gana. No quiero ser fiel a mis lectores.

P: La protagonista de la obra, Lupe, decide un día dejar de ser una víctima y convertirse en depredadora. ¿Sólo se puede ser en la vida una de esas dos cosas?
R: No. Hay personas que no cambian nunca y a eso le llaman coherencia. No estoy de acuerdo, las personas que cambian tienen un cerebro más flexible, son más tolerantes.

P: El mundo de Algo más inesperado que la muerte es el del dinero y el lujo. ¿En una vida así queda sitio para otras cosas?
R: Bueno, digamos que trata de la relación entre el amor y el interés. El amor no es un sentimiento puro, está influido y condicionado por otros intereses, por el estatus social, por nuestro deseo de prosperar... Eso es tan humano como el amor.

P: En sus obras suele haber personajes de clase baja, ¿por qué le interesan tanto personas del tipo de Tere, la asistenta de Algo más…?
R: Empatizo con las personas que, proviniendo de la clase baja, quieren progresar y lo hacen con determinación. Tere es amoral. Pero yo la respeto, la quiero, no la juzgo y eso se nota. Es una mujer salvaje; escribir sus diálogos fue una parte deliciosa de este proyecto.

P: Esos personajes eran muy habituales en el cine y teatro españoles de hace años...
R: Bueno, en España se despreció el realismo. En la novela, en el teatro y en el cine. La palabra costumbrismo adoptó un sentido completamente peyorativo. Y ha sido un gran error. Pensábamos que lo americano era internacional y nosotros costumbristas. No nos dábamos cuenta de que el gran arte americano es el realismo y que su arte está lleno de detalles de la vida diaria. Hemos perdido mucho tiempo despreciando a los que aspiraban a contar la realidad y ahora cuesta ponerse al día.

P: ¿Por qué a los escritores les gusta tanto parecer tristes y serios?
R: No lo sé, tal vez algunos piensan que eso da más empaque a su obra. Yo también estoy triste y soy seria en ocasiones, pero fui educada para responder ante los extraños con una sonrisa y para ser pudorosa con las penas. Eso hace que mi imagen sea la de una mujer hedonista, que disfruta de la vida.

P: ¿Sobra seriedad y falta sentido del humor en España?
R: En España sobra aspereza, que lo invade todo, tanto el humor como los asuntos graves. Somos toscos y gritones. Nos lo dicen los latinoamericanos que vienen a trabajar a España, y tienen razón. Yo trato de corregirme.

P: Por algunos artículos suyos da la impresión de que recibe cartas de los lectores que son muy beligerantes. ¿Cree que estas obras causarán respuestas parecidas?
R: (Risas) Hago muchas bromas con las cartas de los lectores airados porque me dan juego para mis artículos pero le aseguro que la mayoría de las cartas que recibo son cariñosas, cercanas, interesantes y algunas muy emotivas.

P: ¿Teme más la respuesta del mundillo intelectual, que le digan aquello de 'zapatero a tus zapatos'?
R: No. Ojalá escribiesen teatro más escritores. España necesita autores contemporáneos que amen los escenarios y se atrevan a contar el mundo que tienen ante sus ojos.

P: Ha trabajado en radio y televisión, publicado en periódicos y revistas, escrito literatura y guiones para cine. ¿Tiene algún hijo preferido?
R: Me gustaría no tener que elegir. Pero le confieso una cosa, una locura, algo imposible: me encantaría tener un pequeño teatro y escribir obras continuamente. Si eso fuera posible, que no lo es, firmaba hoy mismo para dedicarme sólo a eso. Aunque me encanta la novela, ahí yo soy la jefa, la reina, la diosa.