Muere la actriz María Asquerino
Fue una de las intérpretes más sobresalientes del teatro y el cine español de la posguerra
27 febrero, 2013 01:00La actriz María Asquerino. Foto: El Mundo
La actriz se había retirado a finales de 2008 tras representar Tío Vania en el Teatro María Guerrero y pasó los últimos años de su vida "leyendo la prensa y saliendo con amigos". "Desde niña siempre fui muy callejera", relató la intérprete en su última entrevista, concedida a la revista Aisge Actúa a mediados de 2009.
Entre otros papeles, además de su trayectoria teatral, Asquerino será recordada por el personaje de Pili en el filme Surcos (1951) y por su carácter de mujer "fatal, decidida e independiente", que ella atribuía a provenir de una familia de actores y militares. Asquerino no tenía descendencia y pasó sus últimos cuatro meses en un centro residencial para mayores en El Plantío, a las afueras de Madrid. En 2009 recibió el premio Toda una vida de la Unión de Actores. "Vale la pena retirarse por esta ovación", admitió la actriz al recibir el galardón de las manos de Paco Valladares.
El ministro de Cultura, José Ignacio Wert, lamentó el fallecimiento de la intérprete: "Hoy hemos perdido a una actriz con mayúsculas. María Asquerino llevaba el mundo de la representación en las venas. Hija de actores, debutó siendo muy joven dejando tras de sí una estela de buen hacer sobre los escenarios a su paso".
Una de las últimas veces que se subió a un escenario participó en una lectura dramatizada de Don Juan dirigida por Mario Gas, ex director del Teatro Español, que la recuerda con enorme cariño: "La adoraba, ha sido una enorme actriz de teatro y cine, una extraordinaria amiga y una mujer valiente, independiente y con las ideas muy claras. En su trayectoria encontró los momentos adecuados para el hedonismo y pagó un precio un poco alto por ello. Se dicen muchas cosas sobre María, la recuerdo en la tertulia de Boccaccio, como una persona fuerte de carácter, generosa, sin pelos en la lengua. María era hija de actores y estuvo desde muy niña en el escenario, tenía una vocación, una lucidez y en ocasiones una desobediencia fascinantes. Se lanzaba de lleno a las cosas. Hay millones de anécdotas de ella, pero hoy me quedo con la tristeza".