Image: Ryan Adams y las cadenas del deseo

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Ryan Adams y las cadenas del deseo

El músico estadounidense publica Prisoner, un disco marcado por su ruptura matrimonial en el que aborda dos temas universales del arte: el amor y el tiempo

17 febrero, 2017 01:00

Ryan Adams

2014 fue un año intenso para Ryan Adams (Jacksonville, Carolina del Norte, 1974). Su disco homónimo llegó al número 4 en las listas de Estados Unidos, hizo una gira por todo el mundo, grabó un directo en el Carnegie Hall de Nueva York y sorprendió a todos versionando íntegramente el disco 1989, de la joven popstar Taylor Swift. Eso en el plano profesional. En el personal (aunque sea prácticamente imposible separar ambos en el caso de los artistas), fue el año en que se rompió su matrimonio con la actriz Mandy Moore, un proceso que calificó de "humillante" y muy doloroso. "Lo que me estaba sucediendo fue tan fuerte que solo tuve que sentarme y estas cosas salieron solas", explica el músico. Cogió una guitarra, se fue a la parte de atrás del autobús con el que se traslada de bolo en bolo y se puso a componer. El resultado es Prisoner, el decimosexto álbum en 17 años de carrera en solitario.

El título Prisoner hace referencia a la esclavitud del deseo: "El evento más descorazonador de la vida es darse cuenta de que todo ser humano está atrapado en una búsqueda del amor, intentando navegar por un laberinto de deseo. Sobre esto trata el álbum. Nadie se enamora para fracasar", explica el músico. Producido por Pax-Am (el sello del propio Adams) y Blue Note (la emblemática discográfica de jazz, hoy propiedad Universal Music y abierta a otros géneros), el disco incluye 12 canciones que reflejan el estado de ánimo del músico en estos dos últimos años. "Me sentía como si me hubieran robado la cosa más valiosa en la vida personal: el tiempo".

Con una producción cuidada y sin muchos adornos, el disco suena natural, en consonancia con la declarada sinceridad de sus letras, que tampoco buscan la excelencia literaria. "Algunos discos son diseñados de tal manera que te sientes un carpintero tallando una estantería porque eso es a lo que te dedicas, pero hay otros álbumes que se te aparecen como un sueño consciente. Prisoner es uno de estos álbumes", explica el músico.

Después de su etapa en la banda Whiskeytown, Adams inició su carrera en solitario en el año 2000 con el aclamado Heartbreaker. Desde entonces ha transitado por los territorios fronterizos del country alternativo, el garage rock, el blues y el pop intimista de cantautor, combinando etapas extremadamente prolíficas (en 2005 llegó a publicar tres discos), con otras de ritmo más pausado. Después de una década sin visitar España, Adams ofrecerá este verano dos conciertos en nuestro país: el 7 de julio en el festival Mad Cool de Madrid y el día siguiente en el Cruïlla de Barcelona.