Image: 10 valores con duende

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Música

10 valores con duende

Festival Suma Flamenca: De la A a la Z en todos los palos

4 junio, 2010 02:00

Belén López, Paco del Pozo, Mari Paz Lucena, Alfonso Losa. Foto: Sergio Enríquez-Nistal.

El Cultural toma el pulso a la nueva generación de artistas con motivo de la nueva edición de Suma Flamenca que se celebra del 4 de junio al 2 de julio.

 

 

 

Paco del Pozo (cantaor)
Fue Paco del Pozo (Madrid, 1975) el primer madrileño en conseguir la Lámpara Minera del Festival Internacional del Cante de las Minas. Desde que con 12 años fuera galardonado con el premio al Mejor Cantaor Revelación de Madrid no ha dejado de reivindicar un estilo para muchos cosmopolita y abierto siempre a nuevas influencias. En el concierto que ofrecerá en el Teatro del Instituto Francés el próximo 25 de junio lo acompañará Antonio Carrión y, como es costumbre en él, nos deleitará con constantes referencias a Gerardo Diego, Félix Grande y Luis Rosales. Asegura que el flamenco se está institucionalizando cada vez más -"se estudia en las universidades y hasta hay una cátedra de flamencología"- y eso se traduce en calidad. Pero reconoce, sin acritud, que es "fuera donde te hacen sentir más importante".

 

 

 

Amador Rojas (bailaor)
Como ya hiciera con una primeriza Sara Baras, Antonio Canales quiere presentar en sociedad a Amador Rojas (Sevilla, 1979), uno de sus mejores pupilos desde que lo invitara a participar en Musical Flamenco Los Grandes de Casa Patas. Antes de eso, Rojas, que se subió por primera vez a un tablao como alumno aventajado del legendario Farruco, ya había trabajado en otras compañías de relumbrón, como la de Manuela Carrasco, Juana Amaya, Pilar Távora o Eva Yerbabuena. El mano a mano que preparan Cortés-Rojas en los Teatros del Canal el 19 de junio se llama Alternativas, por su planteamiento inno-vador y su vocación de público. Un éxito garantizado, no sólo por estar avalado por una de las grandes figuras del flamenco, también por brindarnos la oportunidad de ver sobre un mismo escenario el contraste estético de dos generaciones.

 

 

 

David Lagos (cantaor)
A David Lagos (Jerez de la Frontera, 1973) le gritan "sen-sei" (maestro) cada vez que pisa el prestigioso tablao japonés El Flamenco, que es ya su segunda casa desde que lo visitara con 22 años. Su cuentakilómentros personal da para varias vueltas al globo, pero él sigue, erre que erre, subido al carro de la sencillez y la humildad, que son los ingredientes de su primer disco, El espejo en que me miro, que ha sido distinguido este año con el Premio de la Crítica Flamenca Hoy al Mejor Disco de Cante Revelación. "Si tuviera que vender mi disco, diría que se trata de un trabajo calentito y natural, que suena igual en la cadena que en el escenario, con unas palmas bien dadas y una guitarra". Los flecos que no han cabido en su espejo se los guarda para la próxima grabación y el concierto del 13 de junio, en el Centro cultural Pilar Miró.

 

 

 

Mari Paz Lucena (bailaora)
El Auditorio Pilar Bardem acogerá el 5 de junio las Vivencias de Mari Paz Lucena (Granada, 1974), "un recorrido por los palos más importantes de mi vida", que la bailaora abre con alegrías y remata con un homenaje a su tierra por los Tangos de Granada. Confiesa que con el baile ha aprendido a "canalizar las grandes emociones de la vida" y a "saber compartirlas". Así ocurre cada vez que abre las puertas de su Academia, en pleno Rastro madrileño, donde ha curtido un impronta propia y ha visto pasar no pocos talentos "de todas las edades y nacionalidades". De este tiempo entre clases ha aprendido que "el éxito no es una cuestión de empezar pronto, sino de llegar a cuajar, y no quedarte en el camino".

 

 

 

Sonia Miranda (cantaora)
Sonia Miranda (Sevilla, 1975) ha llevado a lo más alto el legado de la escuela hispalense. Lo demos- traba hace un lustro con Garabato, su primer disco en solitario y toda una declaración de principios que le valió el premio Deflamenco.com en 2006. Dejaba claro entonces que lo suyo no era sólo cuestión de un talento nato, sino también resulado de un trabajo constante que la ha abierto las puertas de festivales tan señeros como el de Jerez, la Bienal de Sevilla, Suma o Málaga en Flamenco, además de varios escenarios internacionales a ambos lados del Atlántico. Su voz, original y desbordada de matices, acompañará a la de Talegón de Córdoba y la guitarra de Paco Cortés en el concierto del 12 de junio de Torrelaguna.

 

 

 

Jesús Corbacho (cantaor)
Su afición le viene desde muy niño, ya que a los nueve años comenzó a estudiar guitarra en su Huelva natal (1986), para pasarse luego al cante. Ha sido becado para estudiar en la Fundación de Arte Flamenco de Christina Heeren de Sevilla con Paco Taranto y José de la Tomasa. Acumula un buen número de premios, uno de los más recientes y destacados el que obtuvo en el Cante de las Minas en 2008 en la modalidad de Cante por Malagueñas. Aunque se ha prodigado sobre todo como "cantaor d' alante", también ha acompañado a figuras del baile como Merche Esmeralda, José Galván, Manuel Liñán, Olga Pericet, Rocío Molina, entre muchas otras. Lo veremos el 12 de junio en el Centro Cultural Pilar Miró.

 

 

 

David Palomar (cantaor)
Nacido en el popular barrio de la Viña de Cádiz (1977), es un cantaor tardío, pues no comenzó a subirse a los tablaos hasta los 17 años. Se ha curtido en el "cantar p'atrás", es decir, en acompañar a los bailaores en sus espectáculos. "Es la universidad del cante, y quién no lo ha hecho se le nota una barbaridad", comenta. Ha estado en la compañía de Javier Barón, también con Carmen Cortés, Fernando Romero, Isabel Bayón y Cristina Hoyos, con la que ha permanecido durante cuatro años. Pero ahora ha emprendido el camino en solitario, que es como se va a presentar en Suma Flamenca, este domingo, en el Centro Cultural Pilar Miró. "Es la primera vez que actúo en Madrid, en la capital y en solitario".

 

 

 

Belén López (bailaora)
Su imagen mental del flamenco es la de un "anciano muy bien puesto y cuidado, que todo lo sabe y al que todos tratan con respeto". No es extraño que la acompañe un santón de la vieja escuela como José Menese para dos títulos, Por derecho propio y Tres a un tiempo (2 de julio, Centro Cultural Paco Rabal-Palomeras Bajas), que comparten el mismo sabor añejo -"que es el que vuelven a demandar las nuevas generaciones"- y de sentimiento profundo. Madrileña de adpción, Belén López (Tarragona, 1986) no recuerda el día en que decidió consagrar su vida al baile -"con 5 años ya bailaba profesionalmente"- y tiene fama de niña prodigio. "Me gustan los híbridos, el flamenco conceptual y la fusión, pero no a todo se le puede llamar flamenco. Si algún día tengo la oportunidad de bailar en Nueva York, bailaré flamenco, flamenco, no hip-hop".

 

 

 

Raquel Villar (cantaora)
En 1995, y en plena gira por Marruecos, a Raquel Villar (Madrid, 1975) la requirió el mismísimo Rey Hassan II para un concierto en Casablanca. Por Francia paseó más tarde a Lorca en la piel de la Argentinita y la han visto en Yakarta, Bangkok, Singapur o Estados Unidos. Sostiene que la clave de su éxito radica en una "sólida formación, a base de esfuerzo y horas en los tablaos". Su ejemplo, junto al de otras de sus compañeras de cartel, confirma la presencia, cada más numerosa, de mujeres en todos los palos del género. De raíces andaluzas y salamantinas, se ha hecho un hueco en la agenda de los festivales con los garantes de una voz a la vez briosa y suave, aguerrida y sensible, llena de matices. Ahora le queda "un último escalón", porque el disco ya lo tiene en mente. "Sólo espero a que se fijen en mí". Atentos a mañana, en el Pilar Miró.

 

 

 

Alfonso Losa (bailaor)
Las escuela de bailaores Amor de Dios cuenta entre sus filas con dos jóvenes maestros (un día, alumnos) que el 13 de junio llevan a la Sala Roja de los Teatros del Canal su espectáculo Grito, un "sentimiento común", lo definen al unísono, en el que los madrileños Alfonso Losa (1981) y José Maya (1983) despliegan todo su potencial en un "equilibrio de estilos distintos" que no escatima en moralejas ni dobles sentidos. "En un mundo acuciado por la violencia, la represión del ser y el conflicto de los pueblos -piensa en alto Maya- nace un grito del alma que nosotros expresamos a través de la danza". Una autorizada denun- ciada de dos promesas a las que nadie ha regalado nada. "Muchos tenemos la sensación -se lanza Losa- de que las ayudas siempre caen en los mismos, que son casualmente los que menos las necesitan".