Hacía una década que Al Bano no daba conciertos en España. El cantante, una de las grandes voces de la canción popular italiana y también uno de los rostros más conocidos de la prensa rosa por motivos extramusicales, ha pasado este miércoles por Madrid para promocionar la gira que emprenderá en el mes de marzo por nuestro país y que le llevará al Teatro Coliseum de Barcelona (día 19), al Teatro Real de Madrid (22), al Palacio de Congresos de Valencia (23) y al Palacio de la Ópera de A Coruña (24) para cantar sus grandes éxitos, como Felicità, Nel Sole, Nostalgia canaglia y È la mia vita (que da nombre a la gira), así como sus canciones más recientes.
La última vez que Albano Carrisi (Cellino San Marco, 1943) cantó en España no fue, sin embargo, en un teatro de ópera, sino en un plató de televisión y de incógnito, enfundado en un disfraz de girasol. Fue en el concurso Mask Singer, donde los concursantes deben adivinar quién se esconde bajo la máscara y en cuya versión italiana también había participado. Era 2020, en plena pandemia. "En el tiempo de la Covid no se podía hacer otra cosa", recuerda el cantante. En aquellos meses perdió a dos amigos y tres primos: "Entraron al hospital en vertical y salieron en horizontal. Fue una gran pena", recuerda.
Con 26 discos de oro, 8 de platino y 160 millones de discos vendidos en todo el mundo, Al Bano, que fue plagiado por el mismísimo Michael Jackson (se demostró en juicio que las notas y la armonía de Will You Be There eran prácticamente idénticas a las de I cigni di Balakà), lleva décadas pisando los platós de televisión, especialmente los de los programas del corazón. ¿Se arrepiente de haber entrado en esa rueda de la prensa rosa de la que no hay salida posible? ¿Cómo es su relación con la prensa del corazón? “Mala. Muy mala”, dice. De ellos opina lo mismo que de las plataformas digitales de música: “Es muy difícil defenderse. Ellos tienen la sartén por el mango”, afirma el cantante de 80 años, simpático y jovial, que cae bien a la primera a pesar de sus controvertidas opiniones sobre Berlusconi o su cercanía a Putin, algo por lo que Ucrania lo llegó a incluir en 2019 en la lista de personas peligrosas para la seguridad del país.
En todas y cada una de las entrevistas le preguntan a Al Bano por Romina Power, su exmujer y expareja artística, con la que ha vuelto a cantar en algunas ocasiones recientemente, y sobre Ylenia, la hija de ambos que desapareció hace 30 años, una herida a la que la prensa no ha dejado de echar sal morbosamente en todo este tiempo. Nosotros no le preguntaremos ni por una ni por otra. Tampoco qué opina de “Zorra”, la polémica canción eurovisiva de España que, según nos advierte su equipo, ni siquiera ha escuchado y ya le han preguntado por ella tres veces antes de nuestra conversación.
Pregunta. ¿Qué va a ofrecer en esta gira?
Respuesta. Todo mi arte, mi experiencia y mis ganas de cantar.
P. ¿En qué punto musical se encuentra?
R. En el de la gran madurez.
P. ¿Qué ha ganado con el paso de los años?
R. Experiencia, conocimiento, confianza. Cuando estoy en un escenario, el público que tengo enfrente es como si fuera mi familia, y sé cómo hacer para lograrlo.
"Tuve un edema en las cuerdas vocales y no podía casi ni hablar. Entré en una iglesia, empecé a cantar y recuperé mi voz. Fue un milagro"
P. En 2018 anunció su retirada de los escenarios, pero después regresó. ¿Qué le hizo retirarse y qué le hizo volver?
R. Aquel año tuve un problema grave, un edema en las cuerdas vocales y no podía casi ni hablar. Estuve cinco o seis meses así, hasta que tuve que tomar la decisión de dejar de cantar, con gran dolor. Un día entré en una iglesia del padre Pío, un santo que vivió en el norte de Apulia; no había nadie, solo un amigo mío teclista y yo. Empecé a cantar y recuperé mi voz por completo, y volví a mi pasión.
P. ¿Cree que fue un milagro?
R. No puedo definirlo de otra manera: fue un milagro.
P. Usted es una persona religiosa. ¿La religión le ha ayudado a superar los peores momentos de su vida?
R. Cuando he tenido momentos duros en mi vida me he alejado de la religión. Pierdes una hija, se termina un matrimonio, se rompe una familia, se vacía una casa… La música me ayudaba mucho, era una bella terapia, pero, terminado el canto, te quedas contigo mismo y un peso en el alma difícil de soportar. Cuando llegaron los momentos terribles, tragedia tras tragedia, me rebelé contra Dios, una rebelión que duró bastante. Pero al final me di cuenta de que aquello tenía que terminar. Eso me dio paz, entendí que también Dios perdió a su hijo en la cruz, y pasé de la rabia al amor.
P. ¿Cómo son los músicos y los arreglos con los que va a interpretar los grandes éxitos de su repertorio en esta gira?
R. Son músicos con un pedigrí increíble. Alterisio Paoletti, al piano y teclados, tiene un Grammy por un arreglo para el gran Andrea Bocelli, y ha hecho todos los de Renato Zero. Trabaja conmigo desde 2002 y es como un hijo para mí, un talentoso artista. También estarán Adriano Pratesi, un guitarrista formidable, Giulio Boniello al bajo, Tiziana Gianelli al violín y Maurizio Dei Lazaretti, un baterista que ha escrito un libro sobre el instrumento y al que lo admiraban como alguien bajado del cielo cuando estuvimos en América. También estarán dos fantásticas coristas, Luana Heredia y Alessandra Puglisi.
[AC/DC dará en Sevilla el único concierto en España de su primera gira europea en ocho años]
P. Hace tiempo que no saca un disco nuevo. ¿Tiene alguno en preparación?
R. Sí, saldrá muy pronto. Tendrá canciones muy interesantes pero no te diré más, solo que este disco es una idea extraordinaria.
"Ahora se hace música que sale de un ordenador y que nadie escribe. Todo está en el cerebro de la máquina"
P. ¿Cómo ha cambiado la profesión desde que comenzó a cantar hace más de sesenta años?
R. Todo ha cambiado, sobre todo la técnica. Antes iba todo más lento y ahora todos los meses te encuentras con cosas nuevas. Cuando empecé a grabar estaban las grabadoras de cuatro pistas y tenías que grabarlo todo en directo con una orquesta. Por suerte para mi discográfica, mi segunda toma era siempre la buena. Después llegó la grabadora de ocho pistas, luego la de dieciséis… Todo eso ha avanzado mucho, pero tengo algo que denunciar: ya no se hace música. Se hace música que sale de un ordenador y que nadie escribe. Todo está en el cerebro de la máquina.
P. Ya no abundan las grandes voces como la suya en la música popular, gente capaz de cantar con estrellas de la ópera como Montserrat Caballé, Plácido Domingo o José Carreras. ¿Se siente parte de una especie de cantante en peligro de extinción?
R. No diría en peligro de extinción. Creo que los que tienen una buena carrera a sus espaldas tienen la seguridad de que adonde vayan encontrarán un público que les espera.
P. ¿Cómo entrena y cuida su voz?
R. No cuido mi voz, es así. La maltrato muchas veces porque canto demasiado, y me doy cuenta de que es de una gran calidad, pero no solo la calidad es importante, hay que añadirle algo que tiene que salir del corazón y de la mente.
P. Usted ha hecho muchas colaboraciones. ¿Con qué artista actual le gustaría cantar?
R. Con Mina, no es de hoy pero es mejor que muchos de los artistas que hay hoy. También con Adriano Celentano y con mi amigo Andrea Bocelli. Pero yo no lo pido; si nace la ocasión, se hace, y si no, no pasa nada.
P. También ha grabado canciones con arreglos en todos los estilos imaginables, de la música sinfónica al reggae. ¿Qué le queda por hacer?
R. La base de todo, más que el estilo, es tener una canción importante. Cuando escuché por primera vez Felicità, pensé “esta va a ser mía”. Yo la llamo la canción milagro. Han pasado 42 años y aún es la más querida, hasta el punto de que en la serie Berlín han hecho una versión.
P. ¿Qué opina de cómo tratan a los artistas las plataformas de streaming? ¿Está conforme con la compensación que recibe por la reproducción de sus canciones?
R. Honestamente, no me gusta. Pero la realidad es la que es. Ellos tienen la sartén por el mango.
P. Además de la música, el vino y los caballos son sus otras dos grandes pasiones.
R. El vino y los caballos me han acompañado desde mi infancia. A propósito de los caballos: tengo que decirte lo bien que monta Andrea Bocelli. Es un gran jinete, tiene grandes caballos que le cuestan como mínimo 60.000 euros cada uno. Los compra muchas veces en Sevilla.
»Llevo 50 años produciendo vino y ahora tengo que inaugurar una nueva bodega, la tercera, tiene que producir cinco millones de botellas por año. Ahora estoy en dos millones.
"En Italia hemos tenido un gran político: Berlusconi. Era un rey Midas, todo lo que tocaba lo convertía en oro"
P. ¿Cómo ve la situación política en Italia? ¿Qué opina de que la extrema derecha esté gobernando?
R. La veo como siempre, un gran casino. La oposición le hace la guerra a los que mandan y los que mandan se defienden. Hemos tenido un gran político: Berlusconi. Lo conocí muy bien y era un rey Midas, todo lo que tocaba lo convertía en oro, y también lo hizo con Italia. Tuvo que soportar unos 800 pleitos en cortes. Me decía: "Por suerte yo tengo mucho dinero y puedo pagar, pero me tratan como si fuera un capo mafioso". Tenía un corazón grande, grande, grande.
P. En 2019 le nombraron persona non grata en Ucrania. ¿Por qué?
R. Sí, porque hice una entrevista en Rusia hablando de Putin. He trabajado para él cinco veces, empezando en San Petersburgo cuando era jefe del KGB. Era un gran fan y me vino a saludar. Yo dije que él era el más occidental de los rusos. Después las cosas han cambiado, sé cómo y cuánto. Y según Ucrania soy un hombre peligroso para la seguridad del país. Llamé al embajador ucraniano en Roma para que me explicara por qué, ya que yo no había dicho nada en contra de Ucrania. Se dieron cuenta de su error y me pidieron excusas.
P. ¿Cuál es su visión de la guerra actual entre Rusia y Ucrania?
R. Es una tragedia que nos atañe a todos.