'El Mesías': Bob Wilson muestra una nueva cara de la obra maestra de Haendel en el Liceu
El teatro barcelonés acoge la versión del director estadounidense de esta ópera que muestra, sin que aparezca en escena, a un Cristo triunfante y majestuoso.
18 marzo, 2024 01:22El estadounidense Robert Wilson (1941) es eso que se ha dado en llamar “un director de culto”. Sus concepciones escénicas son altamente originales y buscan la expresión a través de bien calculados movimientos de signo geométrico, de actitudes y expresiones congeladas, animadas a veces de lo que podríamos denominar una curiosa gesticulación.
Trata de encontrar significados ocultos a través de la más extrema estilización. Practicando estas propuestas ha logrado sonoros éxitos: O corvo blanco de Glass, Pelléas et Mélisande de Debussy, Turandot de Puccini…
Ahora ha visto la posibilidad de llevar a escena el famoso oratorio de Haendel El Mesías, aunque en este caso en la versión de Mozart de 1789. Ya sabemos que la figura de Jesús no sale, curiosamente, sino que está presente por alusiones, analogías o comentarios de los textos.
Es una partitura casi perfecta en la que admiramos no ya el equilibrio de la forma general sino la construcción de las partes
La consecuencia es una visión triunfante y majestuosa de Cristo, alejada de la más tradicional y dolorosa, sufriente y patética de los oratorios germanos. Partitura casi perfecta –a pesar de lo que Jennens (el libretista) decía a propósito de ella: “un hermoso entretenimiento”–, en la que admiramos no ya el equilibrio de la forma general, sino la construcción de las partes y la sutileza y diseño melódico de cada una de las arias y de los coros, a los que Mozart envolvió con una hermosa instrumentación.
La versión escénica de Wilson proviene de la Mozartwoche de Salzburgo, donde se presentó en enero de 2020. Decía el regista que para él El Mesías “no es tanto una obra religiosa, sino más bien una especie de viaje espiritual”.
Bases sobre las que despliega su enorme fantasía con un lema: el de la búsqueda de la esperanza. La dirección musical corre a cargo de Josep Pons, en una nueva aventura que pondrá de nuevo de manifiesto su versatilidad para afrontar músicas de todo tiempo y lugar.
Nicola Panzer colabora con Wilson en los cometidos de dirección escénica, escenografía e iluminación junto a un copioso equipo que tratará de elevar a lo más alto esta coproducción con Stiftung Mozarteum Salzburg, Salzburger Festpiele, Théâtre des Champs-Élysées de París y Grand Théâtre de Genève.
[Robert Wilson, el idioma de la imaginación]
Una compañía de canto redondeará el espectáculo. A la cabeza del montaje que podrá verse en el Liceu figura la soprano Julia Lezhneva, virtuosa en la coloratura más ardua. A su lado, la mezzo lírica Kate Lindsey, otra experta en la figuración vocal, el veterano tenor Richard Croft, siempre sutil y cálido, y el bajo-barítono Kresimir Strazanac, un valor a seguir. Habrá ocho funciones del 16 al 26 de marzo.