Olga Pericet (Córdoba, 1975), Premio Nacional de Danza, Premio Extraordinario de la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York y en tres ocasiones Premio Max, presenta el 10 de enero en el Festival de Nimes, Francia, su obra La materia, segundo capítulo de su trilogía La leona, que podremos ver posteriormente en los Teatros del Canal de Madrid (12, 13 y 14 de enero), y en el Mercat de les Flors de
Barcelona (18 y 19). En La leona la acompañaron los guitarristas José Manuel León y Alfredo Mesa, el cantaor Israel Moro, el bajo de Juanfe Pérez y las percusiones de Roberto Jaén, y en La materia, el bailarín y coreógrafo David Abreu, José Manuel León, Juanfe Peréz y la percusión de Javier Rabadán.
Pregunta. Primero fue La tienta de la leona, una especie de prólogo o introducción a la trilogía La leona; después, La leona, que es el primer capítulo de la trilogía, y ahora, La materia, que es el segundo...
Respuesta. La leona se llamó el primer prototipo realizado por el luthier o guitarrero almeriense Antonio de Torres en el XIX. A raíz de la fabricación y dada su sonoridad, muchos compositores y guitarristas, como Julián Arcas o Francisco Tárrega, elevaron la música de guitarra a otros términos y la llevaron al concertismo. Y gracias a ese instrumento inicial, a sus tonalidades, la guitarra flamenca tiene las características que la definen.
Ya su nombre, ‘La leona’, el animal, me seducía. Y esto es una interpretación libre que relaciono con el mundo de la mujer, el feminismo, que nacía en la misma época de la construcción de la guitarra. Y con esos elementos he compuesto un imaginario mucho más amplio, en el que ya no solo están la guitarra y el animal, sino el extenso mundo de la evolución de la guitarra desde Antonio de Torres hasta hoy.
P. Según algunos especialistas, se trataba de un experimento de Antonio de Torres, que después fue desarrollando. ¿De alguna manera, ese proceso evolutivo de la guitarra en varias etapas, va paralelo al proceso evolutivo de tu espectáculo?
R. Sí, claro. La experimentación, la ampliación de los primeros sonidos negros, y de las primeras maneras de baile, muy diferentes a las de ahora, que yo me invento y que se supone están por ahí escritas. Hasta su muerte, Antonio de Torres estuvo buscando, indagando sobre las sonoridades, las técnicas de construcción, las afinaciones... Y el baile experimenta un desarrollo empujado por la creatividad.
Yo quería que esto se viera, ese avance, y se reforzara el concepto de la creación, ya no como guitarra sino como mujer, como madera, cuerda, clavija, como ideas que se van materializando. La leona, el primer capítulo de la trilogía, es el nacimiento de la experimentación, todo color, seducción, erotismo, las formas de la mujer, el antes y el después de la guitarra. Y La materia es un espectáculo más íntimo, que huele a serrín y se enfoca directamente a la madera, el principio del pensamiento del creador, de como de la nada surge algo.
"Aunque luches con la abstracción tiene presencia constante en el lenguaje del cuerpo"
P. Hemos asistido en distintos escenarios a la representación de La tienta de la leona, que es una suerte de preámbulo para la trilogía, y de La leona, que es el primer capítulo, y en todo momento ha observado que se trata de poemas construidos con la danza. ¿En realidad ha estructurado la trilogía como un viaje poético?
R. Siempre. Sobre todo porque son inspiraciones que van edificando mi propio universo. El segundo capítulo de la trilogía, La materia, lo efectúo desde lo esencial, desde la vibración, en el que me hago acompañar del bailarín y coreógrafo Daniel Abreu y, sin romper el flamenco, vamos llegando a las primeras formas, y al final, todo se convierte en una travesía muy física e introspectiva de dos cuerpos que van erigiendo un edificio en el que a veces eres creador, o eres forma, eres guitarra, eres instinto animal o desafío por hacer realidad tu creación. La poesía está en toda manifestación artística, ya sea en la comunicación verbal, en la música como guion, que en este caso es muy importante, o en el desplazamiento o gestualidad de los cuerpos que realizan, en definitiva, un viaje poético.
P. Con respecto a La materia, ¿la abstracción como expresión dancística forma parte también de los recursos interpretativos de Olga Pericet?
R. Por supuesto. Aunque luches contra ella, la abstracción tiene una presencia constante en el lenguaje del cuerpo. Dentro de los códigos de la danza flamenca, que ya poseemos y conocemos, siempre existe la abstracción como fórmula para expresarse, un momento en el que el cuerpo se convierte en poesía dentro de la revelación libre y abierta. Es un ámbito en el que me muevo con más soltura. Yo creo que por eso también bailo, porque me acerco a un medio que domino y con el que mejor me comunico.
Nueva dirección en Nimes
En esta trigésimo cuarta edición del Festival de Nimes (Francia), que se celebra del 10 al 20 de enero y abre la temporada de grandes citas flamencas, encontramos una muy destacada participación del cante, el baile y la guitarra, siempre teniendo en cuenta, por un lado, la diversidad, y por otro, los diferentes criterios, tanto musicales como interpretativos, con los que hoy se manifiesta el arte flamenco. Hay para todos los gustos, claro está, pero sobre todo domina la calidad de las propuestas y la brillante selección de los conciertos y espectáculos, bajo la mano experta de Chema Blanco, su consejero artístico. La presencia de Olga Pericet, Patricia Guerrero, David Coria, Rocío Márquez, Jesús Mendez, Dani de Morón o Gerardo Núñez, ya es una garantía. Ojalá su nueva directora, Amélie Casasole, logre todos los éxitos para una muestra de tanto prestigio internacional como es el Festival de Nimes.