Image: Publican una edición crítica de Dios deseado y deseante, con un inédito

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Letras

Publican una edición crítica de Dios deseado y deseante, con un inédito

El volumen recupera una de las cumbres del poeta de Moguer y se presenta como una nueva puerta para los investigadores de su obra

25 febrero, 2009 01:00
EFE
Juan Ramón Jiménez "fue el mejor poeta del siglo XX". Así se ha expresado Joaquín Llansó tras publicar la edición critica y fascimilar, con un inédito, de Dios deseado y deseante (animal de fondo), que pone en limpio esta obra cumbre del poeta de Moguer, en la que busca la esencia poética en diálogo con Dios.

Publicado por Akal, en colaboración con la Diputación de Huelva y la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez, este ambicioso volumen que ha estado a cargo de Rocío Bejarano y Joaquín Llansó, fue presentado este miércoles en la Residencia de Estudiantes, además de por los editores, por la representante de los herederos del poeta, Carmen Hernández-Pinzón, y por el poeta y periodista cultural Antonio Lucas.

Este volumen, que aparece con un fuerte aparato crítico, "abre la puerta a todos los investigadores y amantes de la obra" del premio Nobel. Y una de sus grandes novedades es la inclusión de todos los facsímiles de los manuscritos que dejó escritos Juan Ramón, a mano o a máquina, y todas las variantes de los poemas.

Además, el libro incluye un inédito. Así queda completo con 58 poemas más este nuevo texto que aportan estos dos editores, que han investigado minuciosamente y durante tres años en los archivos del poeta y principalmente en Puerto Rico, donde quedan más de 150.000 manuscritos por digitalizar.

Dios deseado y deseante, con el subtítulo (Animal de fondo) fue publicado en vida del poeta en 1949. Y en ese libro se incluían 29 poemas. Después, en una edición de 1964, Antonio Sánchez Barbudo incluyó otros 19 poemas más. Y ahora se incluyen estos 58 más el inédito.

Este nuevo volumen póstumo ha sido divido por los editores en cinco partes, a modo de diario del poeta, correspondientes a los sitios en los que el autor de Platero y yo iba escribiendo los textos. Como él mismo dejó escrito que se hiciera.

Estas etapas están marcadas por los viajes y el mar. Primero, desde Estados Unidos hacia Argentina, después el viaje otra vez hacia arriba, Estados Unidos, y luego otra vez la bajada hacia Cuba y Puerto Rico, según recordó Bejarano, documentalista de la fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez. Mar abajo, mar arriba, matizó.

"Dios estaba en mi vida desde que tenía uso de razón..." escribió Juan Ramón Jiménez, y recordó Bejarano, pero un Dios que escribía en letra minúscula "no por irreverencia", según la sobrina nieta del poeta, que leyó un pequeño fragmento del autor de Diario de un poeta recién casado, sino porque así lo hacía también, en minúscula, con las palabras "madre, hermano, mujer, cielo, fuente... amor".

Para Llansó, Juan Ramón es "un poeta esencial para todas las épocas, al que todavía no se le conoce suficientemente. El Nobel no fue regalado. Su obra es inconmensurable: densa, profunda, bella y en algunos casos difícil de comprender, como este Dios deseado y deseante".

"Juan Ramón está en búsqueda constantemente desde el principio, busca una belleza de la que cada vez está más cerca, y en este libro tiene un sentido religioso personal, al margen de que no le gustarán nada los curas", precisa Llansó, catedrático de Filosofía.

él se acerca al termino griego de la poyesis (creación), por el que el objeto de la poesía no es el poema sino el proceso, cómo el ámbito de luz que se abre en esa revelación. El poeta canta al acontecer y eso es lo sagrado, y eso es su dios: esa luz a la que llega buscando la esencia poética, argumentó el editor de este libro, que "junto con Esencia es lo más grande que parió el poeta", en opinión de Hernández-Pinzón.