Image: Guillermo de Torre, De la aventura al orden

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Letras

Guillermo de Torre, De la aventura al orden

La Fundación Banco Santander recupera textos y su epistolario inédito

12 abril, 2013 02:00

Guillermo de Torre

Guillermo de Torre (Madrid, 1900-Buenos Aires, 1971) comenzó su carrera como "movedizo poeta adolescente en las filas del ultraísmo". Estas palabras de Domingo Ródenas pertenecen a la edición que la Fundación Banco Santander publica estos días en su coleccion 'Obra Fundamental' para recuperar una "muestra significativa de su excelente producción ensayística y de la vastedad de sus saberes". El volumen incluye también unas cartas inéditas que El Cultural adelanta hoy.

"Creo que el pensamiento y el arte español van para arriba"

Princeton, 21 de abril de 1944
Mi querido De Torre:
Tardo en acusarle recibo de su colección de ensayos La aventura y el orden, porque no quería escribirle hasta leerlo; lo he visto ya casi todo el libro, y me gusta mucho la sutileza y honestidad de sus juicios, plegados a los problemas mismos, sin acrobacias irresponsables. En medio de este caos, resulta V. eso que, mal o bien, se llama un clásico, es decir, uno que no renuncia a pensar mientras siente el arte. Su observación de que la estancia en América servirá a algunos españoles es muy justa. No creo que aprendan nada para hacer de España algo que no sea una colonia de ambiciones extranjeras. Causa grima la hipocresía e inconsciencia de esas revistuchas que pululan por el continente, ocupadas en negar, en renegar, y sin un solo destello de afán rectificador, constructivo. Cualquiera diría que a España la mata más la crueldad e idiotez fascista que la incapacidad de sus hijos para hacer un país que pueda enfrentarse con las exigencias del mundo de hoy. Sigue cada uno con su manía y su rabieta, y esperan que el mundo se esté quieto para que ellos vuelvan allá a empezar de nuevo el baile de antes. Creo, en cambio, que el pensamiento y el arte españoles van para arriba, según creo sugiere V., porque para eso no hace falta tener un país coherente y que se haga más o menos respetar, como Noruega u Holanda. Pero que no fastidien diciendo la mentira de que cuando les quiten el fascismo todo se arreglará. Yo ya no escribo sino cosas inactuales; pero V. que está en la brecha, y tan lúcidamente, debiera escribir un ensayo sobre el exigir hispano. Casi al mismo tiempo ocurría en España que unos desalmados anónimos pintarrajearan en las vallas de los solares: «Exigimos la libertad de Thaelmann», el comunista alemán; y por su lado Primo de Rivera escribía en eso que ahora llaman sus obras completas: «Exigimos paridad (!!!) en cuanto a la flota naval y aérea de España».

Al idiota de las vallas no se le pasaba por las mientes que para [dar] libertad a Thaelmann había antes que conquistar Berlín, ni al otro no menor idiota se le ocurría que para tener paridad de escuadras hay que construirlas. Y así seguimos: Exigimos que Washington, que Londres, que tal y cual. Es difícil dar en la historia con mayor hatajo de dementes. Por aquí anda ese señor Aguirre, según me dicen, concediendo pasaportes vascos. Paciencia. Por eso huyo del hoy para refugiarme en la historia. ¿Qué puede uno hacer? Por si no se lo envié le mando lo que leí en la radio inglesa de aquí, que luego no transmitieron de Londres. Parece ser que les ha gustado mucho, y que lo darán cuando acabe la guerra, o se acabe Franco. Todo me da igual. Si hay posibilidad (lo dudo) publique eso ahí.

Un gran abrazo de su amigo, Américo Castro


"Desde que murió Berta he estado sin escribir ni leer"

México, 11 de junio de 1957.
Querido Guillermo:
Recibí tu carta última de pésame [por la muerte de su esposa Berta Gamboa] y lo de Norah. Os lo agradezco mucho. Sois muy buenos. Después que murió Berta me fui a Veracruz y allí he estado todo este tiempo sin hacer nada, sin escribir ni leer siquiera. Ahora he vuelto aquí y me he encontrado con toda la correspondencia apiñada y revuelta en un montón sin orden ni concierto. De ese montón he sacado tu carta y te contesto enseguida. Haz lo que quieras con la antología. Ahora aquí me publican el último libro de poemas, El ciervo, todo nuevo. Algunos poemas se publicaron en Cuadernos y en una revista italiana, La botella oscura que seguramente conoces. De ahí puedes arrancar lo que te parezca mientras recibes un ejemplar de El ciervo que te enviaré. Saluda a Losada y amigos y mi cariño y un gran abrazo para Norah y para ti de
León Felipe


"Ridruejo me produjo una gran impresión de valentía"

Srta. Victoria Kent
Directora de IBERICA. New York
Buenos Aires, 20 de febrero de 1959.

Aunque he recordado a usted varias veces y su nombre sonó más de una vez en conversaciones con amigos de Madrid y París, no quería hacer efectivo tal recuerdo hasta tanto no pudiera cumplir mi promesa -como hoy al fin hago- de enviarle algo para Ibérica. Adjunto, pues, dos artículos bajo el título común de "Claridades sobre la España de 1959", que creo podrán interesar a usted. Para moverme con más soltura me "disfrazo" en ellos como "americano" y apelo a un pseudónimo con objeto de [¿no?] cerrarme las puertas para posibles y futuros viajes a España. Aparte de lo que en esos artículos cuento, le diré que mi impresión privada ha sido mejor que otras veces; en primer término, porque cada vez la gente está más alerta y sensible; después porque solo ahora parece, parecería, pudiera ser [...] que estuviéramos en las vísperas de algo decisivo. Como mi red de amistades es tan vasta en Madrid y en ciudades de Castilla y Andalucía por donde también anduve, tuve ocasión de charlar con todas las gentes que menciono (sin comprometerlas, pues bastante lo están ya, por propia voluntad) y otras varias, recogiendo muchas noticias y confidencias. Inclusive con ciertos de ellos he trazado las bases de algo sobre lo cual le daré a Vd. noticias precisas cuando esté más adelantado. Se trata de una revista (con contenido y expresión literaria, pero de alcance político), que naturalmente no podrá publicarse en España, pero que deberá circular en España. Y he ahí la dificultad. Admiran y estiman lo que hacen Ibérica y Cuadernos, pero necesitan además algo que tenga ancha difusión allí. Hay un equipo de gentes muy serias dispuestas a cooperar, hay algún dinero, pero se necesitaría más. ¿Qué Fundación americana podría ayudar en este intento? Si Vd. puede ilustrarnos sobre este punto se lo agradeceré vivamente.

Ridruejo (al que he conocido ahora personalmente y que me produjo, lo mismo que Tierno Galván, una gran impresión de valentía e inteligencia) y otros amigos me dijeron que aparte sus colaboraciones, ellos podrían dar a usted el nombre de algún otro corresponsal regular en España, más verídico y mejor informado que el que ahora tiene Ibérica. En una próxima carta le daré a direcciones de personas que desean recibir su revista. Por cierto, yo no he recibido ningún número después del 9 de 1958. También me interesaría recibir los Monodiálogos de Unamuno que vi en algunas librerías de Madrid y París, pero que aquí no ha llegado. Gracias anticipadas. Afectos de Victoria Ocampo, con quien hablé hace pocas semanas, a raíz de mi regreso. Espero y agradezco desde ahora su acuse de recibo al presente envío, con sus noticias. Hasta tanto, los mejores recuerdos y un cordial abrazo de su buen amigo.