'El juego de las nubes': Goethe, mirando al cielo

El juego de las nubes
J. W. von Goethe
Ilustraciones de Fernando Vicente. Nórdica. 2022. 128 páginas. 19,50 euros

Para que Wolfgang von Goethe (1749-1832) se detuviera a contemplar las nubes, habrían de suceder importantes transformaciones en su vida. El poeta alcanzó pronto la fama con una novela que inspiró numerosos suicidios, Las desventuras del joven Werther, pero el entusiasmo prerromántico de sus inicios se desvanece pronto. Un viaje a Italia, cuya experiencia se revelaría en una publicación posterior, lo conduce a unos intereses artísticos radicalmente distintos, hasta convertirse en la figura más influyente del clasicismo alemán.

Es la primera vez que “se interesa por la morfología de las nubes”, según apunta Isabel Hernández en el epílogo de El juego de las nubes (Nórdica), un volumen que recopila las anotaciones donde Goethe establece, a modo de diario, una cronología del comportamiento del cielo. Los apuntes narrativos, más cercanos a la descripción que al análisis, son de alta intensidad literaria y se agrupan en cuatro partes –Estrato, Cúmulo, Cirro y Nimbo– que van precedidas de un poema.

A su regreso de Italia, el poeta se asegura una vida plácida en la corte de Weimar. Asume la tradición de la filosofía helenística, con arreglo a los valores de equilibrio y armonía, y cultiva multitud de disciplinas. La poesía y el teatro son las que lo encumbraron, pero su naturaleza renacentista desembocó en la ciencia. Goethe estudió el fenómeno cromático en la Teoría de los colores a partir de unas hipótesis sobre la óptica que discutían con las de Isaac Newton.

Además de las de Fernando Vicente, El juego de las nubes contiene algunas ilustraciones de los más de 3.000 dibujos que se conservan del ecléctico creador. Algunos de ellos quieren mostrar las formas que toma el cielo “a tenor de las mediciones llevadas a cabo en mis primeros apuntes”, según señala en una de las notas. No es hasta la segunda parte cuando vemos al poeta en todo su esplendor. Ensayo sobre meteorología convoca, a partir de sus estudios sobre la temperatura, los dos planos que hacen de Goethe una figura total: la ciencia y la literatura. Este libro reúne todas sus preocupaciones artísticas.