Un detalle de la ilustración de la cubierta de 'La inteligencia de las flores', de Maurice Maeterlinck

Un detalle de la ilustración de la cubierta de 'La inteligencia de las flores', de Maurice Maeterlinck

Letras

La desbordada pasión por las plantas del Nobel Maurice Maeterlinck

El escritor muestra su interés por el mundo vegetal en 'La inteligencia de las flores', publicado cuatro años antes de obtener el galardón

19 junio, 2022 01:23

Maurice Maeterlinck (Gante, 1862 - Niza, 1949) fue reconocido con el Premio Nobel de Literatura solo cuatro años después de publicar La inteligencia de las flores (1907), un libro que se adscribe al ciclo de ensayos La vida de la naturaleza y ahora reedita Gallo Nero con una traducción magistral de Nuria Gago. La pasión del dramaturgo, poeta y ensayista por el mundo de las plantas fue determinante en el logro de tan acreditado galardón, mientras que la lectura de este breve pero intensísimo libro explica por qué Maeterlinck fue considerado uno de los principales exponentes del simbolismo.

La inteligencia de las flores
Maurice Maeterlinck
Traducción de Blanca Gago. Gallo Nero, 2022. 104 páginas. 17 €

Por más que advierte en varias ocasiones que “no he hecho ningún descubrimiento nuevo” y “este esbozo no tiene la pretensión de convertirse en manual de género”, La inteligencia de las flores traza un exhaustivo recorrido por el universo vegetal con un texto profundamente sinestésico que se nutre de los cinco sentidos a través de la observación de los colores o el análisis de los distintos tipos de aromas.

El uso de expresiones que sucumben a la personificación, como no podía ser de otra forma, se amalgama con apuntes sobre el comportamiento de las plantas, que inspira proverbios y nos recuerda a mitos clásicos como el de Sísifo.

[Los otros premios Nobel]

Además de curiosidades como que son sensibles al desplazamiento de las nubes o se mueven hacia el rastrillo que cambia de posición, si se trata de trepadoras, el autor nos revela anécdotas como la historia trágica de la Vallisneria, una planta acuática no tan agraciada como los nenúfares que solo sale a la superficie en la hora de las nupcias, pero nunca logra encontrarse con las flores macho, pues el tallo es demasiado corto.

La vocación abiertamente literaria del texto no rebaja su especificidad. No faltan alusiones a la botánica, relativas al cuidado de las plantas “aclimatadas” por el ser humano, y su obstinación analítica y descriptiva, en la que a veces se echa en falta un contexto personal que explique cómo se fraguó su interés, no obstaculiza la cadencia fluida de la escritura. Además, las notas al pie no solo son aclaratorias, sino que complementan el alto voltaje literario con, al menos, la misma intensidad. El epílogo está dedicado a los perfumes y su alma, “del que desconocemos casi todo”.