Colson Whitehead. Foto: Chris Close

Colson Whitehead. Foto: Chris Close

Letras

'El ritmo de Harlem': corrupción y racismo en la Nueva York de los años 60

Colson Whitehead, ganador de dos premios Pulitzer, identifica en su nueva novela lo abrupto de una segregación que aún hoy late en Norteamérica

23 abril, 2023 01:25

En muy pocos años Colson Whitehead (Nueva York, 1969) ha ganado dos Premios Pulitzer, por El ferrocarril subterráneo (2017) y por Los chicos de la Nickel (2021), una hazaña que señala la importancia de una obra rigurosa y comprometida que será vindicada por el tiempo. En ambos libros, de indudable ambición, está presente el dolor y la tragedia desde cuestionamientos morales de calado político, social y económico de los afroamericanos.

El ritmo de Harlem

Colson Whitehead

Traducción de Luis Morillo Fort. Random House, 2023. 363 páginas. 20 €

Es como si en las novelas de Whitehead, con independencia del periodo histórico al que se aluda, se estuviera respondiendo a lo que escribió Ta-Nehisi Coates en el ensayo Entre el mundo y yo: “Hoy te digo que la pregunta de cómo hay que vivir dentro de un cuerpo negro, y dentro de un país perdido en el Sueño, es la pregunta de mi vida…”. O incluso aquello que decía Malcolm X: “Si eres negro, has nacido en la cárcel”.

El esclavismo y esa metáfora que representa el tren en El ferrocarril subterráneo, o ese reformatorio al que va a parar ese chico negro que va a la universidad en Los chicos de la Nickel hablan y exploran de la historia racial en Estados Unidos con visceralidad y osadía a través de una escritura bella y dura que identifica lo abrupto de una segregación que aún hoy late en Norteamérica.

[Colson Whitehead: "El racismo nunca dejará de estar de actualidad"]

En su nueva novela, El ritmo de Harlem, Whitehead se adentra en la década de los sesenta de la zona de Harlem para rastrear esas desigualdades del sistema desde esas líneas de fuerza que le ofrece el personaje de Ray Carney, hijo de un mafioso local que trata de hacer lo correcto hasta que las circunstancias le ponen en una encrucijada.

O dicho de otra manera, su deseo de prosperar lo enfrenta a cuestiones de un momento histórico en el que Whitehead expone con pericia la diversidad y contrastes de la época. Una época que encuentra su reflejo con el presente, tanto en la violencia sistémica como en la corrupción y las desigualdades de clase.

He aquí una novela de prosa potente, contundente, con un pulso enérgico y sus dosis de sarcasmo

El libro se estructura en tres partes que abarcan de 1959 a 1964. Cada una de ellas marca el periplo del protagonista desde el golpe a las consecuencias que se generarán. A la vez, se retrata un periodo y esa zona de Nueva York con precisión, escarbando en hechos reales que el autor filtra en una ficción ejemplarmente construida.

Whitehead recurre al género negro de un modo irónico, sin caer demasiado en fórmulas que suenan repetidas. Lo hace a través de una prosa potente, detallista, armoniosa que se estira o comprime en función de los momentos que narra. Al mismo tiempo, en esta historia se perciben los ecos de los protagonistas de los libros de Chester Himes, Ataúd Ed Johnson y Sepulturero Jones, que se mueven en Harlem, o los de Donald Westlake, y esa capacidad para el humor y la debilidad humana tan presente en esta novela, sin olvidar las luces y sombras de películas tan icónicas como Atraco perfecto de Stanley Kubrik o La jungla de asfalto de John Huston.

['Los chicos de la Nickel', de Colson Whitehead, mejor novela internacional de 2020]

Quizás la plasmación de ciertas situaciones absurdas en un ambiente realista y la capacidad del género desde una óptica esquinada para adaptarse a cualquier realidad histórica, junto a la mirada para escarbar en las transformaciones sociales sean los elementos más reseñables de una novela contundente, con un pulso enérgico, con sus dosis de sarcasmo para impulsar no solo un retrato social que aún sacude hoy día, también para mostrar esas flaquezas de la condición humana que retratan a hombres y mujeres al margen de lo que hayan alcanzado para los estándares de la sociedad.