Un hecho anómalo (y gozoso) en el mercado de la poesía: este libro se publicó en Bogotá en 1986 y se publica ahora en España su decimoctava edición. Pocos libros tienen un éxito como este. El éxito es el del poeta, novelista y ensayista, Darío Jaramillo Agudelo (Santa Rosa de Osos, Antioquia, Colombia, 1947), poeta reconocido y que ha merecido diversas distinciones y, como queda dicho, viene teniendo un número de lectores como muy pocos.



Poemas de amor es lo que anuncia el título. Palabras de enamorado que dice a la amada ‘eres el misterio exacto que me da claridad’ y ‘en tu sosegado reposo le das sentido al mundo’; amor que da sentido al mundo ¿cabe mayor poder, mayor gozo?

La celebración del amor se extiende a la familia y es el recuerdo de lo cotidiano, de los ya idos, penas y alegrías, lo próximo y lo lejano, lo vivido, todo hace ‘que no esté solo en este lugar que habito solitario’. Y todo dicho sin retoricismos con la aparente naturalidad –no puede ser de otro modo en el artificio que es todo poema– de quien habla a la amada o a quien está cerca conversando.

Aunque todo el libro es un placer de lectura, destacaré “Colección de máscaras”, la sección final, donde se lleva al poema a diversos personajes de la literatura y de la filosofía y en casi todos los poemas es el personaje quien toma la palabra en monólogos dramáticos excelentes; en “Platón borracho” sentencia el filósofo: ‘sé que el amor es completarse’, que invita a leerse también como palabra del poeta.



‘¿Para qué las palabras si es posible el silencio?’ se preguntaba en cierta ocasión el poeta colombiano, y se puede responder que, por fortuna, dona en su escritura sus palabras precisas, su decir poético.