Conan. Ilustración de Maroto+Casas para la portada del volumen tres de 'Conan de Cimmeria', de Robert E. Howard. Editorial Minotauro

Conan. Ilustración de Maroto+Casas para la portada del volumen tres de 'Conan de Cimmeria', de Robert E. Howard. Editorial Minotauro

Letras

Conan, 'El Bárbaro': la épica de espada y brujería que inventó un joven de Texas en los años 30

El sello Minotauro reúne en tres gruesos volúmenes las historias del personaje más popular de la literatura 'pulp', creado por Robert E. Howard.

30 julio, 2023 01:55

Según cuenta Ortega y Gasset en Las Atlántidas, el siglo XX ensaya un modo inédito de concebir el pasado de la humanidad, gracias al apogeo de la etnología y de la arqueología. Esto comportó, dice, que el modelo de "cultura" se agrandara y que incluyera unos usos y unas artes, como las de los bosquimanos, que antes no suscitaban la atención de los sabios, y, además, que se descubrieran nuevos pueblos, como los tartesios.

En 1924, Ortega observa que esto supuso que los "bárbaros" penetraran en la prestigiada ciudadela de las humanidades occidentales, casi exclusivamente grecolatinas. A la etnología y la arqueología se adosó el pensamiento biológico de la historia: del mismo modo que estas incontables culturas nacen y crecen, también devienen civilizaciones, y se esclerotizan y, a la postre, colapsan. Este último pensamiento decadentista así como el pluralismo y el barbarismo encuentran un eco en las contemporáneas ficciones de quiosco de un joven malogrado del centro-oeste de Texas, EE. UU., llamado Robert Ervin Howard (1906-1936).

Howard vivió sólo tres décadas, pero escribió centenares de prosas breves y poemas en los años 20 y 30. Entre todo ello sobresale la figura de Conan de Cimmeria o Conan "el bárbaro" y su épica de espada y brujería.

Ilustración de Gregory Manchess en el volumen 3 de 'Conan de Cimmeria', de Robert E. Howard. Editorial Minotauro

Ilustración de Gregory Manchess en el volumen 3 de 'Conan de Cimmeria', de Robert E. Howard. Editorial Minotauro

Aunque, posteriormente, numerosos autores han escrito pastiches (prolongaciones de Lyon Sprague de Camp, Lin Carter, Björn Nyberg o Robert Jordan), así como cómics y cine, sobre el forzudo adorador del dios Crom, en puridad solo contamos con 23 conans de Howard. Algunos de ellos, en estado de boceto. Más concretamente, Howard publicó en la mítica revista pulp Weird Tales 17 títulos de la serie entre 1932 y 1936, año de su suicidio.

El sello Minotauro ha publicado todo esto, y otros interesantes materiales complementarios (el ensayo "la Edad Hiboria"), en tres gruesos volúmenes titulados, simplemente, Conan de Cimmeria y traducidos por Manuel Mata Álvarez-Santullano.

Conan de Crimmeria Vol. III

Robert Ervin Howard 

Traducción de Manuel Mata Álvarez- Santullano. Minotauro, 2023. 496 páginas. 50 €

El volumen 1 abarca los relatos publicados en la mencionada revista, dirigida por Farnsworth Wright, entre 1932 y 1933, y es ilustrado por Mark Schultz. Incluye "El fénix en la espada", "La Torre del Elefante", "La ciudadela escarlata" o "La reina de la Costa Negra". La introducción de Patrice Louinet es estupenda.

El volumen segundo reúne los trabajos howardianos de 1934, ilustrados por Gary Gianni. Entre ellos, "Nacerá una bruja" y la novela corta "La hora del dragón". Y el tercer Conan de Cimmeria cubre los años 1935 y 1936, y es donde se encuentra, de entre estos ilustradores, el que me parece más brillante: Gregory Manchess. Por otro lado, también en este volumen, el publicado más recientemente, se hallan dos de los mejores relatos, "Más allá del Río Negro" y "Clavos rojos".

En este último, leemos sobre un personaje llamado Olmec: "Aquellos ojos y labios contenían todo el cruel cinismo que se alberga bajo la superficie de una raza sofisticada y decadente". Como se ha dicho, es el último vocablo, decadente, la palabra clave. Las otras dos, barbarie y civilización, ya mentadas, aparecen en "Más allá del Río Negro": "La barbarie es el estado natural del hombre –dijo el colono sin apartar la mirada sombría del cimmerio–. La civilización es antinatural, es un capricho de las circunstancias. Y, a la postre, la barbarie siempre acabará triunfando".

En efecto, hay como una gravedad de ruina en los países inventados de Hiboria, Aquilonia, Estigia o Zamora, naciones aparecidas tras la desaparición de la Atlántida y antes de nuestra era. Conan pulula por un mundo atroz, unas veces bárbaro, otras olvidado y otras en descomposición. La violencia ambiente, por un lado, y el general tono de degradación provienen también de la Texas natal de Howard, que es la Texas del boom del petróleo. La mixtura de las historias de frontera y la decadencia que para el autor implicó el paso de una comunidad rural a una Sodoma y Gomorra de explotación, se plasman aquí.

Conan pulula por un mundo atroz, unas veces bárbaro, otras olvidado y otras en descomposición

Los mejores de los relatos de Conan, ya recordados, comienzan in medias res y nos ofrecen hasta dos giros. El estilo de Howard resulta brillante en las escenas de acción física, en las cuales se invierten la causa y el efecto por mor de la impresión. Así, Howard refiere primero la llaga que sangra y, después, la espada culpable. Ciertamente, en 1932 Howard ya tenía oficio: había vendido a las revistas populares de entonces numerosas épicas de personajes de otros tiempos, como Solomon Kane, en el XVII, Bran Mak Morn, el picto enfrentado a los romanos, así como varias historias sobre las Cruzadas y, más importante aquí, Kull de la Atlántida, rey que habitó el mundo 100.000 años antes de Cristo en otro reino decadente. De hecho, el primer relato de Conan, "El fénix en la espada", proviene de un relato de Kull que había quedado en el cajón (los editores también le rechazaron muchas cosas a Howard).

En los volúmenes de Minotauro, el intrépido Conan, moreno y de ojos azules, se enfrenta a sierpes gigantes, a brujos estigios, a hordas de pictos más bárbaros que él, a mercenarios más ayunos de ideal caballeresco que él mismo, y a cortesanos decadentes. También se empareja con alguna compañera, a veces tan brava y escultural como él (como Valeria). Asimismo, Conan hace frente a demonios y a extraterrestres. Son estas dos últimas especies ominosas, convocadas siempre por el ineludible personaje del mentado brujo, las que conceden a estos cuentos el toque weird o extraño que revela la influencia de otro autor del Weird Tales de Wright: el legendario H. P. Lovecraft, a quien Howard admira, con quien se cartea durante esos cuatro últimos años, de un lado a otro de Norteamérica (vivía en Providence, nunca se vieron en persona). Lovecraft y el resto de su círculo de corresponsales literarios, Bloch y Derleth, siguieron estos relatos de Conan con pasión y lloraron el pistoletazo letal de 1936, en Cross Plains.