Empecemos con la buena noticia: el índice de lectura en España ha aumentado un 5 % en la última década. Así lo revela la nueva edición del Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España, correspondiente a 2023 y encargado por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) a la consultora Conecta, con el patrocinio de CEDRO (la entidad de gestión de derechos de autores y editores) y el Ministerio de Cultura.
Después de la subida en el índice de lectura propiciado por la pandemia (del 62,2 % de 2019 al 64,0 % de 2020), en los años siguientes el porcentaje de personas mayores de 14 años que leen libros en su tiempo libre al menos una vez al trimestre se ha mantenido estable en torno a esa cifra. Escaló suavemente hasta el 64,4% en 2021, hasta el 64,8% un año más tarde, y en 2023 la cifra desciende ligeramente hasta el 64,1 %. No obstante, la FGEE considera que la lectura "se mantiene estable", ya que las pequeñas variaciones decimales de estos últimos tres años entran "dentro de los márgenes de error" que pueden arrojar estos estudios basados en encuestas telefónicas, según ha explicado Óscar Chicharro, de Conecta.
El índice total de lectura de libros (quienes los leen tanto por ocio como por trabajo o estudios) es algo mayor, del 68,3 %. Si sumamos a los lectores de cómics (un 10,8% de los encuestados), el porcentaje sube al 69,7 %.
Vamos ahora con el principal dato malo, tal y como lo ha expresado el presidente de la FGEE, Daniel Fernández: "Sigue habiendo un tozudo tercio de españoles que jamás abre un libro". El dato preciso es el 35,9 %. Estos encuestados afirman que no leen "nunca o casi nunca" en su tiempo libre. Fernández intuye que ese mismo tercio de españoles "jamás entra en una biblioteca, pisa un museo o entra en una galería de arte".
El hecho de que haya "una significativa parte de la sociedad que no lee acaba creando desigualdades sociales", opina Fernández. "Las sociedades lectoras son más prósperas económicamente, tienen una mayor innovación, registran más patentes y progresan más en términos de derechos y libertades", ha afirmado. Lo que sí tiene claro es que "los hijos de padres lectores acaban siendo adultos lectores".
En cuanto a los motivos para no leer, el más habitual es la falta de tiempo (un 44,3 %). El segundo es preferir otros entretenimientos (31,1 %), afirmación que ha crecido un 10 % en la última década. Es decir, los no lectores ahora reconocen de manera más abierta que prefieren entretenerse de otra forma antes que leyendo. Y entre las alternativas de ocio, la gran mayoría (39%) prefiere entretenerse con las pantallas, ya sea viendo la televisión (17%), internet, redes sociales y YouTube (16%) o series y películas en plataformas de streaming (13%).
En el otro extremo del espectro, tenemos a un 52 % de españoles que son lectores frecuentes, es decir, que leen libros en su tiempo libre diaria o semanalmente. Por su parte, los lectores mensuales y trimestrales conforman el 12,1 % de la muestra.
El estudio se ha presentado este miércoles en la Biblioteca Nacional de España, con la participación del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que ha definido este barómetro como "un test de salud cultural" de nuestro país. "En nuestro país se lee, y se lee cada vez más, pero aspiramos a que esto vaya aún más allá", ha afirmado el ministro, que ha manifestado el compromiso de su departamento por seguir promoviendo la lectura con planes públicos, entre ellos el Plan de Fomento de la Lectura 2021-2024 y el nuevo plan 'Lectura infinita', así como apoyar a las librerías de barrio, que son "centros culturales de primer orden". También ha hecho hincapié en que la lectura puede ayudar a "superar las brechas entre los ámbitos rural y urbano", fomentando "la cohesión social y territorial".
Desigualdades en la lectura
Entre las desigualdades lectoras, sigue destacando la de género. En España las mujeres leen bastante más que los hombres en su tiempo libre: el 68,6 % frente al 59,3 %.
Aunque la lectura ha crecido en todas las comunidades autónomas desde 2012 hasta ahora, sigue habiendo notables diferencias entre ellas, y el ranking ha variado poco: Madrid, Cataluña, Navarra, País Vasco y La Rioja ocupan los primeros puestos, mientras que Extremadura se sitúa en último lugar, seguida de Canarias, Castilla-La Mancha, Andalucía y Murcia.
No obstante, la mayor desigualdad lectora viene dada por el nivel educativo: el 86,1 % de los universitarios leen libros al menos una vez al trimestre, mientras que solo el 38,1% de quienes han cursado solamente estudios primarios lo hace. El dato de quienes tienen estudios secundarios se sitúa en el 61,6 %. No obstante, el porcentaje ha crecido en los tres segmentos en la última década.
En cuanto a los segmentos de edad, el más lector es el que va de 14 a 24 años (74 %), seguido por el de 25 a 65 años (65,8 %). "Esto desmiente el tópico de que los jóvenes de nuestro país no están interesados en los libros", ha afirmado Urtasun.
Por el contrario, el rango menos lector es el de la tercera edad, con un 53,7 % de lectores en tiempo libre. No obstante, es el que más ha crecido desde 2012 (+15,5 %), sobre todo porque quienes van ingresando en este tramo de edad tienen un nivel educativo superior al de las generaciones anteriores.
Compra de libros, bibliotecas, lectura digital y audiolibros
La compra de libros "no ha dejado de crecer de forma suave" en los últimos años, ha explicado Óscar Chicharro. En 2012, con la crisis económica aún coleando, el dato tocó fondo con un 40,3 % de encuestados que habían comprado libros (exluyendo los de texto). La cifra había mejorado significativamente en el siguiente estudio, elaborado en 2017 (47,3 %), y desde entonces, con un seguimiento anual, la compra de libros ha ido escalando hasta el 53,2 % de 2023.
En cuanto a los establecimientos donde se compran los libros, las librerías se mantienen como el canal preferido (45%), seguidas por Internet, que ha experimentado un espectacular ascenso desde el 4 % en 2012 hasta el 26 % en 2023, y las cadenas de librerías, con un 13 %. Caen bastante, por el contrario, los grandes almacenes, desde el 11 % hasta el 6 % en los últimos 11 años.
La lectura de libros en soporte digital, por su parte, se mantiene estable en los últimos años, situándose en el 29,7 %. Del total de lectores digitales, solo un 38,3 % descargó libros de pago en 2023. El resto los descarga gratuitamente de internet (legal o ilegalmente, y dos tercios saben distinguir perfectamente una opción de otra) o los consiguen a través de amigos o familiares.
En cuanto al audiolibro, es un formato que aún representa una mínima parte del mercado (un 6,9 % de los encuestados los consume de manera ocasional o frecuente), aunque han crecido mucho en los últimos cinco años (2,4 % en 2018).
En lo que respecta a las bibliotecas, estas reciben una nota media de 8,4 sobre 10, aunque solo el 26% de los españoles acudió a una en 2023.
Aquí puede consultar los principales datos del estudio.