Leer no te hace mejor. La lectura no te convierte en una buena persona. Tampoco te vuelve más guapo ni más alto. Hay personas terribles que devoran miles de páginas al año y personas maravillosas totalmente analfabetas. No, los libros no te salvan, pero al menos te ofrecen un refugio, un lugar donde alejarte de la vida y mirarla a los ojos desde otro ángulo; así como la escritura puede ser un bálsamo.
Esta es una de las reflexiones del escritor Antonio Muñoz Molina a su llegada a Remanso, el primer retiro de lectura de España. Una iniciativa que nació con la idea de convertirse en un espacio para el recogimiento y la calma, para la práctica del silencio y la antención plena.
Miguel Á. Cayuela, gestor de proyectos culturales y educativos y cofundador de Remanso, tuvo la idea de crear este proyecto tras pasar unos días en un retiro de yoga. Compartió sus ideas con su amiga Delia Bento, matemática y antropóloga, y entre ambos y la ayuda de más compañeros se pusieron manos a la obra.
Necesitaban un espacio en consonancia con la filosofía de Remanso y lo encontraron. Miguel descubrió el hotel Quinta San Francisco, construido a partir de las ruinas de un antiguo convento del siglo XIV que actualmente sirve de alojamiento a los peregrinos que quieren darse un capricho en el Camino de Santiago. Su ubicación en Castrojeriz, considerado uno de los pueblos más bonitos de Castilla y León, sus 20 habitaciones y sus vistas al huerto y las montañas, lo convierten en el escenario idóneo para perderse entre páginas.
El 21 de septiembre lanzaron la convocatoria y en pocos días ya tenían las 16 plazas cubiertas, un pequeño grupo para facilitar la conversación y el recogimiento. El viernes 20 de octubre comenzaron a llegar poco a poco los 'peregrinos de la lectura' al hospedaje. Lectores de Valladolid, de Murcia, de Madrid y algunos de Almería que habían hecho más de ocho horas en coche para no perderse la experiencia. Una médica, un ferroviario, una profesora de mindfullnes, un arquitecto, una abogada, un bibliotecario... profesiones y edades diversas con una misma pasión por las palabras.
Al principio todos pensaban que era un fraude. Es la confesión que se repite entre los asistentes durante el transcurso de la cena de bienvenida. "Me parecía demasiado bonito para ser real", dicen. Nadie creía que pudiera ser posible que Antonio Muñoz Molina fuera a acompañarles un fin de semana en la lectura de su última novela, No te veré morir. Al propio Cayuela también le cuesta creerlo: "Me he levantado cada mañana esperando un correo suyo diciendo que no podía venir". No obstante, a algunos concurrentes no parece importarles: "Aunque no venga, para mí ya ha valido la pena".
Durante la cena en el enorme comedor del hotel, de techos altos e inspirado en la arquitectura de los txokos vascos, Delia pronuncia el manifiesto de Remanso para inaugurar la experiencia: "Los libros son un gimnasio sencillo y barato", "un Big Ban luminoso en el recinto de nuestra mente". Son palabras de Irene Vallejo recogidas en su obrita Manifiesto por la lectura, que Delia ha escogido por sentir cercana a los ideales de Remanso. Con las palabras de Vallejo en boca de Delia y un ejemplar de este pequeño libro bajo el brazo, los lectores se retiran a sus habitaciones para saborear su primera introducción al retiro.
Al día siguiente da comienzo la lectura oficial de No te veré morir. Serán cuatro horas de lectura ininterrumpida hasta la llegada de Antonio Muñoz Molina. Algunos leen en sus habitaciones, algunos en el exterior y otros en el salón del hotel, junto a la chimenea. Muchos no terminan de creerse que tengan tanto tiempo para dedicar única y exclusivamente a la lectura. Conforme avanza el reloj, preguntas como "¿Por qué página vas?" comienzan a escucharse entre ellos.
A mediodía, cuando el hambre comienza a rugir en los estómagos, aparece Muñoz Molina. Automáticamente se forma un corrillo a su alrededor, frente a la fachada principal del hotel, como niños que esperan sus regalos el día de Navidad. No tardan en llegar: el escritor les obsequia con algunos pensamientos que ha tenido durante su viaje hasta la finca. "¿Por qué escuchamos muchas veces las canciones que nos gustan y las novelas sólo las leemos una vez?", inquiere. "Creo que muchas veces no somos sinceros con nuestras lecturas, que nos obligamos a que nos gusten. Parece que el libro te juzga a ti, que te dice 'No estás siendo contemporáneo'".
Antes de que termine el día, los lectores se reúnen nuevamente con el autor, cuando algunos llevan ya más de la mitad de libro avanzado y otros están a punto de terminarlo. Muñoz Molina les confiesa que la primera frase del libro se le ocurrió fregando los platos. "No tengo una historia si no tengo un comienzo", cuenta. El inicio de No te veré morir es una suerte de sueño, una ilusión de ensoñación, una vaga sensación de irrealidad. Tal vez la misma que pudo invadir también a Miguel Ángel cuando decidió sacar adelante Remanso. No sabía cómo ni cuál sería el desenlace, pero al menos tenía un principio.
A la mañana siguiente, con el libro ya terminado, los 'peregrinos de la lectura' se reúnen por última vez con Molina para compartir sus impresiones finales. Después visitan Castrojeriz y sus alrededores: las ruinas del Monasterio de San Antón (donde se ubica uno de los albergues más auténticos del Camino de Santiago), la iglesia del pueblo y, finalmente, el ayuntamiento.
En el consistorio les espera Beatriz Francés Pérez, la alcaldesa, y un grupo de vecinos que han acudido para conocer en persona a Antonio Muñoz Molina y conseguir su libro. El escritor dedica unas palabras a los asistentes: "Hace sólo 24 horas que estoy aquí, pero siento que ha pasado mucho más tiempo. He visitado la Iglesia de Nuestra Señora del Manzano, he visto a los peregrinos, he conocido a personas estupendas, personas como yo, interesadas en la literatura, pero también en la vida común. Como dijo Virginia Woolf, "una sociedad secreta de gente defensora de la libertad".
Según Muñoz Molina, esa sociedad no habita siempre donde todo el mundo cree, no está necesariamente en los círculos de poesía de las grandes ciudades, o en los encuentros literarios de gran renombre. De hecho, en esos lugares a veces uno puede encontrarse "una profunda ignorancia cubierta por una capa de esnobismo". "En la Federación de Pensionistas y Jubilados de CC. OO. es donde yo he encontrado a las personas más cultas. Estar aquí es una lección", concluyó.
Remanso volverá a reunir a su particular sociedad secreta este mismo fin de semana en Níjar (Almería), esta vez con la compañía de la escritora Marta Carnicero y su libro Matrioskas. Las 18 plazas para asistir presencialmente ya están cubiertas, pero desde la organización animan a todo el mundo a sumarse a la lectura desde casa siguiendo los tiempos programados y compartiendo después sus sensaciones.
La tercera edición llegará el 16 de marzo con Belén López Peiró y su desgarradora obra Por qué volvías cada verano, donde la autora narra los abusos sexuales que sufrió por parte de su tío durante la adolescencia. Le seguirán un retiro en abril con Sergio del Molino, recientemente galardonado con el Premio Alfaguara de Novela por Los alemanes, y otro en mayo junto a Esmeralda Berbel (a falta de confirmar todavía nuevas fechas y autores).
"En un mundo cada vez más acelerado, propuestas como esta cobran un valor especial, todos necesitamos una trastienda, cada vez más", expresan desde la organización de Remanso. En un tiempo de ruido e hipercomunicación, de escaparates y apariencias, el nuevo lujo es el silencio, la posibilidad de un remanso donde leerse y escucharse a uno mismo y a los otros profundamente y sin prisa.