Tus canciones y las mías

Daniel Ramírez García-mina

Aguilar, 2024. 88 páginas. 17,90€

Todos los poemas tienen un título, un subtítulo que es una de las canciones del mencionado cuarteto y como lema algunas palabras de la canción de que se trate (no todas son canciones de The Beatles, dos son de George Harrison y una de John Lennon cuando ya se habían separado), canciones de las que se dice que acaban “descubriendo el camino del corazón” —si se me permite la intromisión: ¡qué bien lo comprendo!, y escribió Nietzsche: “Sin música, la vida sería un error”—. Y, puestos a dar cuenta detallada, un poema está dedicado a Hombres G y en otro se insertan unas palabras de “Knocking on Heaven’s Door” de Bob Dylan).

Como queda adelantado, Tus canciones y las mías viene a ser una autobiografía poetizada, un discurso que arranca en la niñez, atraviesa la juventud, el traslado a Madrid, y alcanza al personaje en su edad adulta, su ahora. Como es natural, no faltan familiares y otras personas con las que el yo ha tenido relación en los textos.

Y se puede añadir que en ese trabajo de hacer saber del pasado están en sintonía otros libros de Ramírez, como, al menos, Costumbres de Navarra, Porque somos Osasuna, y en definitiva su labor periodística. Se trataría de poner por escrito la memoria. No sin humor dirá: “No tengo mundo interior, / tengo mundo anterior”.

Estos poemas vienen a ser una contrapartida de ese trabajo del poeta —“Escribo en el periódico, / hablo en la radio”, dirá—, una especie de crónica, un género periodístico que exige la información, en el que no por ello se excluye la interpretación, y, en cuanto se habla o escribe para muchos, le es propia la claridad. Y así es, la escritura poética de Ramírez, de la que él mismo ha declarado que “podría incluso decirse que es periodística”, rehúye la ficción y responde a la poética de la línea clara.

Al tiempo que los poemas van atrapando en palabras escenas del ayer, anécdotas, vividas algunas con escaso éxito. Sin embargo, escribe, “sobre todas esas derrotas / levanté mi felicidad”, y es que va discurriendo por los poemas uno de los temas universales de la poesía, y no solo de ella, la muerte, inseparable de la vida: “Sé que riendo / estoy muriendo / y que sufriendo / estoy viviendo”. La muerte, la de los seres queridos, los poetas muertos a los que recita, el miedo a morir, el miedo a la muerte de los otros, a su ausencia.

Pese a la muerte, inevitable, Tus canciones y las mías es un canto a la vida y así se dice: “Ahora celebro la vida menuda, / que es la vida verdadera”, el “disfrutar / de lo terriblemente efímero”, como se disfruta de estos poemas de “un hombre que investiga amaneceres”.