Antonio Moreno. Foto: Cálamo.

Antonio Moreno. Foto: Cálamo.

Letras

'Al Dios sin nombre' de Antonio Moreno: la sencillez y la belleza de lo cotidiano

El poeta alicantino publica su último libro después de una trayectoria de treinta años.

2 marzo, 2024 02:26

Hace treinta años que Antonio Moreno (Alicante, 1964) publicó su primer libro. Le han seguido otros quince. Los últimos, Unos días de invierno, Más de mil vidas y Lo inesperado. En Intervalo reunió su poesía y en El viaje de la luz la antologó. También ha publicado prosas: diarios, crítica… Las más recientes, Estar no estando (Un viaje extremeño), El sueño de los vencejos y Visita de año nuevo.

Su poesía confirma, en palabras de Andrés Trapiello (uno de sus editores), que “la naturalidad es a menudo la facilidad de lo difícil”. Y no es sencillo hablar del alma (“Porque escribir es eso: oír el alma”). Ni de “lo invisible”.

Al Dios sin nombre

Antonio Moreno

Cálamo, 2023. 60 páginas. 12€ 


Menos aún hacerlo con humildad (“Hacia esa pequeñez que transfigura / en transparencia todo cuanto existe”) y cercanía. Una gota de agua, por ejemplo, motivo del deslumbrante primer poema. Y la colada, una tormenta o unos gorriones. Hay que “detenerse a ver bien sin prisa alguna”.

Situarse ante “la realidad, que nunca nos espera, / porque siempre amanece extraña, incógnita”. Desde una ventana. “Un ojo es luz / mirándose a sí misma”. “Escuchas, ves, atiendes”. Eres “testigo”. Porque “quizá la noche exista / sólo para que suene / el eco de ese autillo”. Antes de que desaparezca para siempre “la estela blanca de los años idos”.

Ocupa la segunda parte un extenso monólogo dividido en dieciséis fragmentos, escrito, diría, en estado de gracia. Se ajusta a la cita de Antonio Machado que lo abre: “Converso con el hombre…”. Un Dios, al que habla, sí, pero al que también niega y refuta. Ausencia y presencia: “oírte cerca y nunca darte alcance”.

“Cada día converso con mi muerte”, escribe, aunque la “ignoro”. “Mi fe son mis sentidos escuchándote”, revela. Leemos que con Al Dios sin nombre “su autor concluye la publicación de poemas”. Lástima. Eran su “espejo”.