Agencias

La Universidad de Salamanca ha entregado el honoris causa póstumo al célebre intelectual Miguel de Unamuno, quien fuera su rector tres veces, en "desagravio" al destierro en Fuerteventura que le impuso Miguel Primo de Rivera y del que en febrero se cumplieron cien años.

La distinción ha sido recibida en su nombre por tres de sus nietos, que han impulsado y agradecido este reconocimiento como un "acto de reparación por el destierro injusto" que sufrió el 20 de febrero de 1924 debido a sus críticas contra la dictadura.

"Este honoris es suyo desde hace un siglo, cuando estaba enfrentándose al poder represivo", ha dicho, visiblemente emocionado, Miguel de Unamuno Adarraga, uno de los dos únicos nietos que llegaron a conocerlo y que aún viven. Su hermana, Salomé de Unamuno Adarraga, ha expresado lo importante que es este reconocimiento para la familia del exrector, quien alcanzó a conocer a seis nietos de los trece que tuvo.

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El más joven de todos, Pablo de Unamuno, ha ejercido de padrino del acto y ha pronunciado por tanto la laudatio —el discurso sobre los méritos—, una defensa de la libertad de pensamiento de su abuelo, de su compromiso cívico y social, así como de su extensa y completa actividad intelectual.

"No le gustaba que le pusieran etiquetas. Como representante destacado de la generación del 98, era un librepensador, con independencia de los partidos políticos, algo que no lo distanció de la preocupación por el bien colectivo", ha destacado.

La Universidad de Salamanca fue el único destino de la vida académica de Unamuno, quien priorizó su actividad docente sobre todas las otras y fue rector durante 16 años divididos en tres periodos entre 1900 y 1936, y destituido tres veces por los gobernantes del momento.

"Cuando él llega aquí se encuentra una institución dormida, estancada, perezosa. Llega a comentar en una carta: 'A esta universidad se le va todo en comisiones, misas, mascaradas y ceremonias'", ha relatado su nieto, para recordar también que se le señaló "por vasco y por socialista" cuando se enfrentaba "con su estilo liberal a la derecha antiliberal".

El alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, el presidente del Consejo Social de la Universidad de Salamanca, Ignacio Sánchez Galán, el rector de la USAL, Ricardo Rivero, la nieta de Miguel de Unamuno, Salomé de Unamuno, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y el nieto de Miguel de Unamuno, Pablo de Unamuno, posan tras el descubrimiento del Vítor durante el acto de investidura como Doctor Honoris Causa de la Universidad de Salamanca, a título póstumo, a Miguel de Unamuno, en el paraninfo de la USAL. Foto: Manuel Laya / Europa Press

En su discurso, el actual rector, Ricardo Rivero, ha asegura que "Unamuno salvó a la Universidad de Salamanca". Y ha añadido: "Hemos de recordar la situación que encontró, con una ley que había perjudicado al estudio y había concentrado el doctorado en Madrid".

"Hoy reconocemos en esta universidad al más coherente de sus profesores, a su más completo rector, al intelectual de más audacia de su tiempo, rasgos personales que le costarían el destierro y otros muchos pesares, pero que también le hicieron un héroe con mayúsculas y por eso le seguimos recordando", ha dicho.

Rivero ha hablado de Unamuno como "rector perpetuo" de la Universidad de Salamanca, donde da nombre al campus, la casa rectoral es su casa-museo y hasta el polideportivo se llama como él, algo que "le hubiera gustado" al escritor por su afición a la actividad física.

"Quizás podría haberse aprobado antes —la distinción—, pero ha habido unanimidad y hemos expresado nuestro respeto y admiración a don Miguel hasta el día de hoy", ha subrayado en referencia a este reconocimiento, el máximo honor que puede entregar la universidad, una idea que propusieron a los nietos de Unamuno dos de sus estudiosos: los hispanistas franceses Colette y Jean-Claude Rabaté.

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Tal y como recogió Alejandro Amenábar en la película Mientras dure la guerra (2019), Unamuno protagonizó uno de los episodios más recordados de la historia reciente de España en la Universidad de Salamanca. El 12 de octubre de 1936, apenas unos meses después del alzamiento, se produjo en el Paraninfo de la institución un histórico enfrentamiento entre Millán Astray, líder de los legionarios, y Unamuno, nombrado rector vitalicio por decreto unos días atrás. Para la historia, la frase "Venceréis, pero no convenceréis".