Marine Le Pen (arriba a la izquierda), Emmanuel Macron (abajo a la izquierda) y Jean-Luc Mélenchon (derecha), candidatos a presidir la República francesa. Diseño: Rubén Vique

Marine Le Pen (arriba a la izquierda), Emmanuel Macron (abajo a la izquierda) y Jean-Luc Mélenchon (derecha), candidatos a presidir la República francesa. Diseño: Rubén Vique

Letras

Francia, en vilo: ocho escritores galos opinan ante un horizonte extremista

Autores como Lipovetsky, Onfray y Lafon analizan la situación de su país, que se juega su futuro en la segunda vuelta de las elecciones legislativas.

7 julio, 2024 01:29

Ha llegado la hora de la verdad. Los franceses votarán este domingo en la segunda vuelta de las elecciones legislativas convocadas de manera repentina por Emmanuel Macron. Algunos atisban el fantasma de Vichy en un horizonte con el partido de Marine Le Pen presto a tomar los mandos de un país polarizado y agitado por el miedo y la rabia social.

Sondeamos la perspectiva de varios escritores galos ante este escenario: Gilles Lipovetsky, Michel Onfray, Brigitte Giraud, Nicolas Mathieu, Florence Noiville, Jean-Baptiste Andrea, Abdelá Taia y Lola Lafon. Sus opiniones reflejan la profundidad de las heridas de Francia.

Gilles Lipovetsky

"Hay un Islam que pone al profeta por encima de la República"

Hay un auge del populismo. No existe ya una adhesión profunda a ninguna ideología. La gente está decepcionada pero no debemos pensar que los franceses se han convertido en racistas y fascistas. Lo que se impone es el escepticismo y la desconfianza, que, en esencia, pueden explicarse por el auge del individualismo. Es fácil defraudar a los ciudadanos porque tienen aspiraciones y demandas muy personales. Pronto dejaremos de votar movidos por las ideologías. Lo haremos ya solo por intereses personales. Hay más razones de la situación actual: la reforma de las pensiones, los 'chalecos amarillos'… La clase media se siente olvidada en los equilibrismos macroeconómicos.

Frente a esto, la izquierda no ofrece una alternativa. Y la extrema derecha de Agrupación Nacional nos remite a la Francia de Vichy, porque no se puede olvidar de dónde viene: del Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen, el padre de Marine. Ha heredado características como el antisemitismo. También vivimos una guerra cultural contra el Islam político, no el cultural. Existe un islam moderado, que no va necesariamente contra los principios republicanos. Pero se da además un islamismo que pone al profeta por encima de las leyes y cuestiona el laicismo. Lo del velo en las escuelas, por ejemplo, es una verdadera crisis.

No creo, por otra parte, que los intelectuales se hayan lavado las manos. Sigue vigente entre ellos la defensa de la democracia y el laicismo pero su papel ha cambiado. No es como cuando el caso Dreyfus. Hoy su proyección es mucho más pequeña, en gran medida por la mencionada desconfianza de la ciudadanía.

Lipovetsky (Millau, 1944) es uno de los más influyentes filósofos y sociólogos de Francia. Caballero de la Legión de Honor, se ha volcado en el estudio de la cultura de masas, el consumismo, la posmodernidad... Es autor del seminal ensayo La era del vacío.

Michel Onfray

"Miterrand vendió una Europa mágica que ha sido lo contrario"

Miterrand nos vendió una Europa mágica capaz de acabar con el desempleo, la miseria, la pobreza, la guerra, la xenofobia, el racismo... Esta Europa que se pagó con el precio del abandono de la soberanía nacional ha generado todo lo contrario. En 2005, la gente rechazó la Constitución Europea pero en 2008 la clase política europeísta de derecha e izquierda se la impuso mediante el Tratado de Lisboa. Lo que sucede hoy tiene que ver con este ninguneo. El proyecto europeísta es este: disolución de las naciones y de los pueblos en la unidad del mercado europeo y esto dentro de un gran mercado mundial donde todo se vende y se compra, hasta los úteros.

La descristianización está a la orden del día porque es el antiguo cimiento de la civilización que hay que pulverizar y el Islam político, el de los Hermanos Musulmanes, contribuye eficazmente en esta empresa. Mientras, la izquierda se ha convertido a las ideas liberales de la derecha. Y la izquierda de esta izquierda se ha vuelto islamoizquierdista, wokista y, como acabamos de ver con el 7 de octubre, antisionista y antisemita. Estas dos izquierdas están enviando a la gente a los brazos de Marine Le Pen.

Decir, por otro lado, que el partido de esta forma parte de Vichy es tanto como decir que el PCF de hoy es el del pacto germano-soviético, que lo convirtió en colaborador de los nazis entre 1939 y 1941, hasta que Hitler lo rompió con la Operación Barbarroja.

Y los intelectuales, académicos, investigadores, periodistas, actores y cómicos van al comedero, ¡como siempre! Nuestro totalitarismo atmosférico tiene sus resistentes, y yo, como Solzhenitsyn, intento ser uno de ellos. 

Onfray (Argentan, 1959) es un pensador siempre incómodo y contestatario, amén de nietzscheano confeso. Autor prolífico, ha publicado más de un centenar de obras. Entre ellas, Política del rebelde, Los ultras de las Luces, Ars moriendi...

Brigitte Giraud

"La guerra de Argelia hizo racistas a los franceses"

La desindustrialización ha sido clave en esta deriva. Empezó hace 20 años y ha dejado a mucha gente a la intemperie. La izquierda no ha hecho lo suficiente para proteger a estas personas. Cuando estuvo en el poder, no se hizo cargo de los trabajadores más precarios ni de los desempleados. Y Macron ha sido muy duro con la mayoría humilde: el movimiento de los 'chalecos amarillos' fue duramente reprimido, numerosas leyes han mermado los servicios públicos, no se escucha a las enfermeras ni a los docentes, la reforma de las pensiones fue muy mal recibida, sobre todo porque el presidente no ha dudado en gobernar mediante el artículo 49.3.

Además, a este descontento se suma que medios como CNews o Europe 1 machacan con la idea de que los causantes del malestar de Francia son las poblaciones inmigrantes. Desde hace varios años existe un verdadero ensañamiento contra los árabes. Pero dentro de cada francés hay un racista aterrador desde la guerra de Argelia.

El problema en los suburbios es que apenas existen servicios públicos: correos, policía, seguridad social… La población queda en manos de organizaciones evangélicas y musulmanas, que ayudan a los niños con los deberes, ofrecen meriendas y alivian a las madres sobrecargadas. Hay intelectuales, escritores y músicos en contacto con esta gente, pero esto no es glamuroso como para tener cobertura mediática. Pero si la literatura se desconecta de esta realidad, no habrá nada que hacer. 

Giraud (Sidi Bel Abbès, Argelia, 1960) ganó el Premio Goncourt en 2007 con L’amour est très surestimé. Aquí ha publicado Vivir deprisa y Tener un cuerpo (Contraseña).

Nicolas Mathieu

"Agrupación Nacional comparte valores con Vichy"

Hemos llegado aquí por causas innumerables: desindustrialización, globalización, retroceso de los servicios públicos en las provincias, machaque informativo de los medios conservadores, aumento de las desigualdades, inflación, terrorismo… Pero la sordera, la ceguera, el desprecio, el autoritarismo del poder es lo determinante. Entre los representantes de las clases trabajadoras, lo que ha sucedido es que el Partido Socialista acabó con el Partido Comunista en los 80. Luego, la socialdemocracia se alejó de las clases trabajadoras de las provincias. Fue un giro masivo hacia la derecha.

¿La extrema derecha de Agrupación Nacional de Le Pen puede considerarse heredera de Vichy? Pues sí y no. Viene de ahí y comparte muchos de sus valores y diagnósticos. Pero eso no es suficiente para establecer la asociación. Hay que tener en cuenta que Francia también está afectada por el movimiento reaccionario y antiliberal que se manifiesta en todas las democracias occidentales. Aquí también vivimos tensiones culturales reales, exacerbadas por ciertos medios de comunicación, explotadas por algunos partidos, reforzadas por noticias recientes que claramente facilitan la tarea de la extrema derecha.

Por otro lado, el antielitismo es muy fuerte y en parte está justificado. El desprecio de las clases favorecidas de la sociedad por las ideas, estilos de vida, hábitos e intereses de los menos favorecidos me parece bastante obvio.

Mathieu (Épinal, 1978) ganó el Goncourt en 2018 con su segunda novela, Sus hijos después de ellos, publicada en España por ADN, que también ha editado Connemara.

Florence Noiville

"El mestizaje es el fantasma de la unidad nacional"

¿A quién responsabilizar de que la Asamblea Nacional pueda caer en manos de la extrema derecha? Mi respuesta es objetiva: a Emmanuel Macron, responsable él solito de haber disuelto la cámara y de lanzar la campaña más corta de la historia moderna en un momento así. ¡Es lo que podemos llamar un coup de théâtre! Por cierto, la gran dama del teatro Ariane Mnouchkine publicó en Libération un bello artículo justo después de la disolución preguntándose qué no hicimos o qué hicimos que no deberíamos haber hecho para llegar aquí. Fue muy crítica consigo misma y con sus compañeros. "Hemos defraudado a la gente por falta de imaginación", decía. La conclusión es que ha habido un sector de la cultura ensimismado que ha ignorado los problemas sociales.

Estoy convencida de que si Agrupación Nacional gana y se hace con los resortes del poder, la literatura desempeñará un papel importante, como ocurre en cualquier periodo oscuro. Un gobierno autoritario no puede tener el control total de la literatura, ni siquiera cuando grandes capitalistas, próximos a Agrupación Nacional, tomen el poder de las principales editoriales. Recuerdo, por ejemplo, a Carlos Liscano, el escritor uruguayo encarcelado que escribía sus obras en papelitos pegados dentro de una guitarra que había conseguido sacar de la cárcel.

La palabra "cultura", por cierto, no aparece ni una sola vez en su programa. Aparece "patrimonio", que es francés, nacional. Nada de mestizaje, que es el fantasma de la unidad nacional. 

Florence Noiville (París, 1961) es periodista, divulgadora literaria en televisión y escritora. En España acaba de publicar Milan Kundera. Un retrato íntimo (Tusquets).

Jean-Baptiste Andrea

"Un país de tolerancia debe combatir la intolerancia"

No pretendo dar lecciones pero creo que fundamentalmente, más allá de las personas en el poder y sus defectos, los últimos gobiernos (y esto se remonta a principios de la década de 2000) no han logrado ofrecer una visión del futuro a la gente normal, agobiada por las guerras y el cambio climático. Es comprensible que personas desamparadas y enfadadas recurran a partidos que aún no han gobernado para "ver si las cosas mejoran". Pero no veo que la izquierda haya puesto en bandeja la victoria de nadie. Muchos votantes están asustados por los vínculos entre una izquierda que se supone representa el humanismo y su ala más extrema.

Desconfío, por otro lado, de la asociación de Le Pen con Vichy, me parece fácil. No tengo ninguna simpatía por la extrema derecha pero encuentro que este tipo de caricaturas acentúan el embrutecimiento del debate político. Y no tengo ninguna simpatía por la extrema izquierda, pero tampoco voy a afirmar que busquen un régimen soviético.

Asimismo, no debe confundirse el islam y el islamismo radical, como el catolicismo poco tiene que ver con la Inquisición. La confusión alimenta el racismo. No hay guerra cultural en Francia pero sí fuerzas en acción contrarias al espíritu republicano. Somos un país de tolerancia, y esta tolerancia implica luchar contra todas las formas de extremismo. Esta es la paradoja de Karl Popper. Si en nombre de la tolerancia dejamos que todo suceda, acabaremos en un mundo intolerante. 

Andrea (Saint-Germain-en-Laye, 1971) es director, guionista y escritor. Con su cuarta novela, Cuidar de ella, se alzó con el premio de novela FNAC 2023 y el Goncourt.

Abdelá Taia

"Gente de izquierda votará a Le Pen para vengarse"

Casi todos los partidos han bajado de guardia y la extrema derecha, así, ha impuesto su agenda política. La izquierda ha abandonado los combates sociales y la defensa de las clases populares. Se ha estancado en guerras personales y algunos de sus representantes han adoptado el terrorífico mercado económico liberal en detrimento de la gente. Este abandono explica, entre otros, que algunos franceses de izquierda ahora votarán a Agrupación Nacional. Para vengarse.

Es muy triste admitirlo pero hay un fuerte deseo por la extrema derecha en Francia. Ya no es ninguna vergüenza. El racismo desinhibido está de moda. Esto no es nuevo. El pasado de Vichy ha vuelto. Claro. Resucitado. Más que nunca, los extranjeros y las minorías pagarán un alto precio en los próximos meses. La islamofobia se ha vuelto muy común, y no solo en el partido de Le Pen. Incluso figuras políticas y culturales "respetables" asoman regularmente en los medios para expresar con impunidad sus comentarios racistas contra los musulmanes. Explican, desde su punto de vista, la decadencia de Francia.

Evidentemente, se trata de una estrategia clásica: la culpa siempre es de los extranjeros. No creo en absoluto en la teoría del choque de civilizaciones o de la guerra de culturas. Son teorías inventadas para justificar el odio a los extranjeros y su discriminación por ley. La libertad y la justicia no tienen sentido si no conciernen a todos. La fraternidad no tiene sentido si es solo para hombres blancos. 

Taia (Salem, Marruecos, 1973). Afincado en París desde 1998, ganó el Premio Cálamo con Mi Marruecos en 2009. Ha llevado al cine su novela El Ejército de Salvación.

Lola Lafon

"La educación solo tiene un principio: el miedo"

Si el presidente de la República fuera una figura paterna, habría mucho que decir sobre sus opciones educativas con un único principio: infundir miedo. Miedo al otro, a todos los demás, miedo a ser "invadidos", "sustituidos", pero también miedo a envejecer solos, aislados, miedo a un pseudodeclive demográfico, miedo a la violencia policial cuando nos manifestamos, miedo al paro, miedo a ser excluidos de las prestaciones de desempleo, miedo a la guerra, miedo a una vida que solo sería supervivencia, miedo al caos y miedo al silencio, miedo a ser asignados. Todos nuestros miedos son alimentados, cultivados y propagados.

¿Qué clase de individuos produce esta "educación" a través de la amenaza, sino seres acobardados que solo saben hacer eso: prepararse para rechazar los golpes como sea? Soñando solo con una vida con las persianas cerradas en una fría penumbra. Hambrientos de muros, más y más muros.

Una fury room es un lugar donde pagas por dar rienda suelta a tu furia; compras el derecho, durante un tiempo determinado, a destrozar la decoración, romper platos y gritar. Es decir, una versión liberal y de pago del viejo "ataque de nervios". Y así nuestras frustraciones, amarguras y penas se cambian por dinero, escondidas entre las cuatro paredes acolchadas de una estancia que acogerá las iras de gente necesitada de un lugar donde gritar. Esperemos que las cabinas electorales no se conviertan en salas de furia gratuita.

Lafon (París, 1974) es autora de Cuando escuches esta canción, novela para la que se encerró en la casa de Anne Frank. Ha escrito asimismo Una fiebre ingobernable.