Manuel Cruz. Foto: Archivo

Como es bien sabido, no hay género en el que a lo largo de su historia no haya optado la filosofía por expresarse, del aforismo al tratado y del poema al ensayo. Sin olvidar, claro es, el artículo de prensa. Se ha escrito que la filosofía española "está líquida y difusa en nuestra literatura, en nuestra vida, en nuestra acción, en nuestra mística, sobre todo, y no en sistemas filosóficos". Con igual razón podría decirse que alguna de sus obras mayores constan precisamente de eso, de artículos de prensa. Manuel Cruz reivindica en esta compilación de artículos su naturaleza específicamente filosófica. Se trata, en efecto, de artículos de pensamiento que una vez reunidos componen una obra a la que no parece fácil escamotear esa condición.

Estamos, pues, ante una obra que a su manera da que pensar. Un orden secreto ensambla, en efecto, todas estas reflexiones sobre lugares, actitudes, creencias, situaciones, recuerdos y figuras al hilo de las que el autor desgrana hábilmente algunos de los trazos mayores que componen el "imaginario colectivo" del hombre actual. ¿Muestras de una filosofía "menor"? Tal vez. Aunque quizá fuera más preciso relacionarlas con aquella "pequeña filosofía" que reivindicó en su día Azorín. Una filosofía vuelta a la vida cotidiana, capaz de iluminar sus zonas de sombra, de convertir la anécdota en categoría y capaz también -o sobre todo- de encontrar el estilo adecuado para ello. No faltarán, claro es, quienes consideren estos textos como meramente coyunturales y fragmentarios. Ocurre, sin embargo, que la respuesta del filósofo al mundo que le interpela, a la realidad que de una u otra manera le desafía no puede ser muchas veces sino precisamente eso. Coyunturales son, en efecto, y difícilmente podrían ser de otro modo, el artículo dedicado a Derrida con ocasión de su muerte o el dedicado a "la dinámica de confrontación entre nacionalismo de aquí y de allá" abierta en los últimos tiempos en Cataluña. Y fragmentaria es la aproximación a la mayor parte de temas y problemas que preocupan en esta obra al autor. Pero esa condición es precisamente la del filosofar que cava hondo y da pistas. Que incita y resume. Que propone y sugiere sin pretender decir nunca la última palabra. Nada más. Tampoco nada menos.

Las compilaciones de este tipo cumplen la misión de rescatar para el lector unos textos que de otro modo quedarían relegados al olvido. Como cumplen también la de sacar a la luz su unidad de estilo, que es una unidad de pensamiento. Y es que, como bien dice el autor, lo que a menudo ocurre con los textos de filosofía que aparecen en los medios, es que una vez unidos en forma de libro vuelven, en cierto modo, a casa.