Image: Tres cómicos del cine

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Ensayo

Tres cómicos del cine

César Muñoz Arconada

17 enero, 2008 01:00

Chaplin

Ed. de N. Dennis/F. Solguero. Renacimiento. Sevilla, 2007. 373 páginas, 20 euros

César Muñoz Arconada es de esos escritores que, habiendo ganado un puesto permanente en la honrosa letra pequeña de las historias de la literatura, no parece haber obtenido la correspondiente cuota de lectores devotos. La coyuntura no le favorece: ni su consagración a la novela "proletaria", de inspiración comunista, en los años de la I República, ni su cultivo anterior de la hoy mal soportada, aunque muy estudiada, "prosa de vanguardia" parecen entrar dentro de las preferencias de los actuales degustadores de rarezas literarias. Y quizá la única faceta de su labor que todavía apela a los gustos del lector contemporáneo sea su afición al cine, que le deparó dos obras singulares: Vida de Greta Garbo (1929) y Tres cómicos del cine (1931). Con ellas toca una tecla característica de su época y acierta a dar una nota personal, que hace que estos dos libros, y muy especialmente el segundo, cuenten con creciente reconocimiento.

De ahí que parezca especialmente oportuna la reedición deTres cómicos del cine, en un volumen que se completa con una amplia selección de los textos cinematográficos que Muñoz Arconada prodigó en diversas revistas contemporáneas. El mero encanto de época presta un singular atractivo a estos textos, que abordan, con más intuición que criterio, y una cierta dosis de ingenua novelería, algunas de las cuestiones candentes que el todavía reciente (o quizá no tanto) arte cinematográfico planteaba a las personas con inquietudes estéticas y afanes de modernidad.

Pero, sin duda alguna, es Tres cómicos del cine la obra por la que nuestro autor merece ser recordado. En el prólogo de esta edición, firmado por los estudiosos Nigel Dennis y Francisco Soguero, se da cuenta de las circunstancias de su primera publicación y se inserta ésta en el favor del que gozó en toda Europa durante el periodo de entreguerras la biografía "subjetiva", devenida interpretación personal de un determinado personaje histórico a cargo de un escritor contemporáneo. Se citan en el mencionado prólogo a algunos famosos biógrafos más o menos coetáneos, como A. Maurois, Lytton Strachey o S. Zweig. Pero el estilo y los planteamientos de Arconada son difícilmente comparables al academicismo del francés, la elegancia ática del británico o los ejercicios de estilo del vienés.

Porque si a algo recuerdan estas "biografías de sombras", en su subjetivismo desbordado, en su empática displicencia y arbitrariedad, y en su sincero apasionamiento, es a las tentativas en este género de un autor muy distante ideológicamente de Muñoz Arconada, pero de similar exuberancia retórica y capaz de parecidos atrevimientos estilísticos y estructurales: me refiero a Chesterton, con el que el español comparte su desprecio por el dato (hay pocos datos concretos sobre Chaplin, Clara Bow o Harold Lloyd en estas biografías) y su preferencia por explayarse polémicamente a partir de dos o tres soberbias intuiciones.

Arconada desarrolla las suyas con retórica poderosa y apasionada, sirviéndose libremente del arsenal vanguardista, tal como éste estaba constituido (hoy diríamos "codificado") a principios de los años 30: algo de "ramonismo" (para Arconada, el cine sonoro "es un catarro crónico que tienen todas las gargantas"), un recuerdo del trepidante Futurismo, cantor del dinamismo de las modernas sociedades industriales, y una influencia clara de las libertades que ganaron para la prosa los autores de las generaciones inmediatamente precedentes, desde Unamuno (visible, por ejemplo, en el artificio por el que el autor de estas biografías se hace presente, como personaje, en la de Clara Bow) al lacónico Azorín, pasando por Ortega.

Eso es este libro: una confluencia afortunada de estilos y preocupaciones en una coyuntura especialmente rica de la literatura española. Merece la pena leerlo. Siquiera sea por contrastar esta riqueza de ecos y referentes bien digeridos con el adanismo desnortado en el que transcurre buena parte de la prosa española contemporánea.