Niklas Luhmann. Foto: Andreas Fruecht

La cuestión es comenzar. Y ya que no hemos comenzado por el principio -como se aconseja y se acostumbra-, comencemos al menos por el final: por la obra última y aun por la obra póstuma. Se trata de textos de Niklas Luhmann. Del último libro publicado en vida del autor, La sociedad de la sociedad, y de uno de sus primeros libros póstumos, La religión de la sociedad. Y se trata de comenzar porque, si bien es cierto que hay bastantes obras de Luhmann traducidas en español, también es cierto que su conocimiento y su difusión, su discusión y su crítica brillan, más bien, por su ausencia.

Y, sin embargo, la magna investigación a la que el sociólogo alemán se dedicó a lo largo de una treintena de años completa una de las teorías sociológicas más importantes de la historia de la disciplina; y, sin duda alguna, la más exigente de los últimos tiempos. Sobra decir que el juicio anterior no induce a pensar que los resultados estén exentos de crítica sino, al contrario, que demandan, o exigen, una confrontación a la altura de la propuesta. En una de las leves referencias autobiográficas que Luhmann se permite en sus escritos afirma que al incorporarse a la Facultad de Sociología de la Universidad de Bielefeld se le pidió nombrar el proyecto de investigación en el que trabajaba: "Desde entonces, y hasta ahora, mi proyecto ha sido el de una teoría de la sociedad. Tiempo estimado: treinta años; costo del proyecto, ninguno". Es obvio que el proyecto -tanto por el título como por la duración y el presupuesto- hubiera sido rechazado por cualquier universidad española y por el ministerio implicado.

En el tiempo estimado (no sé si fiel a los gastos previstos) el proyecto pudo presentarse como básicamente realizado. La sociedad de la sociedad es el balance del ciclópeo trabajo de un autor que ha adaptado la metodología, la lógica y los conceptos de la "teoría de sistemas" a la sociedad. Y que para ello se ha visto obligado a revisar todo el bagaje teórico de la propia teoría de sistemas así como a denunciar la insolvencia teórica de muchas de las categorías habituales de la tradición sociológica y de las teorías sociales contemporáneas. Observará el lector, puesto que de observar se trata, cómo la pesada carga de conceptos como sujeto, objeto o acción es desmenuzada con detalle: para decidir su abandono. Y observará cómo su lugar es ocupado por categorías como sistema, entorno, función, información, contingencia, complejidad. Y cómo, a través de ellas, la sociedad se produce y se reproduce a sí misma en sí misma: como comunicación-de-sentido a partir del lenguaje, de los medios de difusión y de los medios de comunicación simbólicamente generalizados (verdad, valores, amor, propiedad, arte, poder). O como sistema que se observa y se comunica a sí mismo.

Frente a tanta literatura sociológica que basa sus propuestas en la exhortación normativa o en la moralina trivial y sin consecuencias (más solidaridad, más integración, más emancipación…) Luhmann construye una trama teórica de enorme complejidad que pretende dar cuenta de todas las transformaciones de la estructura social y de sus contenidos (el arte, el derecho, la ciencia, la religión, la moral, la política..). La ambición del propósito -desmesurada- se consuma además con un rigor metódico ejemplar, pues son las mismas categorías, los mismos conceptos, los que se aplican a todos los ámbitos. No se trata aquí de una aproximación "impresionista" a los problemas sociales sino de una genuina teoría de la sociedad (moderna): que aparece definida como sistema de observación y comunicación que se produce a sí mismo en sus propias operaciones. Habrá que valorar algún día esa decisión luhmanniana: la sustitución de la acción por la comunicación. Y su corolario poco correcto (políticamente): la postergación de la crítica en favor de la observación. En favor de la teoría.

Lo que es válido -y si lo es- para la "sociedad entendida como sistema social", lo es para cada uno de los (sub)sistemas que la conforman. Las mismas fórmulas que blindan la teoría de la sociedad se encuentran, de hecho, en la "teoría de la religión" o La religión de la sociedad, como prefiere decir Luhmann. Co-mo sistema y forma de comunicación, como sistema y forma de sentido, la religión es estudiada en su función, en su organización y evolución, en su diferenciación; la religión como sistema de observación y comunicación de la inmanencia desde la perspectiva de la trascendencia.

Dos obras mayores de una trayectoria imprescindible. Dos libros, excelentes o excesivos, que han de llamar la atención sobre una de las tramas de investigación más importantes del pasado siglo. El enorme caudal de conocimientos de Niklas Luhmann no se contiene, sin duda, en estos textos. Pero ellos son, también sin duda, dos de las citas más adecuadas para penetrar en su teoría de la sociedad. O, simplemente, para entender la enorme complejidad que se encierra en esa palabra tan habitual, tan aparentemente simple: sociedad.