Image: El Consejo Real de Castilla y sus escribanos

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Ensayo

El Consejo Real de Castilla y sus escribanos

José María Vallejo

31 enero, 2008 01:00

Junta de Castilla y León. 2007 608 páginas, 30 euros.

José María Vallejo pertenece a una de las más brillantes y fecundas escuelas de historiadores del Derecho y las Instituciones existentes en nuestro país: la creada y encabezada por José Antonio Escudero y que cuenta con un nutrido grupo de miembros, de entre los que destaca Feliciano Barrios, maestro a su vez de Vallejo. Este "árbol genealógico" o "ascendencia" académica del autor, dentro de la más pura y auténtica tradición del trabajo universitario, es ya el primer aval de su libro, pues dicha escuela -y de forma muy especial los citados Escudero y Barrios- ha destacado en el estudio de las instituciones del gobierno de corte y el personal a su servicio en la España Moderna (consejos, secretarios, consejeros...).

El Consejo de Castilla -también llamado Real- fue durante toda la época Moderna el gran consejo de la administración real castellana -la cual, al ser Castilla la sede de la corte, era la más compleja y desarrollada de cuantas integraban la Monarquía de España en los siglos XVI y XVII. Dado que se trataba además del consejo más antiguo, ocupaba un lugar protocolario de privilegio, al tiempo que su presidente o gobernador era considerado la segunda autoridad de la corte, después del rey. En el siglo XVIII, tras el fin de la Monarquía de los Austrias y la creación de las secretarías de Estado y del Despacho, el Consejo de Castilla fue el único que no solo mantuvo sino que incrementó sus competencias, extensivas ahora a la desaparecida corona de Aragón, y es entonces -y no antes, como dice el autor, siguiendo una opinión muy extendida entre los historiadores- cuando el de Castilla se convirtió en el principal de los consejos; el único con capacidad política real, muy amplia y extensa por otra parte. De él dependía la mayor parte de la administración y gobierno interior en las materias más variadas, incluida la justicia.

El libro de Vallejo consta de dos partes fuertemente imbricadas: la que estudia los escribanos y la que analiza el Consejo. Su investigación se basa en las obras de dos escribanos de Cámara y de Gobierno: la "Colección de memorias y noticias del Gobierno general y político del Consejo", de Antonio Martínez Salazar (1764) y la "Práctica del Consejo Real", de Pedro Escolano de Arrieta (1796). Sin embargo, es mucho más que el análisis de ambas. En la parte dedicada a la figura del escribano, no solo delimita, con todo detalle, las características de dicho oficio en Castilla, del que los escribanos del Consejo no eran sino el grupo más eminente. Estudia también de forma exhaustiva las vidas, trayectorias, antecedentes y vinculaciones familiares de varios escribanos del Consejo, y especialmente Martínez Salazar y Escolano. La segunda parte, al hilo de las obras de éstos, supone una revisión minuciosa de la historia del Consejo de Castilla: sus competencias, la evolución del número de consejeros, los cargos de gobierno, las distintas salas, el protocolo, el personal de servicio, los procedimientos y otra serie de cuestiones. La obra de Escolano, prologada y probablemente inspirada por Campomanes, recoge con detalle las reformas introducidas por el conde en el gobierno de Castilla, en la fase de plenitud reformista del reinado de Carlos III.

El libro cuenta con el acierto adicional de una serie de ilustraciones comentadas, relativas al Consejo y sus reuniones, así como buen número de textos literarios de introducción a los distintos capítulos, que, junto a su amenidad, dan testimonio de la cultura del autor. Otro de sus méritos es el formidable acopio de información bibliográfica que incluye en las notas, si bien en algunos casos éste resulta excesivo, hasta el punto de dificultar la lectura del texto principal. Estamos, en suma, ante un estudio de extraordinario mérito e interés, imprescindible para el conocimiento de la historia tanto del Consejo de Castilla como del grupo social de sus escribanos, que desempeñaban un papel fundamental en la práctica diaria de tan importante organismo.