Ensayo

La teoría del todo

Stephen W. Hawking

20 marzo, 2008 01:00

Trad. J. García. Debate, 2008. 151 páginas. 14’90 euros

Origen y destino del universo, nos dice el subtítulo que el traductor ha elegido para este libro, tomado de uno de sus capítulos. El último de ellos, "La teoría del todo", da título a todo el libro. Estos que llamo capítulos son los textos de siete conferencias de un ciclo desarrolado por el autor y destinado a un público no especialista ante el que Hawking derrocha claridad, acercamiento a la comprensión de sus oyentes y hasta rasgos de humor. Lo cual es tanto más admirable cuanto que sus condiciones físicas le imponen unas limitaciones que para muchos serían insalvables si hubieran de pasar de la escritura a una exposición oral, por "mecanizada" que esté. Y ya no digo el paso de unas especulaciones teóricas de alto nivel a una divulgación al alcance de todos porque es con frecuencia el investigador más profundo quien mejor sabe hacerse entender por el lector común.

Su propósito es indagar cuál pudo ser el origen del universo y cuál su evolución a la luz del desarrollo de la física durante el siglo XX. Hasta entonces no se había planteado objección alguna a la hipótesis de un universo infinito y estático pero las observaciones de Hubble, que mostraba su expansión, sugerían la existencia de un big bang. La relatividad general predice esa singularidad inicial y hoy se acepta que el universo tuvo un comienzo. ¿Tendrá un final? Según las pruebas que se tienen, el big bang caliente se expande y, al hacerlo, se enfría, y podría llegar a un punto crítico a partir del cual se iría contrayendo hasta colapsarse. Como se colapsa una estrella en un agujero negro al hacerse masiva y compacta con un campo gravitatorio tan intenso que ni la luz podría escapar de él. Pero teniendo una densidad y curvatura infinita, la relatividad general deja muchos porqués sin respuesta y habrá que recurrir a la mecánica cuántica. Entonces, intentar acceder a las etapas más tempranas del universo desde la teoría cuántica de la gravedad abre otra posibilidad: que el espacio-tiempo sea de extensión finita pero no tenga singularidades que determinen una frontera. Hawking nos va contando el proceso de elaboración de las teorías y, con sencillez, su importante participación en él, sin ocultar sus errores. Como cuando confiesa el de haber supuesto la contracción del universo dibujando una simetría exacta con su expansión, con lo que la flecha del tiempo invertiría su sentido, yendo del futuro al pasado. El fin último de la física sería establecer la teoría del todo, la que unifique la gravedad con las demás fuerzas, para lo que la relatividad general se siente impotente al no incorporar el principio de incertidumbre de la mecánica cuántica. De todas las posibilidades de existencia de una doctrina unificada -y la teoría de cuerdas explora uno de los caminos- cree que la que está más de acuerdo con la experiencia es la de que no existe una teoría última sino una sucesión de teorías cada vez más precisas. Encontrar la teoría completa sería el triunfo definitivo de la mente humana, pues entonces -dice- conoceríamos la mente de Dios.

Mucho todavía por descubrir, pero qué espectacular revolución la experimentada por la física a lo largo de la pasada centuria Así nos la describe aquí uno de sus artífices, acreditando su calidad de maestro en los varios sentidos de la palabra.