Ensayo

La ciencia y la vida

Valentín Fuster y José Luis Sampedro

29 mayo, 2008 02:00

Plaza & Janés. Barcelona, 2008. 252 páginas, 18 euros

Encuentro entre dos grandes figuras de la cultura española: José Luis Sampedro, economista, escritor y académico de la Española, y Valentín Fuster, cardiólogo, premio Príncipe de Asturias, al que el primero debe la curación en un momento crítico para su salud. Se reúnen durante unos días en el parador de Cardona "para charlar", y no de cualquier manera: van construyendo una especie de guión sobre temas de educación, cultura, transmisión del saber, sobre el que vuelcan sus opiniones respectivas, coincidentes muchas veces, ilustrativas las de uno para el otro, con diferencias de enfoque también, pero siempre respetuosas, como de dos hombres que han meditado largamente sus ideas y las contrastan ahora con exquisita finura y mutua admiración. Olga Lucas ha ejercido de secretaria levantando actas de aquellas conversaciones y elaborando así la redacción del libro. Quien lo lea va a encontrar un texto de alto nivel intelectual, verdadero modelo de "tertulia", en la que dos sabios de diferente formación científica discuten desde su conocimientos temas centrales del hombre. El lector podrá disentir de uno u otro colocutor, como a veces lo hacen ellos entre sí, pero sin duda apreciará y agradecerá esa lección de claridad y elegancia.

De ese modo han respondido Fuster y Sampedro a la petición que les habían hecho amigos y admiradores para hablar de lo que sea, "de la salud, de la enfermedad, de la vida y de la muerte, del ser humano como ser biológico y como ser social, del mundo en que vivimos, de lo que quieran y sepan, pero que hablen". Y hablan y no es fácil, pese a su bien organizada charla, ordenar y sintetizar sus comentarios; sólo espigar aquí y allá entre ellos. Defienden la libertad pero la libertad interior, no la siempre condicionada de hacer lo que a uno le dé la gana. Establecen las tres premisas de la felicidad, aunque este término no les gusta y prefieren el de satisfacción íntima o bienestar, que son, saber quién eres e invertir en tu talento, cumplir tu deber con dignidad y aportar algo a la sociedad. El médico dicta tres recomendaciones para el enfermo: relajación, ejercicio físico y reflexión. Y ambos señalan tres vicios que nacen de la soledad: egoísmo, egocentrismo y envidia. Esa soledad que se percibe acentuada hoy al encerrarse cada uno con su ordenador, con el cual no puede lograrse una sana comunicación.
Especial interés ponen en los aspectos cognitivos cerebrales que en general conocemos bastante pero hay uno que se nos escapa todavía, el relacionado con el arte, la espiritualidad, el orden moral, el humanismo, justamente lo que diferencia al hombre del animal. Incluso debaten si hay una finalidad en la vida: para Fuster sí, no para Sampedro.

Muy pobre es esta pequeña selección de lo que entre ellos tratan. Estas y otras cuestiones son desarrolladas con gran brillantez, con abundancia de ejemplos y anécdotas, casi siempre sacados de su experiencia profesional, dejando al lector paladear las fintas de un torneo entre dos personalidades distintas pero unidas por la amistad y el saber.