Image: José Tomás, un torero de leyenda

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Ensayo

José Tomás, un torero de leyenda

Carlos Abella

31 julio, 2008 02:00

José Tomás. FOTO: Archivo.

Alianza. Madrid, 2008. 358 páginas, 28 euros

Con extraordinarios reflejos para atender la última actualidad ha entregado a la imprenta José Abella su biografía de José Tomás, un trabajo que no se ha realizado con prisas pero que ha estado pendiente de los recientes acontecimientos en torno al personaje, incluido el año 2008. Frente al libro reciente de Javier Villán, éste de Abella es una apología hagiográfica, con profusa documentación, una auténtica tesis doctoral firmada por un curtido del género taurino, que ya tiene a sus espaldas las biografías de Paco Camino y Luis Miguel Dominguín, mito que también acaba de biografiar Andrés Amorós. Abella es un apasionado de este mundo, y sólo así se entiende la entrega a un trabajo como éste, un alarde de minuciosidad. Ha tenido acceso al mismo Tomás, pero no tanto como el que requiere un biógrafo que además es ferviente admirador, un profesional que acepta la pequeña tragedia de dar por concluido un libro abierto, sobre una vida no cerrada, que no recoge los próximos éxitos del torero ni su muerte.

José Tomás es un torero de otra época, de antes de la televisión, el torero que más miedo ha hecho pasar a sus colegas en un ruedo, y en opinión de la mayoría, el más valiente. Villán cuestiona en su libro la técnica del diestro, pero Abella no abunda en su temeridad, sino que alaba sus verónicas de inspiración rondeña, sus chicuelitas mágicas a la altura de Manolo González o Diego Puerta, sus gaoneras de angustia, la pureza de su muleta, su mano izquierda, su trincherazo de arte mayor, sus manoletinas inverosímiles. Abella recoge con lupa la interminable polémica de la relación del torero con la prensa, ensalza su carácter reservado y relega a estadios inferiores del arte a Enrique Ponce o El Juli. Rehuye mencionar a Jesulín de Ubrique, como si temiese afear el papel. Ha compendiado un material histórico capital para la memoria del hombre que devolvió a la Fiesta y al toreo la pasión imprescindible para que las plazas se llenarán de nuevo.

México, "el país que le hizo torero", protagoniza dos de los capítulos de este libro, y sirve de escenario a la mecha que José Tomás encendió con un comentario sobre Ponce. Carlos Abella lo aprovecha para incluir crónicas y críticas de colegas muy sabrosas, algunas, como la de Gastón Ramírez, mexicano que publica en el portal Sevillatoro.com, un excelente ejemplo de prosa polemista. Pero José Tomás sigue siendo el español de moda, quizá porque, como dijo Ponce, sabe ponerse en el lugar perfecto para que le cojan los toros.