Image: La Europa de las cinco naciones. Una historia de Europa desde el hundimiento del imperio romano

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Ensayo

La Europa de las cinco naciones. Una historia de Europa desde el hundimiento del imperio romano

Luis Suárez Fernández

11 septiembre, 2008 02:00

Foto: Archivo

Ariel. Barcelona, 2008. 996 páginas. 47,50 euros

Luis Suárez (La Coruña, 1935) es el primero de nuestros medievalistas, maestro de una amplia y prestigiosa escuela a la que pertenecen, entre otros, historiadores tan destacados como Miguel ángel Ladero, Julio Valdeón, José ángel García de Cortázar o Emilio Mitre. Autor prolífico, especializado en la historia de Castilla y España en la fase final de la Edad Media y el reinado de los Reyes Católicos, ha sido siempre un magnífico profesor y un extraordinario conferenciante. Tuve la fortuna de ser alumno suyo en Valladolid y le he escuchado después numerosas conferencias e intervenciones en congresos, caracterizadas, como sus clases, por la precisión en el uso de la palabra, el rigor, y la capacidad de seducción del auditorio.

Su acercamiento a la historia de Europa en un periodo tan dilatado como el que transcurre desde la caída del Imperio romano hasta el final de la Segunda Guerra Mundial es un formidable ejercicio que requiere no solo disponer de conocimientos enciclopédicos, sino también de una excepcional capacidad de trabajo y de síntesis, facilidad expositiva y, por encima de todo, gran madurez profesional y personal, cimentada asimismo en la redacción de varios manuales universitarios. Se trata del fruto de toda una vida dedicada al estudio, la investigación y la enseñanza de la historia. Un libro río, por la inmensa cantidad de cuestiones que confluyen en él, que es un profundo y pormenorizado ensayo sobre la formación de Europa, sus esencias y su devenir histórico, culminado por una amplia reflexión, a modo de epílogo, en la que se plantea con preocupación las características actuales de nuestro mundo y su escasa adecuación a los principios que conformaron históricamente la identidad europea.

Con una enorme fuerza argumental, Suárez defiende las esencias cristianas de Europa y los rasgos que la definen: "antropocentrismo, noción de la persona, racionalidad, libre albedrío, derecho y, en definitiva, cuanto significa cristianismo". Más allá de unos límites geográficos imprecisos, la vincula esencialmente a cinco naciones: Italia, Alemania, Francia, España e Inglaterra. Basadas en divisiones propias del Imperio romano, ellas serían reconocidas a comienzos del siglo XV, en el concilio de Constanza, como las constitutivas de esa "Universitas christiana" que heredaba de Roma y el mundo clásico su legitimidad. La Edad Media no es ese periodo oscuro que se percibió durante mucho tiempo, sino la dilatada época de gestación en que, a partir de sus orígenes romanos y cristianos, se fue constituyendo esa entidad que habría de protagonizar de un modo tan destacado la historia de la humanidad hasta la perdida de su primacía, ya en el siglo XX. Muchos personajes eminentes de la Iglesia, como San Agustín, San Benito, San Isidoro, San Gregorio o Santo Tomás, entre otros, son absolutamente imprescindibles para entender Europa, una realidad que no podría comprenderse tampoco sin la necesidad de la defensa del cristianismo frente al Islam, que había arrebatado el norte de áfrica a la herencia romana, acabando al tiempo con la centralidad el Mediterráneo.

La profunda revisión de Suárez abarca todo tipo de aspectos: políticos, ideológicos, culturales, económicos, sociales, religiosos..., que el autor sabe entremezclar adecuadamente, lo mismo que las historias de las distintas naciones en aras a la explicación de una realidad común europea, en la que las guerras y las divisiones internas aparecen marcadas siempre por un cierto carácter de enfrentamiento civil. Su discurso argumental es capaz de superar asimismo con brillantez la división clásica entre las Edades y las especializaciones. El amplio espacio de tiempo y la enorme cantidad de cuestiones que analiza, así como su exaltación del catolicismo y el papel de la Iglesia, o sus posturas conservadoras, podrán ser objeto de polémica, pero nadie puede negar la profundidad, seriedad y honestidad intelectual del libro; una obra excepcional cuya envergadura requiere energía y capacidades fuera de lo común. Un estudio, en fin, de imprescindible lectura para quien desee acercarse a la compleja realidad histórica de esa entidad llamada Europa cuyo porvenir tanto nos concierne.