Ensayo

El lenguaje como cultura

Enrique Bernárdez

18 diciembre, 2008 01:00

Alianza, 2008. 519 pp., 22 e.

El lenguaje como cultura es un buen título para un libro auténtico, en el sentido de que su índice cuenta la verdad sobre su contenido. En él las preocupaciones y los intereses científicos de Enrique Bernárdez, cate-
drático de Filología inglesa en la Universidad Complutense de Madrid, se van agrupando en torno a siete grandes apartados cuyo objetivo es, en palabras del autor, "plantear la necesidad de una revisión de los fundamentos del quehacer lingöístico, revisión que debe poder conceder un lugar de privilegio a los aspectos sociales, culturales e históricos del lenguaje".

Partir de la realidad en la que vive el lenguaje obliga a replantearse una lingöística teórica que, en el último medio siglo, se ha desarrollado muchas veces sin tener en cuenta la cultura de sus hablantes. Insiste Bernárdez en que no escribe sólo para lingöistas, denuncia las ideas preconcebidas sobre el lenguaje que se manejan en los medios de comunicación, la manipulación que hacen de él los políticos, etc. El primer capítulo, "Sobre la situación actual de la lingöística teórica", ocupa casi cien páginas en las que Bernárdez señala hasta qué punto los desequilibrios sociopolíticos y económicos pesan sobre las ciencias, y también sobre la lingöística teórica, hasta reorientar la producción científica hacia modelos, circuitos culturales y bibliográficos exclusivamente en inglés, con la consiguiente circularidad del sistema. Merece la pena señalar que este planteamiento se autoriza por venir de un lingöista con conocimiento del sistema científico y con una amplia producción en inglés.

El libro avanza revisando la forma de estudiar la lengua que nos ha marcado la tradición, con propuestas diferentes sobre el nacimiento del lenguaje y cognición. Los capítulos 3 y 4, los más asequibles para un público no especializado, tocan aspectos cercanos del lenguaje, pero resultan igualmente interesantes por su carácter revisionista: "Lo que vemos sobre la lengua y las lenguas en los medios de comunicación" y " La corrección lingöística: un fenómeno social".

"El lenguaje crea y transforma realidad: y puede engañarnos" es el sugerente título del siguiente capítulo, donde Bernárdez resalta la relación entre lenguaje y afectividad en la que se basa su potencial de manipulación, cuestiona conceptos tan recurrentes y relativos como el de "lengua materna" o el hecho de que se considere anómalo el bilingöismo. Más especializados, los dos últimos capítulos, dedicados en profundidad a la cognición, argumentan cómo la cultura marca y condiciona nuestra cognición hasta extremos difíciles de imaginar.

Podría criticarse que hay más de un libro en El lenguaje como cultura, pero es innegable que cognición y cultura recorren todas sus páginas. Su lectura no sólo planteará a los lingöistas críticas razonadas a la gramática generativa o a algunos enfoques de la lingöística cognitiva, también permitirá a los hablantes cultos reflexionar con menos prejuicios sobre la lengua.