Cuaderno Boliviano
M. Sánchez-Ostiz
15 mayo, 2009 02:00Sánchez-Ostiz muestra aquí una honestidad poco habitual. Arremete contra el viajero europeo que todos llevamos dentro, el que lo ve todo un poco desde fuera y desde lejos, desde su palestra occidental, protegido por sus prejuicios, por su bienestar y su miedo al otro, y que desde ese lugar absurdo se permite el lujo de pontificar con aura de objetividad y lucidez. El libro de Sánchez-Ostiz es el de un observador reflexivo, poco dado a engañar o engañarse, el de un paseante, el de un crítico implacable de los diversos turistas con los que se va cruzando -desde el muchachito de AECI hasta el gringo que grita "Fucking spanish"- pero también el de quien trata honestamente de entender el paisaje y la gente que se va desplegando ante sus ojos. La estructura de dietario da la pauta de esa extraña indigencia y desnudez del que viaja a verse asaltado en los momentos más imprevistos por fantasmas, miedos y recuerdos. Si sólo fuera una lección literaria ya merecería la pena leer este libro, pero es que se trata además -y es esto lo extraordinario-de una lección de moral humanista en el mejor de los sentidos que pueda pensarse. La reflexión de quien se ha sentado a aguantar la mirada al hombre del poncho rojo consciente de que, en el fondo, tenía miedo de lo que iba a encontrarse.