Universidad de Valencia, 2012. 198 páginas. 15 euros

Fue el más escurridizo de los grandes escritores latinoamericanos, autor de una obra atravesada, página a página y línea a línea, de esa angustia consciente de saberse tan cercanosiempre del horror. Pero Juan Carlos Onetti (Montevideo, 1909 - Madrid, 1994) no permitió que esa angustia arruinara nunca el proyecto ético de su escritura, como explica en esta biografía Sonia Mattalia, una de las grande expertas mundiales en su obra. La primera parte del libro recorre la vida de un hombre que se autorretrataba así en La vida breve (Edhasa, 2006): "Se llamaba Onetti, no sonreía, usaba anteojos, dejaba adivinar que sólo podía ser simpático a mujeres fantasiosas o amigos íntimos". En las páginas finales, Mattalia pasa a iluminar, con una mirada inédita, la literatura del uruguayo.



La doble atención a la vida y la obra de Onetti queda precisamente vehiculada por esa angustia que las define a ambas. Hijo de las clases medias y de la avalancha inmigratoria, el crack del 29 le haría tomar conciencia de la fragilidad, contaminando sus libros de desilusión. Y sin embargo, la angustia que se desprende de sus textos no parte tanto de un miedo al exterior, a las quebradizas condiciones de vida, como al propio e interno Yo. ¿Y la literatura? Si bien no podrá salvarlo, se le impone irrenunciable: "Fíjese, m'hija, Faulkner, no dejo de leerlo... Me pone enfermo..."