Ensayo

Los presidentes y la diplomacia

Inocencio F. Arias

29 junio, 2012 02:00

Plaza & Janés. Barcelona, 2012, 425 pp. 18'90 e.

Si la diplomacia internacional de los último 30 años funcionó como un circo de cambiantes pistas giratorias, según afirma Inocencio F. -Chencho- Arias al comienzo de este libro indispensable, el veterano diplomático español lidió como uno de nuestros más eficientes domadores. Y es que el forofo madridista de perenne pajarita al gaznate nacido en Almería en 1940 trabajó para todos los gobiernos de la democracia y trató a las grandes figuras de la política mundial. Lo resume en el subtítuto del libro: Me acosté con Suárez y me levanté con Zapatero.

Arias relata todo lo que sabe, lo que vivió, y conjetura con tanta lucidez como humor el resto. Encargado de "pastorear a los periodistas" con Adolfo Suárez a finales de los 70, describe al primer presidente democrático como "el mago de la Transición", el hombre que de verdad la hizo sin saber absolutamente nada. Del breve, sosegado e injustamente olvidado Calvo Sotelo recuerda que fue él quien abrió a España las puertas de la OTAN, y no Felipe González, como a menudo se afirma. A éste último le elogia su firmeza, "sentido de Estado", y su altísima popularidad entre sus pares.

Mención aparte merece el capítulo dedicado a José María Aznar. Con el Gobierno del PP Inocencio Arias llegó a lo más alto como embajador de España ante la ONU. Es bien recordada su presencia impertérrita tras la ministra Palacio en aquellas interminables sesiones del Consejo de Seguridad en 2003 defendiendo la intervención en Iraq mientras las calles de medio mundo entonaban el"no a la Guerra". Y Arias, si bien reconoce la tremenda impopularidad que le costó al Gobierno, asegura que entonces "todo el mundo creía que las armas de destucción masiva existían".

El epílogo dedicado a Zapatero, "el hombre que no sabía demasiado", es tan despiadado como divertido.