Image: La financiación de la guerra civil española

Image: La financiación de la guerra civil española

Ensayo

La financiación de la guerra civil española

José Ángel Sánchez Asiaín

28 septiembre, 2012 02:00

Cartel de la Guerra Civil

Crítica. Barcelona, 2012. 1.309 páginas. 55 euros

El lector que confronte el subtítulo de esta obra con sus dimensiones no podrá dejar de preguntarse con razón: ¿Una aproximación histórica de más de mil páginas? En realidad, este libro del profesor Sánchez Asiaín (Baracaldo, 1929) representa un exhaustivo estado de la cuestión sobre un aspecto de un problema -la guerra civil española- que ha suscitado la escritura de miles de títulos. Dicho aspecto, el financiero -la respuesta al interrogante ¿cómo se pagó la guerra?- ha originado, a su vez, una amplísima bibliografía. La de este libro ocupa 50 páginas, con más de 800 referencias. Sólo en lo económico -en sentido lato, que incluye los enfoques monetarios y financieros- hay recientes aportaciones históricas muy relevantes, como las de Angel Viñas, Francisco Comín, Pablo Martín Aceña y Elena Martínez Ruiz. Más bien parece que el comedido subtítulo tiene que ver con la prudente actitud del autor, que se ha propuesto y conseguido reunir las principales preguntas, en realidad todas las importantes, que cabe hacerse sobre el trasfondo financiero de la guerra. Pero, a la vez, rehúsa tomar un partido definido en la mayor parte de los debates abiertos, aunque indudablemente se esfuerza por presentar con exquisito cuidado, y resumir claramente, los argumentos de una y otra parte, señalando sus diferencias y contradicciones.

Así, entra de lleno en los aspectos más polémicos, como el famosísimo de la extracción de oro del Banco de España a la Unión Soviética, aún hoy objeto de disensión -incluso creciente- entre aquellos autores que defienden que fue gastado en su totalidad para pagar suministros bélicos y aquellos otros que dudan de la corrección de las cuentas dadas por las autoridades soviéticas a las republicanas españolas sobre esta cuestión.

Asimismo dedica el autor varios capítulos a recomponer las diferentes piezas de un problema crucial: la política monetaria de los sublevados y la reorganización monetaria en la España franquista durante la guerra civil, que daría paso a la unificación de ambas pesetas tras el conflicto. Para ello considera con detenimiento el comportamiento del Banco de España, la evolución de los precios y la cotización de la peseta en ambas zonas. Como era sabido, la inflación, mucho mayor en el lado republicano, fue en la práctica una fuente de financiación, a la vez que de penurias para la población civil. De modo similar, se examina la política presupuestaria de republicanos y franquistas, tanto desde el lado de los ingresos tributarios como del lado del gasto público, de las operaciones de crédito y la liquidación presupuestaria. Estos capítulos sobre política monetaria y fiscal en ambas zonas son, en gran medida, resultado de análisis original por parte del autor y constituyen una de las contribuciones más sobresalientes de la presente obra.

Como destaca Gonzalo Anes en el prólogo, el autor también se ocupa de otra cuestión que Sánchez Asiaín conoce muy bien, el sistema bancario en la España fragmentada por la guerra. No en vano constituyó en su día el objeto de su discurso de ingreso en la Real Academia de la Historia. Asimismo se revisan en esta obra los ingresos derivados de expolios e incautaciones, y la salida final, por varias vías y con diferentes protagonismos, de recursos económicos a Francia y México, sin obviar el destino que se dio a tales bienes.

Varios capítulos quedan destinados -en el otro extremo cronológico del conflicto civil- a la financiación del levantamiento militar. De este modo se examinan la aportación fundamental de Juan March, la contribución, y sobre todo la actitud, de Francisco Cambó, las entregas de dinero por los partidos políticos, la singular y poco conocida participación económica del carlismo, las donaciones particulares -de las que se avanza una estimación aproximada-, y la ayuda de gobiernos extranjeros ideológicamente próximos a los sublevados, resultando especialmente atrayentes los casos de Portugal e Italia. Particular interés reviste, en este sentido, el epígrafe dedicado al suministro de petróleo. Como en otros puntos, Sánchez Asiaín no se contenta con las interpretaciones más difundidas sobre los distintos hechos históricos, sino que procede a una esforzada labor de reconstrucción, tanto historiográfica como cuantitativa. Este es posiblemente el mayor valor añadido del libro, tras lo cual hay que resaltar la recopilación documental realizada por su autor en diferentes archivos institucionales y en bibliotecas, una pequeña parte de la cual nutre los apéndices que figuran al final de sus páginas.