Ensayo

Impresiones de Yanquilandia

Oscar Wilde

30 noviembre, 2012 01:00

Traducción de Susana Carral. Rey Lear. 70 pp. 9'50 euros


A finales de 1881, Oscar Wilde, el poeta diletante y maldito que hizo de sí mismo su mejor obra, y de sus ocurrencias su obra más feliz, viajó a Estados Unidos para dar unas conferencias. En la aduana sólo declaró "su ingenio", pero cuando regresó al Reino Unido al cabo de dos años llevaba en su equipaje mil anécdotas que volcó en estas Impresiones de Yanquilandia que ahora recupera Rey Lear.

Y este librito muestra su evolución: si al principio le impresionó (desfavorablemente) "el desmesurado tamaño de todo" y se lamentaba de que "cuando los americanos han procurado producir belleza, el fracaso siempre ha sido evidente", o del ruido -"Por la mañana no nos despierta el canto del ruiseñor sino el silbato de vapor"-, poco a poco fue enamorándose hasta proclamar que merecía la pena visitar un país "capaz de enseñarnos la belleza de la palabra LIBERTAD y el valor de la emancipación".

Su caricatura del americano medio, con todo, fue siempre feroz, ya se tratase de retratarlo en un banquete o como turista en Europa obsesionado por reparar las ruinas griegas, ya que "para él el arte no es motivo de asombro, la belleza no tiene significado y el pasado no ofrece mensaje alguno". Fotos, grabados y un ensayo sobre Whitman completan esta joyita literaria.