Ensayo

Etimologicón

El sorprendente origen de las palabras

14 junio, 2013 02:00

Javier del Hoyo. Ilustr. de luciano Lozano. Ariel, Barcelona 2012. 234 páginas, 18'90 euros


El título y el subtítulo de esta obra describen su contenido adecuadamente, si bien resultan un poco efectistas al usar adjetivos como sorprendente y extrañas. No advierten, en cambio, que el libro "trata de explicar los orígenes y la evolución [...] de una serie de palabras del español, hiladas en torno a un tema determinado y con estilo narrativo", como afirma su contracubierta, pero estudia sólo una parte fundamental del léxico español, la que se remonta al latín y al griego. Es verdad que basta un vistazo al índice para verlo, porque los títulos de los cuatro primeros capítulos se articulan como el resto de los que integran el libro, con un título más o menos sugerente y, entre paréntesis y en cursiva, el referente en torno al que giran formal o semánticamente las palabras estudiadas: 1. Todo procede del genitivo (gen-, gono-). 2. Nadie es perfecto (gne- > nascor). 3. Del cálamo al caramelo (calamus). 4. Del cuaderno a la cuaresma (quattuor).

Una originalidad del libro es que está todo él salpicado de verde -y no de azul, como apunta el autor-, el color de las palabras que se quieren resaltar; recurso que acaba perdiendo efectividad al repetirse demasiado. Etimologicón se presenta bajo el lema sapere aude, pero evita parecer un libro de divulgación lingüística al uso. Y, para encadenar las etimologías relacionadas con treinta y dos raíces latinas, adopta un estilo narrativo forzado, por más que intercale de vez en cuando unos guiños coloquiales que pueden envejecer en poco tiempo. Este procedimiento de situar en contexto los términos recuerda al que en su día utilizó Rafael Lapesa, con mesura, en algunos pasajes de su Historia de la lengua; aquí se extiende a todo el libro, y pesa.

Unas observaciones menores: cuando el autor se refiere a la expresión sin acritud, tan querida a Felipe González, conviene recordar que el expresidente es sevillano y, por eso, no pronuncia la -d de acritud; pero no cecea, sesea con ese predorsal, de modo que nunca diría "zin acritú" (p. 46). Etimologicón resulta un libro cuidado, con ilustraciones alusivas de Luciano Lozano que juguetean en las iniciales de cada capítulo y un índice final que facilita la consulta de una etimología concreta entre las comentadas. Es evidente que los profesores de lenguas clásicas van a agradecer este material meticulosamente organizado. El resto de los lectores aprenderá y se sorprenderá de ciertas relaciones familiares de nuestro léxico.