Ensayo

A dos tintas. Josep Janés

Josep Mengual

27 septiembre, 2013 02:00

Debate. Barcelona, 2013. 430 páginas, 22'90 euros

No hace falta ser muy experto para averiguar que este libro, pasada la Introducción, es una sabia tesis doctoral, muy poco expurgada de la utillería académica que las tesis precisan. El libro se presenta como una biografía del poeta y editor catalán Josep Janés, pero tanto como eso es, además, un catálogo de la bibliografía catalana antes y durante la Guerra Civil y especialmente de libros en catalán. Un buen trabajo, minucioso, pero que cansa al no especialista.

Al hilo de ello, o acaso como eje principal, está Josep Janés (1913-1959) poeta notable de obra no muy abundante, periodista y enorme editor, primero en catalán y luego en español. Mengual retrata a Janés como hombre moderado, catalanista pero no separatista (me lo recalca su hija Clara, a la que he consultado) amigo de gente diversa, desde autores catalanes que lo fueron siempre como Carles Riba o Pere Calders, hasta otros que -como él- empezaron en catalán y siguieron en castellano, como Sebastián Juan Arbó, Ignacio Agustí y sobre todo su gran mentor Eugenio d'Ors. Claro que también era amigo de escritores que pasaron por fascistas, pero que tenían estilo como Luys Santa Marina.

Janés fue un gran editor y periodista, que fundó Avui y muchas y cuidadas colecciones que Mengual detalla. Perteneció a la Federació de Jovens Cristians de Catalunya, por lo que acaso Arbó ( y por las gafas de Janés) diga que tenía "un aire de seminarista". Su hija Clara me cuenta que su padre terminó siendo un tanto anticlerical. Le gustaba lo catalán, pero nunca desdeñó lo español, por lo que cambió de lengua -no sin el dolor de la derrota- en 1940, creando en la magnífica editorial José Janés múltiples colecciones. Su adscripción al español (como la de Agustí) le hizo parecer, ante los catalanistas más extremados, casi un colaborador.

Janés se casó en julio de 1937 con Esther Nadal (recientemente fallecida) en su piso, porque era arriesgado ir a una iglesia en Barcelona, donde aún mandaban los anarquistas. Mengual nos cuenta que los comunistas eran más tolerantes con la religión que los anarquistas. Tras una gigantesca labor editorial en catalán y en castellano, Janés muere en un accidente de automóvil en 1959. Su editorial -donde entre tantos, estuvieron Rodoreda y Villalonga- la compra Germán Plaza.