Galaxia Gutenberg, 2013. 262 páginas, 21 euros

Fuera de aquí es un libro de conversaciones sobre la vida y la obra de Vila-Matas (Barcelona, 1948) -que se confunden- con su traductor al francés André Gabastou, que se limita a preguntar, sabiendo bien por dónde va. El libro se editó en francés en 2010, pero ahora nos hallamos ante su original, si puedo decirlo así, ampliado con fotos y textos varios, entre ellos muchos del propio Vila-Matas que (éditos o inéditos) nos ayudan a situarnos en la obra del autor que se comenta. Porque, básicamente, Fuera de aquí es un repaso íntimo por toda la producción del autor, tan singularmente letraherido. Para muchos, este sería un libro para los incondicionales de Vila-Matas, que se enteran de sus muchos autores cercanos (de Pitol a Bolaño, de Walser a Bove), de su enorme vivir literario, del empeño de hacer de la ficción el todo, y de secretos o rasgos personales, aunque la vida de Vila-Matas se confunde con su literatura. ¿Un libro pues para forofos vilamatianos? No estoy seguro.



Yo conozco de antiguo (casi desde sus comienzos) la obra de Vila-Matas; leí cuando salió (1980) Al sur de los párpados, pero luego -lo confieso- la he seguido muy irregularmente. Conozco libros tan clásicos suyos como Bartleby y compañía (2000), El mal de Montano (2002) o el más claramente biográfico, París no acaba nunca (2003), pero con ese bagaje o poco más, mal debiera decirme "experto" o "incondicional" de Vila-Matas, y acaso por ello mismo la lectura de Fuera de aquí -con el autor hablando llanamente, hundido hasta los tuétanos en la literatura y con la antología que comporta- me parece que me ha sido mucho más útil que a un vilamatiano esencial. A mí Fuera de aquí me ha servido como una introducción básica y buena a la obra total de Vila-Matas.



Le preguntan si tiene que ver con Borges, otro inmenso ser todo literatura. Pero no. Borges y Vila- Matas son maneras muy opuestas del hombre dedicado a las palabras. El barcelonés hace verdadero encaje de bolillos con la idea del hombre que no puede escribir (Bartleby) o, al contrario -y es lo que él termina diciendo que prefiere- con el que tiene ansiedad por la escritura (Montano). Vila-Matas que no se siente de ningún lugar sino de la literatura -aunque al inicio le hubiese gustado ser francés- habla de la terrible situación de la cultura en el mundo contemporáneo, desatendida en medio de enorme ignorancia, y dice verdades fuertes en ropaje literario: "Flaubert creía que el mundo iba hacia la estupidez general, pero jamás pudo llegar a imaginar la estupidez de ahora. Puede que la estupidez actual y la liquidación de la literatura sean incluso un mal menor comparado con lo que vendrá." Este libro abre el universo de Vila-Matas y le traerá nuevos lectores.