Image: Los papeles de Panamá. El club mundial de los evasores de impuestos

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Ensayo

Los papeles de Panamá. El club mundial de los evasores de impuestos

Frederick Obermaier y Bastian Obermayer

8 julio, 2016 02:00

Frederick Obermaier y Bastian Obermayer. Foto: Amanpour

Traducción de Lidia Álvarez, Ana Guelbenzu y M. J. Viejo. Península. Barcelona, 2016. 463 páginas, 18'90€, Ebook: 10'99€

El 3 de abril de 2016 se produjo un hito histórico cuando el diario de Munich Süddeutsche Zeitung lanzó la primicia de ‘los papeles de Panamá', una extraordinaria revelación basada en la que ha sido la mayor filtración de documentos hasta ahora conocida y en la más amplia colaboración de periodistas de todos los continentes hasta ahora emprendida. El periodismo de investigación, que representa una aportación crucial en la lucha por la transparencia, dio con ello un paso de gigante y asestó un golpe, cuyas consecuencias iremos viendo con el paso del tiempo, a uno de los elementos fundamentales para la ocultación de dinero negro: las empresas llamadas offshore que actúan como tapaderas.

La creación de ese tipo de empresas, opacas para el fisco y para la justicia, es la especialidad del bufete panameño Mossak Fonseca, que se vale de la muy permisiva legislación panameña para ofrecerlas a miles a clientes cuyos nombres, algunos muy conocidos, están saliendo ahora a la luz. Todo empezó cuando Bastian Obermayer recibió un mensaje telefónico de alguien que nunca ha revelado a nadie su verdadero nombre y que se ofrecía a pasarle datos gratis. Cuando en la primera muestra que le envió aparecieron documentos acerca de los millones que movía un violonchelista que no tenía grandes ingresos, pero era íntimo amigo de Putin, Obermayer vio la importancia de la fuente y muy pronto él y su colega Obermaier fueron autorizados por el periódico a dedicarse en exclusiva a esta investigación. Su libro Los papeles de Panamá es la crónica de la absorbente aventura en que se vieron envueltos a partir de entonces y hasta abril de 2016.

En la era digital la confidencialidad es una ilusión y ello supone el principio del fin de los paraísos fiscales

La documentación del bufete Mossak Fonseca que les llegaba fue incrementándose hasta alcanzar un volumen inconcebible: más de dos terabytes, es decir el equivalente a la información contenida en aproximadamente dos millones de libros, cifra que puede ponerse en perspectiva recordando que las filtraciones de WikiLeaks supusieron tan sólo 1,4 gigabytes, es decir el equivalente a unos mil quinientos libros. Pronto fue evidente que un solo periódico no podía afrontar una investigación de un volumen tan colosal y recurrieron al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, más conocido como ICIJ por sus siglas en inglés, fundado en Washington hace veinte años, financiado por filántropos como George Soros y bien conocido por sus anteriores investigaciones sobre la banca offshore. Dado que para analizar los documentos que hacían referencia a muy diferentes países era imprescindible contar con investigadores locales, al final participaron cerca de 400 periodistas de docenas de países, incluidos periodistas españoles de la Sexta y El Confidencial, cuyos hallazgos se explican en un anexo de Los papeles de Panamá. Mención especial merece el heroísmo cívico de aquellos periodistas de países como Rusia que no han tenido inconveniente en que su participación se haya dado a conocer, a pesar del peligro que ello implica.

El rigor con que escriben Obermayer y Obermaier les lleva a huir de todo sensacionalismo y a documentar con precisión todas sus acusaciones, reconociendo incluso que en algunos casos pistas sugerentes no han llevado a resultados concluyentes, como en el caso del dinero de los Kirchner. Son también muy prudentes respecto a algunas alusiones, por ejemplo acerca de la supuesta amante de un rey europeo, cuyo nombre no mencionan.

La claridad de sus explicaciones permite al lector adentrarse en los ámbitos poco conocidos como las empresas offshore, los procedimientos del propio periodismo de investigación o qué programa informático es necesario usar para buscar nombres en una montaña de información que se mide en terabytes. Algunos casos relevantes, como los dineros de Putin, las poco ejemplares andanzas de algunos bancos alemanes, los cleptócratas africanos, la aristocracia roja de Pekín, los casos de Ucrania y de Islandia, Messi y su papá, o la podredumbre de la FIFA, merecen capítulos especiales de muy provechosa lectura. La conclusión es optimista: se ha demostrado que en la era digital la confidencialidad es una ilusión y ello supone el principio del fin de los paraísos fiscales.