En defensa de España. Desmontando mitos y leyendas negras
Stanley G. Payne
24 noviembre, 2017 01:00Alcalá Zamora y Azaña, pasando revista a las tropas
Este es un libro que nos resulta difícil imaginar que saliera de la pluma de un típico historiador español. Solo lo podemos concebir como obra de un hispanista, esto es, un enamorado de España. Los españoles, con esa pulsión tan cainita y autodestructiva, que no está en nuestro ADN sino en nuestro sustrato histórico-cultural, difícilmente escribiríamos una sinopsis de la trayectoria de nuestro país con un título tan desenvuelto como En defensa de España y un subtítulo tan poco acomplejado como Desmontando mitos y leyendas negras. Más aún, las primeras frases de la primera página describen una historia y un país de "singular riqueza" hasta el punto de que, si usamos términos comparativos, ningún otro "tiene una historia tan rica en sus imágenes ni tan abundante en conceptos, mitos y leyendas".¿Estamos ante el viejo enfoque de la excepcionalidad hispana, para lo bueno o para lo malo? No. Payne (Denton, Texas, 1934) deja bien claro que buena parte de las acuñaciones internas y externas sobre España "son tópicos esencialmente falsos" pero hay otros muchos rasgos, "procesos o logros históricos enormemente complejos" que suponen un reto para la comprensión del historiador. Para Payne, la obligación de este es despojarse de prejuicios, tarea nada fácil cuando la "envidia y desconocimiento" enturbian desde hace siglos la comprensión cabal del país y sus habitantes. A una feroz leyenda negra le sucede el desprecio ilustrado para desembocar en la ambivalente y longeva estampa romántica que reverdece luego en la mitología de la guerra civil y que el franquismo alimentará pro domo sua (la diferencia española).
Los estereotipos son tan poderosos y persistentes, subraya Payne con ironía, que en el ámbito inglés el epítome de la represión sigue siendo el Santo Oficio... "incluso después de haber pasado por el siglo de Auschwitz y del Gulag". Algo de esto se le podía aplicar al propio autor, estigmatizado desde hace varios lustros en los ambientes progresistas por su interpretación del fracaso de la República, la guerra y el franquismo.
El otrora venerado hispanista, autor de una ejemplar síntesis sobre el poder militar e innumerables obras sobre la Falange y el fascismo, es ahora despreciado como ultraderechista confeso. Las acusaciones ad hominem y el tono bronco de nuestras controversias, incluso las pretendidamente científicas, delatan la ausencia de una tradición de tolerancia y fair play.
Tanto es así que, a estas alturas y aunque resulte cansino, resulta necesario explicitar que las estimaciones anteriores no implican, ni mucho menos, suscribir las tesis de Payne. Pero tampoco dar por buenas las imputaciones y tergiversaciones sobre su persona y su obra. En concreto, este libro, ganador del premio Espasa de ensayo, no añade nada a la brillante obra investigadora de Payne por la sencilla razón de que es una breve y bastante elemental introducción a la historia de España. A pesar de que tiene notas a pie de página y una relación bibliográfica final, no es un libro dirigido a los historiadores o los especialistas sino al gran público. El conjunto acusa un gran desequilibrio entre las diversas épocas. Tras una atractiva introducción sobre "mitos y leyendas" de un "país exótico", la historia antigua, media y moderna se despachan en los cinco capítulos iniciales. El siglo XIX y la primera parte del XX se abordan de modo sucinto en el capítulo 6.
Todo lo que sigue (siete capítulos, más de la mitad del volumen) está dedicado al período que va de la Dictadura de Primo hasta la actualidad. Ni qué decir tiene que el lector encontrará en las páginas dedicadas a los hechos más conflictivos y controvertidos del XX las valoraciones de Payne sobre la crisis republicana, la contienda civil y el franquismo que tanto aplauden unos como incomodan a otros. No es este el lugar más apropiado para mayores honduras, pues Payne traza las grandes líneas del devenir hispano atendiendo a lo fundamental, prescindiendo en general de matizaciones y polémicas eruditas. Su libro privilegia la escritura clara y didáctica y se puede leer en una tarde. Aunque la historia académica y oficial suele despreciar este tipo de volúmenes y a quienes los hacen, se trata de una divulgación digna y necesaria en una sociedad como la que vivimos.