Una profunda dislexia fue lo que llevó a Martin Panchaud (Ginebra, Suiza, 1982) a descubrir una nueva manera de hacer cómics. Sus personajes son meros círculos de colores que vemos a vista de pájaro, moviéndose por escenarios que son planos urbanos, pictogramas e infografías. Y aun así, la historia que nos cuenta El color de las cosas es capaz de conmovernos profundamente.
"El imaginario del lector rellena los espacios vacíos y pone en escena la historia, él es quien hace el trabajo de interpretar lo que yo planteo", explica Panchaud. "Me gusta pensar que cuanto más capaz es el lector de evocar emociones y rellenar esos vacíos, más personal y fuerte será la historia para él. Esta idea está en el corazón de mi trabajo".
El color de las cosas, que en España publica Reservoir Books, narra la historia de Simon Hope, un adolescente inglés que sufre violencia dentro y fuera de casa. Un día, gracias a una vidente, acierta una apuesta millonaria en las carreras de caballos. Cuando vuelve a casa, su madre ha sido víctima de una brutal agresión que la ha dejado en coma, y su padre ha desaparecido. Simon emprenderá un viaje junto a un viejo amigo de su madre para encontrar a su padre y conseguir que le firme el boleto, ya que él no lo puede cobrar porque es menor.
El color de las cosas es la primera novela gráfica de Panchaud. Fue publicada originalmente en alemán por Edition Moderne en 2020 y ha ganado numerosos premios en Suiza, Alemania y Francia. Pero no todo fue fácil desde el principio.
Por lo arriesgado de su propuesta, al autor suizo le costó publicar la obra precisamente en su lengua materna, el francés. "Yo creí en mi método desde el principio, los que dudaron fueron los editores. En el mundo francófono me costó mucho convencerlos. Yo quería publicar este libro en francés porque es la lengua en la que escribo y es un mercado fuerte que conozco bien".
Quien no tuvo dudas de que se hallaba ante algo sumamente especial fue el jurado del prestigioso Festival de Angulema, que le concedió el premio al mejor álbum, el Fauve d'Or. "Me ha impresionado mucho el éxito que ha tenido el libro", explica Panchaud, que ya tiene en marcha su segunda novela gráfica. Además, ha vendido los derechos para que El color de las cosas se convierta en una película y también en un videojuego.
Panchaud es consciente de que su libro es peculiar: “Si tienes diez cómics, este seguramente será diferente a los otros nueve”. Al principio le preocupaba que eso lo convirtiera en un cómic de difícil lectura, y por eso procuró compensarlo “con diálogos que encajaran bien y sorpresas a cada vuelta de página, para que el lector se sienta recompensado”. Además de los premios que ha recibido tanto en su edición francesa como en la alemana, se ha ganado el favor del público. “Ha funcionado muy bien el boca a oreja y muchos lectores lo están comprando también para regalar”, afirma el autor.
De la dislexia a la infografía
“A causa de mi dislexia, tuve un recorrido escolar difícil, porque no se me había detectado. No se entendía por qué hablaba bien pero no era capaz de leer ni escribir correctamente. Durante años pusieron el acento en que debía mejorar mi comprensión lectora, pero no lo conseguía”, explica Simon. “Después, casi por casualidad, entré en el mundo del cómic. Yo no quería hacer cómics, porque el mundo del libro no era cómodo ni accesible para mí, pero cursé estudios multimedia y estaba rodeado de gente que amaba el cómic, y eso me llegó. Entonces empecé a trabajar texto con imágenes. Sigo cometiendo muchas faltas escribiendo, por eso me siento comprometido con el relato a través del dibujo y del diseño, para compensar esa dislexia”.
Panchaud ha expuesto su trabajo en diversos centros culturales europeos, como el Barbican Centre de Londres y el Onassis Stegi de Atenas. Además de por El color de las cosas, su primera novela gráfica, Panchaud también es conocido por SWAHN.NET, una adaptación de la primera película de Star Wars (George Lucas, 1977) con este mismo estilo y en formato de cómic lineal de 123 metros de largo, un trabajo publicado en 2016 por el que hasta Mark Hamill (el actor que interpreta a Luke Skywalker) llegó a felicitarle.
Este proyecto surgió en paralelo a El color de las cosas, ya que Panchaud tenía la idea de que Simon, su protagonista, apareciera viendo un fragmento de la película, y en un momento dado se planteó: “¿Por qué no adapto la película entera?”. Su versión puede leerse gratis online, ya que por cuestiones de derechos de autor no tiene permiso para lucrarse con esta obra derivada.
Panchaud estudió cómic y diseño gráfico. “Después de estas dos formaciones, empezó la crisis del Covid y no había mucho trabajo para diseñadores gráficos, pero tenía mucho tiempo para hacer cómic, y fue en ese momento cuando auné esas dos formaciones con la idea de contar historias en cómic pero con visión de grafista: evitando florituras con la intención de comunicar emociones y mensaje de la manera más pura. Ese es el origen de mi lenguaje visual”.
Sobre la génesis de la trama de su primera novela gráfica, explica Panchaud: “Estuve en Londres para aprender inglés y fue mi primera residencia lejos de mi familia, empecé a escribir y me inspiraba lo que veía a mi alrededor: esos suburbios ingleses de casas alineadas, donde abundan las casas de apuestas deportivas. Todo era muy distinto a Suiza. Además, situar la historia en un contexto inglés me hizo sentirme más libre. Así comenzó el largo viaje de realización de este libro, afinando el lenguaje y la historia”.
En cuanto a sus influencias, Panchaud explica que cuando comenzó sus estudios de cómic en el año 2000 "había una explosión de nuevo cómic". "Me dieron a conocer muchos libros, autores, asociaciones y editoriales". En general, los autores que más le impactaron son los que tienen "un estilo fuerte y muy personal". Entre ellos menciona a Marjane Satrapi (Persépolis), Frank Miller (Sin City) y, especialmente, Chris Ware (Jimmy Corrigan), que también hace uso de símbolos y códigos gráficos que se salen de lo habitual.
Otra fuente de inspiración para la trama de El color de las cosas fueron las clases especiales a las que asistió Panchaud en el colegio a causa de su dislexia. Allí estuvo "rodeado de chavales que tampoco podían seguir el ritmo del resto de grupos, muchos de ellos con experiencias muy traumáticas, como tener padres toxicómanos", recuerda.
En la larga lista de agradecimientos que figura al final del libro, sorprende encontrar "a los desarrolladores de Google Maps, Wikipedia, Illustrator CC, InDesign CC, Adobe CC, Apple y Wacom", es decir, a los responsables de las herramientas digitales que sirven al autor para dibujar y documentarse. "Más de una vez me han dicho que es curioso este agradecimiento, pero es que mi vida sería radicalmente distinta sin esas herramientas. El diseño vectorial, que se basa en puntos matemáticos, me permite ser muy preciso y reutilizar los elementos. Rápidamente me enamoré de esta forma de trabajar. Pienso que si se acabasen Internet y la tecnología, me sentiría desarmado".