Antes de empezar, os aviso, esto es un artículo de opinión, y por tanto, no pretendo llevar razón, o decir que nadie esté equivocado, solamente manifestar lo que pienso, y sois libres de compartirlo o no. Así mismo comentaros que los nombres y marcas que uso son meramente ilustrativos y fruto del azar o la mala memoria en la mayoría de los casos, nadie paga por esto, muchachos.

Un año más el CES nos ha traído una gran cantidad de nuevos gadgets que podéis regalarme sin problemas : hemos visto nuevos teléfonos, tablets, sistemas y eso solamente en Android, que fuera de nuestro entorno más inmediato también han mostrado robots de propósito espécifico, androides diversos (robots con formas humanoides, no con sistema operativo Android) y demás maravillas de corte futurista que hacen babear a aficionados tecnológicos como yo.

Pero un año más me surgen preguntas, y por una vez quiero compartirlas con vosotros. En esta ocasión, me he estado preguntando acerca de un fenómeno que se está apoderando del mercado de los teléfonos. En informática llevamos un tiempo viendo como hay una carrera imparable entre los procesadores, y parece que por fin ha llegado también a los dispositivos de menor potencia como tablets y teléfonos.

Hemos visto desfilar ante nuestros ojos auténticas bestias tecnológicas como el chip Tegra 2, los Snapdragon 8×60 (o los primeros duales de la marca) o los de la anterior generación (MSM8x55 y MSM 7×30), y la reacción general que he podido observar en la mayoría de los casos ha sido de indiferencia ante los que no fueran los mejores en su campo, e incluso desprecio en algunos casos y me cuesta entenderlo. En la mayor parte de los casos, estos procesadores con genuinos gráficos 3D, más Ghz que la competencia, nucleos para toda la familia y que lava más blanco no están preparados para ofrecer la mejor experiencia posible al usuario, y aún así los deseamos de forma obsesiva.

¿Qué esperamos como usuarios?

En realidad la mayoría de nosotros ni siquiera estamos valorando esas opciones nuevas, esas prestaciones revolucionarias y ese rendimiento excepcional como deberíamos, y no lo hacemos porque simplemente queremos lo mejor. Más allá incluso, lo merecemos, lo necesitamos y lo vamos a tener. Si el tuyo tiene una i delante, yo me voy a comprar uno compatible con Bluetooth 7.1 y manos libres telepático y mi vecino al verlo comprará otro todavía mejor que el mío. Las marcas lo saben, y lo aprovechan; por eso en estos momentos la Megacorporación X está teniendo un brainstorming en marketing para decidir qué tipo de letra usarán para que se vea muy bien en sus anuncios que su nuevo movil lleva pantalla 3D, y la empresa SuperConglomerado Y se prepara para contraatacar con otro cartel mucho mejor (aunque el producto se parece sospechosamente al de la competencia).

No importa que luego estos dispositivos no estén bien preparados, porque para cuando la gente se queje, habrá un millón de ellos en la calle y para cuando saquen el nuevo modelo con más filiburcios de reloj se nos habrá olvidado a todos. Aunque hay ejércitos de hackers mejorando las ROM que llevan de serie los teléfonos, proporcionándole segundas, terceras o cuartas vidas a nuestros dispositivos y evitándoles una prejubilación innecesaria, la mayor parte del público jamás disfrutará de las ventajas añadidas de éste trabajo, que incluye mejoras de rendimiento que deberían avergonzar a los fabricantes (mejor duración de batería, nuevas características que nadie entiende por qué no se implementaron en su día, mayor fluidez y velocidad y podría seguir todo el día).

¿Merece la pena comprar hardware nuevo?

Por supuesto, no quiero convencer a nadie de que lo viejo es mejor, y que invertir más dinero en lo nuevo es una tontería. El hardware nuevo, más potente y con mejoras de prestaciones se paga, y más si se quiere disfrutar antes, pero cuando podemos permitirnos hacernos con algo así antes que los demás, la verdad es que lo disfrutamos mucho, y nadie puede quitarnos eso.

Además, ofrece ventajas añadidas, una vez que han sido modificadas algunas cosas. Por ejemplo, la mayor parte de los dispositivos Android no tienen la interfaz de usuario movida por la GPU (Graphics Processing Unit) sino por la CPU (Central Processing Unit), dejando la GPU libre y quitando recursos a la CPU para otros procesos, ¿no es un poco absurdo?

Pues sí, pero muchos fabricantes ni se molestan en optimizar software para sus cacharritos nuevos y eso lo pagamos todos, por eso, cuando la optimización está bien hecha nos parece que el rendimiento es tan espectacular, porque es cuando vemos el potencial real de los dispositivos desplegándose ante nuestros ojos (quien no se haya maravillado ante los videos del Motorola Xoom y Android Honeycomb simplemente no podrá entender esto).

En la práctica esto supone que necesitamos un movil con CPU Dual Core de última generación y un tablet que monte como poco una Nvidia Tegra 2 (chip que se diseñó originalmente para ordenadores portátiles, por lo que podéis echar cuentas de la potencia bruta que tiene), pero que no notemos diferencias con la anterior generación y es simplemente, porque no las hay. No obstante también hay claros ejemplos del caso contrario, y precisamente gracias al Tegra disponemos de los mejores, como la Tegra Zone, de donde podremos descargar el software más capacitado para exprimir nuestro procesador gráfico al máximo.

¿Entonces cuál es el problema?

El problema es que la mayor parte de las veces no compramos lo que necesitamos, sino que sucumbimos al hype de los departamentos de marketing de las empresas del mundillo acabando con dispositivos que no terminan de satisfacer nuestras necesidades ni nuestra curiosidad. Es necesario que haya guerra de hardware, es bueno para la competencia y la innovación y fuerza a las compañías a ofrecer siempre alternativas mejores que las de los demás, y quien sale beneficiado de ahí somos nosotros. No obstante, si confiamos en ese modelo, tenemos una elevada cuota de responsabilidad, pues el comprar sin cabeza provoca el efecto contrario, así que es conveniente tener cuidado ahí.

Yo por mi parte, el año que viene volveré a leer reportajes, ver conferencias en streaming y toquetear los cacharrejos que pueda cuando lleguen a España, aportando a la discusión mi reguero de babas habitual. No obstante, os recomiendo que antes de inflar a palos al “hardware obsoleto” evaluéis ese hardware para ver si es una buena solución en su conjunto, o verdaderamente quieren darnos gato por liebre.

Espero que os haya gustado esta pequeña reflexión y espero vuestros puntos de vista sobre el tema en los comentarios.

Agradecimientos

Sé que normalmente no termino así los artículos, pero la verdad es que éste artículo habría sido muchísimo peor sin la ayuda del buen amigo Behnam Fakhimi (desarrollador de CyanogenMod, colaborador con Geeksphone en dicho proyecto y defensor apasionado de causas en Google Talk), por lo que quiero públicamente darle las gracias por abrir mi punto de vista y ayudarme a ofreceros a los demás algo que no podría solo. Como él no lee español, espero que no os importe que incluya la traducción de éste párrafo al inglés.

I know I don’t normally end articles like this, but the truth is that this article would have been much worse without the help that brought the good friend Behnam Fakhimi (developer in CyanogenMod, collaborator with Geeksphone on the said project and hard defender of causes on Google Talk), which is why I would like to publicly say thanks to him for opening my points of view and helping me to offer all of you something I could not have done alone. As he doesn’t read Spanish, I hope you don’t mind me including the translation of this last paragraph to English.