A raiz de un artículo que he visto hace poco en XatakaMovil me he planteado como han avanzado las formas de comunicarnos con nuestro terminal, y no me refiero a hablar a través de él, sino a comunicarnos diréctamente con la máquina.
En el comienzo… fue el teclado. Ya sabeis, una pantalla pequeña o minúscula como la del Ericsson T10 y un teclado debajo que como principal novedad incluyó el diccionario predictivo T9 que aceleraba la escritura. A partir de ahí las pantallas fueron creciendo, llegó el color, pero la manera de introducir datos en el teléfono seguía siendo la misma salvo en las PDA’s donde mediante un stylus se podía manejar un teclado virtual e incluso se incorporaba reconocimiento de escritura… sin embargo no fue hasta el lanzamiento del iPhone (hay que reconocer su mérito) que las pantallas táctiles no dieron el salto al gran público, y una vez que se vio su éxito todo el mundo se subió al carro y los teclados también saltaron… dentro de las pantallas.
Pero no todas las pantallas eran iguales… eran táctiles si, pero algunas resistivas tenían la cualidad de que tu dedo se quedara pegado y en otras cuando presionabas pensabas que la atravesarías antes de conseguir que reaccionara… lo que hacía muy complicado el entendernos de forma fluída con el terminal, y mientras las mejoraban, las pantallas capacitivas permitían interactuar con un roce y mover fácilmente objetos por la pantalla con un sólo gesto de nuestro dedo… un sólo gesto. Y es que la siguiente evolución estaba por llegar porque mejor que realizar un gesto con un dedo, poder realizar un gesto con varios, es decir la pantalla multitáctil.
Los teclados virtuales se ampliaron hasta tener una configuración QWERTY por lo que el viejo T9 dejó de tener mucho sentido, pero en una pantalla en vertical un teclado con esa configuración tampoco permitía desarrollar demasiado la velocidad al tener que escribir casi siempre con un sólo dedo así pronto se aprovechó la inclusión del giroscopio para que cuando el terminal se colocara de forma apaisada el teclado se expandiera para permitir teclear con dos dedos mientras la aparición de nuevas formas de escritura como la de Swype mejoraba a su vez la escritura en vertical (en horizontal los trazos son demasiado largos).
Habíamos llegado a un teclado que permitía introducir datos de forma más rápida, una pantalla que reconocía algunos gestos limitados como los de ampliar imágenes y sensores de movimiento para el teléfono. ¿En qué más se podía mejorar?. Pues en activar funciones por reconocimiento de voz como ya demostró Google (entre otros) con su Voice Actions, pudiendo iniciar una acción como la búsqueda de un lugar o el envío de un correo hablándole al teléfono y es que lo que en algunos teléfonos hacía tiempo ya se implementaba (con mayor o menor éxito), el «llamar a Pepe», y que casi había desaparecido, volvió a tomar fuerza pero con el reconocimiento de muchos nuevos comandos.
Ya sabemos sin embargo que nunca se parará en conseguir introducir los datos lo más rápido posible así que si volvemos a nuestro protogonista inicial, el teclado, vemos que con la llegada de las tablets aún evoluciona más para adaptarse a los nuevos tamaños. Y por ejemplo podemos ver en vídeo la evolución que ha sufrido SwiftKey para adaptarse a una tablet como la Xoom de Motorola.
Por otro lado las pantallas no han avanzado mucho más puesto que la guerra se ha centrado en conseguir la mejor representación de colores y el mejor ángulo de visión así como un consumo y espesor menores contando ahora mismo como principales contendientes con Retina Display en Apple, Super Amoled/Super Amoled Plus y Super Clear LCD para Samsung e IPS para LG (comparados en este vídeo) . Así que de momento nos quedamos con las ganas de que reconozcan más gestos como se pueden usar por ejemplo en los últimos trackspads de los portátiles de Apple o de forma independiente en sus Magic Trackpad y con la inclusión del joystick de movimiento y los botones de control virtuales para videojuegos en la propia pantalla.
Curioso es sin embargo que mientras no se incluya el reconocimiento de más gestos en las pantallas si se incluyan superficies extras táctiles como el caso de la NGP de Sony que incorpora un panel táctil trasero. Ya, se que se trata de una consola pero no creo que sea tan descabellado pensar que podamos ver algo igual en un móvil en no mucho tiempo, sobre todo si tenemos en cuenta la creciente importancia del apartado de juegos en la telefonía móvil.
En cuanto a los sensores… los móviles ya no sólo distinguen la posición en que los sujetamos, la dirección en la que miramos gracias a su gps, o si lo elevamos o bajamos para por ejemplo subir o bajar el volumen de una canción. También reconocen la cercanía para apagar la pantalla cuando nos lo pegamos al oído como en el HTC Desire, la cantidad de luz para ajustar automáticamente el brillo, el agitar el teléfono para recolocar iconos o lanzar una aplicación… y en breve con el último desarrollo de LG para móviles no sólo reconoce que lo inclinemos para desplazarnos por una fotografía que ocupe mayor tamaño que la pantalla, o para movernos entre escritorios, sino que también reconoce que se le golpee en distintos lugares, una función que ya pudimos ver en cámaras de foto Olympus µ TOUGH pero que en el LG Optimus 2X se amplía por ejemplo para pasar fotos golpeando (suavemente) los laterales, o activar ciertas teclas al escribir.
Iba a cerrar ya este artículo pero sería un error olvidar quizás a la que en los próximos años se pueda convertir en una de las entradas de datos al terminal más importantes, la cámara de fotos frontal. Y es que aunque ya hace años se intentó lanzar la videollamada con un, al menos para mí, contundente fracaso que hizo que las cámaras frontales se obviaran en la mayoría de terminales mucho más avanzados, con la llegada de FaceTime para el iPhone 4 y de el soporte de videollamada en Android 3.0, así como el éxito de aplicaciones como Tango, Fringe o el omnipresente Skype no es de extrañar que veamos que la mayoría de nuevos terminales vuelvan a incluir esa cámara frontal.
Todos hemos conocido de lo que es capaz Kinect y su tecnología de detección de movimiento pero quizás si digo que en un futuro es muy posible que un móvil reconozca directamente con la cámara frontal nuestros gestos igual pensais que estoy exagerando… pero hace bien poco a nadie se le hubiera ocurrido el éxito de la realidad aumentada o que el reconocimiento de rostros sea algo ya habitual en Picasa, Facebook, Flickr… o que incluso haya ya proyectos de realidad aumentada como Recognizr que nos informen de las redes sociales de una persona a través del reconocimiento de su rostro… eso sin contar la traducción y sustitución automática de los textos que capta la cámara en Word Lens… ¿de verdad pensais que es algo que no vaya a suceder?
Salvo por implantes tipo Matrix o Ghost in the Shell… ¿de qué otra forma pensais/quereis que en un futuro podamos interactuar con nuestro móvil?.