Definitivamente no, es un cactus, o un camión cargado de natillas… O quizá ninguna de esas cosas…
Dejando a un lado mi estupidez habitual, el título del artículo no es una ida de olla terrible de esas que tengo de vez en cuando o si se me va la mano con el jarabe para la tos. Viene de una reflexión que han hecho en Ars Technica sobre el tema, y hablando sobre algunos de los temas que hemos comentado varias veces como uno de los puntos más conflictivos de Android: la fragmentación y el trato de los fabricantes al sistema.
En el citado artículo atacan el tema desde diferentes ángulos y reflexionan acerca de por qué no lo consideran un Sistema Operativo “real”, y por tanto no tenemos dispositivos Android, sino compatibles con Android. Comentan como precisamente la libertad que atesora el sistema creado por los chicos de Google es lo que ha acabado propiciando esa diferencia entre uno y otro. La distinción precisamente la realizan apoyándose en que los fabricantes adoptan para sí la versión libre del sistema, y le ponen encima sus capas de software, ofreciendo un producto completamente diferente, pero que tiene bastante menos que ver con el original.
Samsung por ejemplo, ofrece un producto terminado que está muy lejos de lo que los propios Nexus que fabrican ellos mismos nos muestran en sus enormes pantallas. Amazon ha creado con esa base una máquina con un sistema propio que no tiene nada que ver con el Android original, de quien conserva el nombre y poco más. Barnes & Noble con su Nook, LG con su gama Optimus, Motorola y su Blur, HTC y su Sense. Prácticamente todos los fabricantes grandes se suben al carro de hacer lo que les dé la gana con Android, pero no dejan de llamarlo así, a pesar de que la prioridad es diferenciarse rápido y fácilmente, dificultando además posibles actualizaciones futuras para sus usuarios.
También se compara la situación de la telefonía smartphone con el mercado de los PC de los años 80, y el software que incluían, adaptado a la plataforma, pero no diseñado para ella en concreto (Android y Windows Phone 7) o diseñado para un hardware o unos pocos hardware en concreto (Apple iOS y Blackberry OS). Y se estima que Google tendrá que adoptar un mayor control de la situación (de forma análoga a lo que hizo Microsoft en su día con sus Windows) si quiere seguir siendo quien decida sobre Android.
Es decir, básicamente estamos viviendo la guerra de plataformas que ya vivimos con los ordenadores hace unos años, en un mercado cada vez más maduro y con contendientes diferentes.
No obstante, dejan fuera algunos puntos importantes, como que Google ya ha empezado a establecer medidas de mayor control sobre su plataforma y los colaboradores oficiales de la misma, que desde principios de este casi finiquitado 2011 se comprometieron conjuntamente a trabajar en actualizaciones de forma garantizada para sus dispositivos a cambio de apoyo preferencial de Google para sus desarrollos. O que está comparando el crecimiento de las plataformas de los 80 con estas nuevas plataformas, cuando la filosofía dentro del universo Android está bastante alejada de lo que se vivió entonces, y mucho más cercana a la experiencia GNU Linux actual. No adquieres un sistema, y aunque lo hagas, seguramente no te quedes con él, aprovecharas numerosos desarrollos de la comunidad para mejorar tu teléfono (o tu PC, o tu tablet) y adaptarlo a tus necesidades. Se olvidan de que el mercado ha madurado, los consumidores somos los hijos de los que hace 30 años compraron y usaron esos PC, queremos más, lo queremos distinto y además queremos que quepa en nuestro bolsillo. Ahora exigimos más, sabemos qué queremos sin esperar a que nos lo digan (aunque periódicamente nos lo recuerdan para evitar que se nos olvide) y exigimos una competencia feroz entre ellos, para que el beneficio último de todo esto recale en nosotros.
En resumen, que aunque se aborda muy bien todo el tema, debemos quedarnos con dos reflexiones importantes:
-¿Debe Google coger con más firmeza las riendas de Android para evitar que se le desboque? Y si es asi, ¿está dando pasos en la dirección correcta para hacerlo?
-¿Estamos viviendo una guerra similar a la de los años 80? ¿Qué ha cambiado ahora?
Como siempre, os recomiendo encarecidamente leer en primer lugar el artículo original de los compañeros de Ars Technica (en perfectísimo inglés…), y que nos planteéis vuestras reflexiones en los comentarios.