Para una gran parte de la población, decir smartphone significa hablar de Whatsapp, de aplicaciones, y si, de manera tangencial, internet, el mail y sus derivados. Un smartphone hoy en día son sus aplicaciones, el motor, que sin chasis o conductor no va a ningún sitio, una plataforma como android, aparte de estar compuesta por un sistema plural, con cientos de versiones, y no me refiero a la fragmentación, me refiero a roms, interfaces, versiones también, aparte de esa riqueza evidente, es sobre todo el conjunto de sus aplicaciones, de no ser por ellas tendríamos un bonito aparato táctil que tiene mail, mapas, se conecta a internet y llama. Podría parecer suficiente, pero no, el smartphone es mucho más que eso.
El Android Market ha cumplido hace poco las 400.000 aplicaciones, de las que seguramente la mitad podríamos quitarnos sin mayor problema, pero que ejercen la presión suficiente sobre las otras para que sientan que el mercado es competido, que de alguna forma tienen que destacar unas sobre las otras. El valor de una plataforma se está empezando a medir por sus aplicaciones. La gente quiere tener whatsapp, quiere tener instagram, quiere Google Maps, quiere una suite ofimática y sus redes sociales favoritas, pero también quiere explorar, sorprenderse con aplicaciones que hacen cosas increíbles, aunque de poco le valgan para su día a día.
Y para conseguir que un smartphone y toda la tecnología que incorpora ese pequeño aparato pueda exprimirse necesitamos que todo el sistema y todos sus componentes estén accesibles a los desarroladores, y eso sólo lo hace android. Se necesitan todas las piezas, o al menos disponer de ellas aunque no las usemos para conseguir la mejor combinación.
Hace poco, Google presentó su guia de estilos para unificar el aspecto de las aplicaciones en un intento por dar coherencia al sistema que parezca más armónico, una buena idea pero que no lo es todo. Obviamente seguir una patrón de estilos no impide que la aplicación sea de una u otra forma en su funcionamiento. Y esto lo hace Google porque es consciente de que muchas de las aplicaciones son creadas por programadores y no por diseñadores, gente que exprime el potencial del teléfono y que no siempre se preocupa, o más bien, sabe, hacer una interfaz atrayente o bonita.
Android domina el mercado móvil, sin embargo iOS aún acapara mucha de la atención en sus aplicaciones y es prioridad para muchos desarrolladores el otro sistema operativo, y para eso hay básicamente dos razones. Al ser un sistema cerrado se ha impuesto la «sana» costumbre de pagar por casi todo, por lo que las apps generan normalmente más beneficios y segundo, porque al haber un hardware unificado,el tiempo que requiere la adaptación a muchos tipos de móviles como en android, lo dedican a mejorar el diseño, la interfaz, y otras cuestiones.
Google y Android deben y saben que tienen que cuidar sus aplicaciones como el mayor valor de su sistema. No deben ampararse en la cómoda posición del líder que espera que vengan a él, si no que debería buscarlos, apoyarlos, incentivarles y demostrar que ellos son la clave y pieza indispensable. Me encanta el modelo del Android Market pese a los inconveniente respecto a IOS que he expuesto, la razón es que la mayoría de las aplicaciones son gratuitas, y siempre, absolutamente siempre hay alternativas parecidas gratuitas, y no sólo eso, si no que aunque parezca poco, poder devolver una app después de probarla 15 minutos, es mejor que comprar a ciegas. En un market que pronto llegará al medio millón de aplicaciones, donde la mayor parte son gratuitas, el mejor motor de avance y mejora es que la competencia es feroz. El nivel va creciendo y si quieren destacar, o bien eres extraordinariamente buena, o eres la única en hacer algo en concreto.
La gente pagará sin rechistar algo que le guste, use y atraiga y no pagar por todo como norma o sistema. Se busca un modelo de negocio sostenible y coherente, mezcla de versiones de pago y lite. A pequeña escala, podría compararse con el modelo de la industria musical, en el que si abusas del cobro por todo y lo ofreces sólo a través de un embudo de distribución sin ofrecer alternativas fáciles de consumo, la gente se cansará y optará por maneras más cómodas de obtener el mismo producto. No se trata de no pagar, si no de hacerlo cuando merece la pena.
Desde El androide libre siempre estamos recomendando y buscando nuevas aplicaciones, porque sabemos que es el pilar central sobre el que se mueve android y el valor añadido que hace sentir a la gente que ha pagado por un aparato que puede hacer 300.000 cosas más.
Después de usar todos los sistemas operativos móviles, no sólo por temporadas, sino simultáneamente, te das cuenta que lo que android tiene en su market, es una joya, quizá no sea un pequeña joya pulida, si no un gran diamante sin pulir, en bruto, brillante y de valor incalculable a poco que la cuides.