Proactividad, sinergia, lactobacilos, bifidus… Sé que parece que he vuelto a olvidarme de tomar la medicación, pero no es ese el motivo de que esté hablando aparentemente al azar, en realidad estaba haciendo colecciones de palabras que, en un momento u otro, han sido palabras de moda y hoy vengo a hablaros de otra de estas palabrejas: Freemium.
Para los que no lo sepáis: Freemium se refiere a todos aquellos servicios o productos que son gratuitos en principio, pero que ofrecen una versión completa o con características mejoradas a cambio de un precio que puede ser más o menos alto. Su popularidad se ha disparado gracias a la informática, y es bastante normal dado que la clase de productos y servicios que se ofrecen en el mundo de la informática se adaptan muy bien a este modelo de negocio.
En Android es un modelo que ha estado funcionando bastante bien, lo hemos encontrado en muchas aplicaciones como por ejemplo en ROM Manager o Titanium Backup, o en cualquiera de esas que se os ocurran que puedan ofrecer una
funcionalidad extendida, o la ausencia de publicidad.
Y últimamente, cada vez más, en juegos…
La pasada semana nos encontramos dos noticias al respecto bastante interesantes. Una de ellas indicando que los juegos que lance Gameloft este año serán aplicaciones freemium y la otra indicando que Glu Mobile (los autores de Gun Bros y de Samurai VS Zombies Defense, que analicé hace una semanita) están recibiendo quejas porque las compras in-game que se están realizando en sus juegos están resultando problemáticas.
Y es que hay un problema en los juegos. Sé que a quienes no os gusten los juegos os puede costar más entender esta aseveración, pero los juegos son un tipo muy especial de software. Es muy dificil ofrecer versiones premium de un juego que puedan ofrecer una diferencia lo suficientemente grande como para compensar el pago. Y esto es así, porque mientras que en PC puedes utilizar suscripciones a servicios (como juego en comunidades online) y ofrecer modos ocultos de juego, las limitaciones técnicas de los móviles dificultan enormemente esta tarea.
Por eso la mayoría de los desarrolladores que se suben al carro del freemium están haciéndolo de forma que ofrecen compras de elementos internos del juego desde dentro del mismo y estas no suelen estar reguladas a través del Market. Esto significa que no tendremos ayuda de Google si no recibimos el servicio deseado, y que si desinstalamos la aplicación perderemos algo por lo que ya hemos pagado. Y si no es eso, directamente los elementos que hay que comprar de forma desregulada resultan ser necesarios para poder superar el juego, con lo que nos descargamos un juego con la promesa de que es un producto gratuito para encontrarnos con el chasco de que tras echarle un puñado de horas nos quedamos a medias, solamente porque el desarrollador nos ha mentido.
La verdad es que no me gustan las compras in-game, pero las tolero. Me gustan menos todavía las compras in-game que no son verificables, y que dejan al usuario “con el culo al aire” si hay algún problema y que encima no pueden pasar de un dispositivo a otro. Y me gustan menos que ninguna, aquellas que no han sido avisadas, que son obligatorias para poder disfrutar de un producto gratuito y que además incluyen las características de las dos anteriores. Y estas últimas son las que menos me gustan, porque claramente me parecen una estafa, porque te están vendiendo una cosa cuando en realidad el producto y la experiencia que estás obteniendo es bien diferente a eso que te dijeron.
Creo que es el peor posible de los itinerarios que podrían tomar los desarrolladores y cada vez más se suman al carro, esperemos que el modelo freemium vuelva por el buen camino y se aleje de una senda que sólo puede acabar muy mal para una industria tan joven.