Llevamos unos días que previsiblemente iban a ser tranquilitos, con noticias para nada relevantes (a excepción del Galaxy S3). Sin embargo el destino no ha querido darnos un descansito y no para de darnos noticias relacionadas en mayor o menor medida con el mundo androide.
Si hace nada y menos que apareció la esperada versión de Instagram para Android, ahora vuelven a convertirse en protagonistas de los medios de comunicación tecnológicos por su adquisición por parte del gigante de internet y de las redes sociales Facebook. Si seguís nuestro blog hermano Omicrono, os habréis enterado al instante de la compra, que en principio rondará los 1.000 millones de dólares. Y lo mejor es que Facebook, tras semejante desembolso, se queda tan normal, como el que compra un simple paquete de patatas.
Pero todo este meollo nos lleva a una reflexión como es el tema de los monopolios. Multitud de empresas compran otras más pequeñas o empresas emergentes que consideran una amenaza para su negocio o simplemente, podrían aprovecharse de sus tecnologías. No me refiero solo a Facebook, Google también lo ha hecho varias veces y Apple también. De hecho, el magnífico Siri que tanto envidiamos hoy en día en Android, tiene su origen en una empresa que compraron los de Cupertino. Es más, Google, hace no mucho, adquirió una empresa basada en reconocimiento de voz para lanzar un nuevo rival para siri.
Claro, este tipo de compras ayudan a mejorar los servicios actuales pero matan el futuro de la empresa ya que se limitarán solo a lo que diga su comprador, mientras que sin esto, cada uno decide donde ir y como ir, pudiendo alcanzar mucho más éxito con esta estrategia. Ejemplo claro, si Instagram hubiera sido comprada por Apple como ya había sonado alguna vez, dudo mucho que en Android la hubiéramos visto alguna vez y esto, desde el punto de vista de la empresa, le perjudicaría a sí misma ya que no alcanzarían el nivel de expansión que ya están adquiriendo con el salto a la plataforma de Google. Es por esto, que los monopolios y las grandes compras, pueden vetar muchos de los planes de las empresas y con ello los perjudicados somos nosotros.
Las empresas nos intentan colar este tipo de operaciones diciendo que lo hacen para tratar de mejorar sus servicios y crear un ecosistema cuando lo que hacen es forzarnos a usar lo que ellos quieren. Otro ejemplo, Spotify. Si queremos usar Spotify, necesitamos usar Facebook sí o sí. Y en este caso hablamos tan solo de un acuerdo, nada de compras ni cosas por el estilo. Si existiese una compra, veríamos aún más intrusión de Facebook en el uso de Spotify.
Pero los usuarios buscamos un ecosistema elegido por nosotros, que se adapte a nosotros, es decir, si queremos tener en la galería integración con Twitter pues podemos tenerla, si queremos con Facebook, pues con Facebook y no este uso forzado que al fin y al cabo lo que hace es destruir poco a poco a cada servicio. Esto es lo que Google y Android están haciendo, dejar que el usuario tenga la integración por sí solo y nada sea forzado. Si queremos integración con Twitter en la galería, instalamos la aplicación y ya la tenemos automáticamente, sin ningún problema. Y así con la gran mayoría de las aplicaciones y servicios. En pocas palabras, queremos integración, no fusión.
Y lo peor de todo es que muchas veces aniquilan y destruyen proyectos y servicios prometedores que en un futuro podrían haber llegado a competir de tú a tú con los más grandes del sector. Esperemos que con Instagram no hagan nada de esto, aunque, no es por ser pesimista, pero están siguiendo los mismos pasos que con Gowalla o Beluga en su momento, los cuales fueron destruidos. No obstante, la magnitud de Instagram no es la misma que la de los otros dos servicios, pero estas empresas piensan más en sí mismos que en los millones de usuarios que tienen.
De igual forma, también esperamos que cumplan su palabra y sigan trabajando de forma independiente ambas redes sociales, aunque me parece muy difícil ya que todos sabemos la manía que tiene Facebook por unificarlo todo en torno a su red social. Es más, que no os extrañe que en un futuro Instagram pase a ser parte de la aplicación de Facebook y por consiguiente dé el salto también a la versión de escritorio. De hacer esto, probablemente destruirían el concepto y la filosofía que ha llevado a Instagram a ser una de las aplicaciones más valoradas en las dos plataformas móviles más expandidas en el mundo.
Personalmente solo pido una cosa, que cumplan su palabra y que se mantengan al margen uno del otro. Que no alteren la filosofía y que simplemente mejoren el servicio sin llegar a unir ni fusionar uno con otro.