Hace unos días, HTC se atrevió a adivinar el gusto de los usuarios (seguramente por el enorme éxito de ventas que están teniendo ultimamente ¬¬ #no) diciendo que preferíamos teléfonos más delgados a una mejor batería. A esta perla, se añade otra en la que apuntan a que ya no están por la labor de crear más smartphones con teclado QWERTY, que ya sólo táctiles, que todos muy parecidos, casi iguales, se le cambia un poco el procesador, la nomenclatura, y a vender, como si de eso tratase la pluralidad, en diferentes precios según pongas una X o una V en el nombre y le cambias cuatro cosas. Intento de ir hacia un único modelo en el que ellos deciden que es lo mejor… me suena de algo.
Por otro lado tenemos a Samsung, enfrascada desde hace meses en una campaña mundial ultrasecreta en la que impregnar a todo el mundo con tufo a Samsung galaxy S 3. Rumores, retrasos, anuncios en los que sólo enseñan la patita… calentando al personal, creando expectación, vendiendo antes de cazar. A esto se suma su más que conocida antipatía por Apple, lanzando proyectiles cada dos por tres contra sus usuarios, anuncios en los que se critica a los fanboys, puyas sutiles de una u otra forma mientras ellos ejecutan las mismas y exactas técnicas de marketing de los que critican. Vivir para ver.
Dos ejemplos de dos marcas, que pretenden luchar contra quien no tienen que luchar, y no lo tienen que hacer porque son cosas diferentes, Android no es iPhone ni viceversa, por suerte, (se puede vender pan, pero no es lo mismo el pan de molde Bimbo que una hogaza de pueblo, por ejemplo) sin embargo, insisten en hacer las cosas como ellos, o al menos algunas, por suerte, no todo lo que hace Samsung o HTC es así, son sólo algunos detalles feos que deberían dejar de lado. Pretender ser un iPhone siendo un Android es un aborto, es mi opinión, me caerán piedras por ello, pero no estoy solo en este pensamiento.