Es curioso cómo va cambiando el rumbo de las empresas a medida que sus respectivos mercados evolucionan. No sé si recordaréis el lanzamiento del HTC Google Nexus One, se trataba del primer teléfono en el que Google se implicaba directamente y por supuesto todo tenía que salir bien. ¿Cómo asegurarse? Pues cogiendo a la marca puntera en fabricación de smartphones en el momento y presentándole unas especificaciones. Obtenemos así una máquina sólida, estable, potente (en ese momento la más potente de hecho, siendo el adalid del primer Snapdragon, aunque luego vinieron más y mejores…) y… que no funcionó demasiado bien comercialmente.

Después vino Samsung con el Nexus S y tuvimos más de lo mismo, aunque en este caso ni siquiera fue un teléfono de bandera. Se repitieron las ventas escasas (aunque mejores que el primero) y rápidamente prepararon una alternativa en Mountain View. Así un año después nació el Galaxy Nexus que, sin ser el más potente resultó un teléfono con un rendimiento a prueba de bombas (y que aún a día de hoy es una garantía) y eso le valió para ser de lejos el mejor Nexus comercialmente hablando (con permiso del Nexus 7).

Lo mejor del asunto es que en las primeras experiencias Google ha buscado a los fabricantes grandes para labrarle un nombre a su franquicia Nexus. Sin embargo parece que ahora Nexus es una marca de garantía y Google es consciente de ello.

LG lleva aproximadamente ejercicio y medio dando tumbos, ofreciendo a sus usuarios pocas o ninguna actualización en hardwares que por otra parte son excelentes y eso ha enfadado hasta a sus usuarios más fieles, que han visto como sus potentes y (para qué negarlo) bonitas máquinas quedaban relegadas a un segundo plano en el almacen de los coreanos. Sin embargo, cuando peor están las cosas parece que Google ha acudido al rescate y ha fabricado un Nexus de la mano de una empresa coreana distinta esta vez, cogiendo el buque insignia de LG (el novísimo Optimus G) y estampándole su particular sello, para tratar de ayudar a que la vida comercial de ambos dispositivos vaya de la mano, permitiendo así además que LG garantice que uno de sus dispositivos no va a quedar rápidamente desfasado en cuanto a actualizaciones. Esto es bueno para ambas marcas. Por un lado Google proporcionará aire fresco a sus niños, mientras que LG aprovechará el tirón (y la experiencia) de ir de la mano de la gran G en una de las apuestas más arriesgadas que han tenido en los últimos años, no sólo por trabajar de forma conjunta con otra compañía, sino también por el riesgo en que podría ponerle una mala experiencia con este nuevo producto.

Sin embargo también empieza a sonar con fuerza algo más entre todo este ruido y es que no va a ser LG la única beneficiaria del programa Nexus, sino que otras marcas también van a jugar este partido. Sería un rumor más de no ser porque ya han comenzado las filtraciones incluyendo fotos y otros detalles más o menos relevantes y porque Google ha empezado a contratar gente para dar soporte dentro del programa Nexus. Este movimiento solamente tiene sentido si vas a ampliar tu mercado y que tienes además pensado dar un golpe en ventas. La única forma de conseguir estas cosas es diversificando tu mercado, lo cual permite por un lado que tengas varios dispositivos en la misma gama o, ¿quién sabe?, incluso dispositivos de varias gamas (aunque esto último es a día de hoy menos probable).

Así que, como veis, parece que este final de año se presenta calentito para los fans de LG o los de los Nexus, porque todo apunta a que podremos pedirnos un juguete nuevo para estas navidades.