Hay pocas cosas que se puedan hacer con un iPhone que no sean posibles con un dispositivo Android. Los desarrolladores y la propia Google se han preocupado de ofrecer alternativas de peso para las principales tareas que se pueden realizar a los mandos de un smartphone. Todo, menos jugar. Los aficionados a los videojuegos que poseemos un Android estamos en clara desventaja respecto a los que optan por iOS, y sobre el papel no debería haber razones para ello.

Comparaciones que duelen

Recientemente han salido a la luz dos casos que, por su importancia, son especialmente representativos de la situación actual de los videojuegos en Android. Por una parte tenemos la reedición del clásico juego de rol Baldur’s Gate. Que la primera plataforma que puede disfrutar el juego sea el PC es completamente normal, al fin y al cabo ahí es donde fue lanzado el original y es donde se encuentra la mayor parte de sus aficionados. Cuando pasamos al entorno móvil, vemos que el iPad ha tenido clara preferencia respecto a las tablets Android, hasta el punto de que a fecha de escribir este texto nuestra versión aún no tiene fecha definitiva de lanzamiento. Para colmo, ambas versiones se han visto afectadas por un bug grave, por lo que el retraso de la app de Android será aún mayor. Es evidente que sus creadores, Overhaul Games, no creen que merezca la pena gastar tiempo y recursos en hacer un lanzamiento simultáneo.

El otro caso que llama la atención es el de Heroes of Order and Chaos. En este caso estamos hablando de un juego original para entornos móviles creado por Gameloft. Por tanto, la situación ideal sería que las versiones de iOS y Android estuviesen disponibles al mismo tiempo. Sin embargo, se vuelve a dar el caso de que los jugadores que confiaron en Apple llevan ya varios días jugando y, de nuevo, no hay fecha definitiva para la versión de Android. Gameloft pone como excusa unos “problemas de servidores” para nuestra versión, lo cual se puede traducir perfectamente como que su prioridad era poner en funcionamiento los servidores para iOS. Y es que no estamos hablando de un desarrollador independiente que no tiene mas remedio que elegir una plataforma en la que centrarse, Gameloft es una de las desarrolladoras mas fuertes del mercado móvil (por no decir la mayor). Que una compañía con tantos recursos a su disposición como esta decida conscientemente dejar de lado una versión es muy representativo.

Los indies «pasan» de Android

Y hablando de desarrolladoras independientes, el panorama es incluso mas triste. Decenas de nuevos títulos son lanzados cada semana, cada uno de ellos aportando algo original o mostrando otra visión. Es cierto que en Android también tenemos nuestra cuota de juegos indies, pero está a años luz del mercado de iOS.

¿Y qué es lo peor de todo esto? Que en teoría debería ser lo contrario.

En principio los desarrolladores independientes son los que deberían beneficiarse más del sistema abierto propuesto por Google. Poder descargarse el SDK gratuitamente para cualquier sistema es un plus cuando el presupuesto es muy ajustado. Además, tienen la libertad de crear prácticamente lo que quieran sin miedo a que un revisor les niegue la entrada en la tienda de aplicaciones por una razón aleatoria. Por poder, pueden incluso distribuir los juegos por su cuenta.

Una gran cuota de mercado que no se traduce en ventas

Por si fuera poco, Android ya tiene el 75% de cuota de mercado. Y sin embargo, los desarrolladores prefieren pasar por el tortuoso camino de revisión de apps de Apple para poder vender sus juegos en la App Store. ¿Qué está pasando para que tomen esas decisiones, en principio tan irracionales?

El dinero, eso es lo que está pasando. Más concretamente, los beneficios que saca un desarrollador trabajando para iOS comparados con los que saca en Android. Mirando los datos, vemos que los beneficios conseguidos en iOS son cuatro veces mayores que los que se consiguen en Android. Y es que no importa si vendes el 75% de los smartphones, a los desarrolladores solo les interesa la cantidad de dinero que pueden sacar con sus programas.

 

Una plataforma con mucho que desear, pero con potencial

Google tiene parte de culpa en todo esto. La decisión de abrir la plataforma es buena, pero a todas luces insuficiente para la mayoría de desarrolladores. La tan denostada fragmentación es el principal problema, ya que no es lo mismo programar un juego para una o dos configuraciones de hardware que hacerlo para toda la miríada de chips, cpu’s y configuraciones que existen en el mercado de Android. Lo ideal es que el usuario consiga una experiencia de juego perfecta una vez que instala la app, y eso pasa raramente en Android.



Un usuario de iPhone tiene ciertas garantías de que un juego compatible con su modelo correrá a una cantidad cómoda de frames por segundo. Un usuario de Android no tiene esa seguridad. Aunque Google Play defina un dispositivo determinado como compatible, es humanamente imposible que el desarrollador haya podido probar el juego en todos los modelos del mercado, así que las ralentizaciones y los bloqueos son comunes, sobre todo entre la gama baja.

El usuario final tiende a culpar de estos problemas al propio desarrollador, lo cual se traduce en reseñas negativas y baja puntuación en Google Play, y eso a su vez repercute en los beneficios finales del proyecto.

Por supuesto, el de la fragmentación es un problema asociado a la apertura de la plataforma que tanto publicita Google, pero cuesta creer que no se puede hacer mas al respecto manteniendo la libertad de los fabricantes de smartphones. En un futuro artículo, intentaremos sacar a la luz algunas posibles soluciones.